XXXI

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—¿P-para qué me llamaste aquí, Javier?

—Porque —destacó y tomó las manos de Mike—, no puedo aplazar más esto.

El rubio pasó saliva y sus mejillas se empezaron a colorear de rojo.

—¿A qué te refieres? —trataba de mantenerse serio.

—A la propuesta, ¿Aceptas o no?

—"¿Qué haría Ari ahorita?" —pensó.

Un silencio se apoderó del lugar y Mike quitó sus manos de donde estaban sujetas.

—¿Mike? —llamó Javier—. ¿Entonces?

—N-no creo que pueda —aclaró—. Ahora mismo tengo mis sentimientos algo revueltos y... No quiero provocar más daños. Agradecería que lo tomaras de una manera madura y dejaras este tema en paz, Javi.

Pero al decirle eso, él se lo tomó de la manera contraria. Pensó que se lo decía como burla, porque Mike nunca hablaba con esos términos tan complejos.

—¿Qué? ¿Te atreves a burlarte de mí? —cuestionó el pelinegro, enojado.

—¡No! ¡Por supuesto que no! Solo que creí que así entenderías —le respondió el rubio tratando de tranquilizarlo, haciendo un movimiento suave con sus manos—. Jamás lo haría.

—Tú dijiste que estabas enamorado de mí, ¿Por qué ahora actúas así? ¿Es por ese tal Ari?

El de ojos grises se sorprendió al escuchar el nombre y de inmediato, los nervios le invadieron.

—¿C-cómo sabes que es un "él"? —remarcó—. ¿Y si es una "ella"?

—Ay, Mike, por favor. Tú solo tienes fijación por los hombres, no por las mujeres —le explicó como si no supiera—. La vez que estuviste con Ana, te odiaste por eso; no te gustan las mujeres.

Cualquier cosa que fuera y que usaran a Ari como amenaza, no se veía bueno.

—¿Entonces? ¿Sí es por ese Ari?

—Que te importa —dijo enojado y apretando sus manos—. ¡Él no tiene nada que ver! ¡Es MI psicólogo!

—¿Tu psicólogo? ¿Ahora te enamoras de gente mayor? Que bajo has caído —regañó Trollino.

—¡Claro que no! ¡Al menos él me trata bien y se preocupa por mí! ¡Él no me hace daño como tú!

—Yo no quiero hacerte daño, solo quiero que me des la oportunidad de cambiar y demostrarte lo contrario —se excusó—. Te dije que me sorprendí, ¿No? Déjame arreglarlo.

—Esto ya no tiene solución, mejor déjalo así.

Mike estaba por levantarse e irse, pero Trollino lo interrumpió otra vez.

—Bien, así que no hay alternativa, ¿Verdad? —alardeó juntando sus manos y viéndolo con una sonrisa cínica.

—¿Eh? ¿A qué te refieres? —preguntó deteniéndose y volviendo a sentarse.

—A que si no aceptas estar conmigo, voy a averiguar quien es Ari y lo pondré a mi merced, incluso puedo ponerlo en tu contra también.

—¿¡QUÉ!? ¡NO ES JUSTO! ¡YO NO QUIERO ESTAR CONTIGO! MIS SENTIMIENTOS POR TI SE ESTÁN YENDO, ¡NO PUEDES OBLIGARME! —se quejó casi llorando y golpeó la mesa—. ¡NO ES JUSTO! NI SIQUIERA SÉ PORQUE QUIERES ESTAR CONMIGO DESPUÉS DE LO QUE ME HICISTE.

—Porque me arrepentí y me dí cuenta que también te amo, pero si ese Ari interfiere en mi camino, no tengo muchas opciones.

El rubio se quedó sin palabras y solo agachó la cabeza, poniendo sus manos entre sus piernas.

Mi Psicólogo (Mikerap)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora