Fairy Luck : La marca del Fénix || Libro 1||

Capítulo 2

"Entonces lo ví, desde las alturas nos observaba, y con su inexpresiva mirada nos juzgaba a todos y cada uno de nosotros. Todos tenían miedo, porque el mundo iba a cambiar. Pero yo solo sentí calidez en mi corazón, acepté con alegría el cambio que él traía."

La senda de Kail-un - Padre Richard de Valuarte

– Michelle Smith –

Llegué a la plaza de la Victoria. Casualmente, el concurso de magia se estaba celebrando en ese mismo lugar.

Habían montado un escenario bajo la estatua de Alzrot, y el público se amontonaba esperando el espectáculo.

En lo alto del escenario pude ver una mesa donde los participantes se inscribían.

Me dispuse a avanzar, cuando una voz familiar me detuvo.

–Mira quien ha vuelto – Dijo Fernand – Pues ya que estás aquí, a trabajar. – Me dijo.

–Buenas, señorita Smith. – Me saludó Francis. –  No te obligaré a trabajar, está fuera de contrato. ¿A qué has venido?

– ¿Cómo que n...? Da igual. – Refunfuñó Fernand.

– ¿Trabajar? ¿Pero Fairy Luck no cierra a esta hora? – Pregunté.

– Así es...pero hoy es un día especial. Un concurso mágico animará al público a querer artículos mágicos, y entonces...BUM...ventas aseguradas. O casi. – Dijo Francis. – Así que si nos quieres ayudar repartiendo folletos...

–  No puedo... iba a ... participar en el concurso. – Dije, algo avergonzada.

– ¿Participar? – Preguntó Francis algo confundido y con un subtono que no supe si era molestia o curiosidad. Entonces me agarró de los hombros. – ¡Es una grandiosa idea, Smith!

– ¿Cómo...? – Pregunté

– Pues claro, si una trabajadora de Fairy Luck sube al escenario sería una fuente de promoción para la tienda. Además, no es tu primer concurso, seguro que lo haces genial.

– Puestos a eso...¿por qué no participas tú, F? Ganarías seguro.

– ¿Francis sabe hacer magia? – Pregunté.

– Bueno...no trabajas por tanto en el mundo de la magia sin tener algunos truquillos bajo la manga. Pero no participaré... y tengo mis motivos. – Dijo Francis con convicción.

– ¿Cuales? – Pregunté.

La expresión de Francis cambió a un pavor absoluto, incluso temblaba un poco y estaba más pálido de lo normal, que ya era decir.

– ¡¿Quieres que salga con tanta gente?! ¡Ay, no que corte! Me tiemblan las piernas solo de pensarlo... – Francis parecía algo intimidado al ver a tal multitud. Nunca le había visto perder tanto la compostura, lo que chocó con su carácter por lo general serio y elocuente, lo que me hizo reir. Se me quedó mirando, analizando mi risa que apenas podía sostener. – Oye, tener miedo escenico no tiene gracia. Bueno...¡te deseo suerte, Michelle Smith! – Se despidio de mí con una sonrisa de oreja a oreja mientras repartía folletos con Fernand.

Tomé aire y me dirigí al escenario.

Tras firmar la inscripción, me dirigí a los bastidores que habían tras el escenario.

Por algún motivo esperaba ver a aquel misterioso sujeto llamado Fenrir, pero no lo ví por ninguna parte.

– Vaya...vaya... la segundona ha vuelto a por una paliza. – Masculló una voz que habría reconocido en cualquier lugar; Jessica.