Capítulo 34

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“ Odín nos ha quitado casi todo por lo que vivir, nuestras propiedades, sueños y esperanzas.
Pero por muchas cadenas que nos ponga nunca podrá quitarnos la libertad. Tal y como en las leyendas, las cadenas cederán y el lobo escapará, reclamando lo que una vez se le fue arrebatado.
Que sea la ley del lobo la que guíe vuestros corazones”

Código de Fenrir – Fenrir Lunatic

Feanor Lake

De nuevo en aquellos caminos bajo tierra, el antiguo sistema de alcantarillado, el único lugar no vigilado por Odín y que era refugio de rufianes y contrabandistas. Utilizado por los lobos para evitar miradas curiosas.

Esperaba no tener que volver a oler la pestilencia de ese lugar ni pisar de nuevo la humedad piedra. Pero aquí estábamos.

Esperaba que la piedra de Kail-un no funcionase como Haiti había descrito. Pero si ella tenía razón, y las mentes de Kail-un y de Michelle se destruirían la una a la otra por tal de controlar el mismo cuerpo, tenía que llevarla al templo de Telos y cuanto antes mejor.

Eres un idiota Feanor, sabías que esto de un modo u otro iba a pasar. No tendrías que haberla contratado en primer lugar, no tendría que haber intentado tener una nueva vida...no puedes huir.

En cuanto a la existencia de los dioses, no importaba. No importaba si Kail-un era o no el dios de las leyendas, lo único que importaba, y estaba demostrado, era su poder, y eso que aún no lo había llevado a su máximo potencial. Kail-un era el ser mágico más poderoso que alguna vez hubiese imaginado.

No quería ni imaginarme que pasaría si Odín se adueñaba de él. Cuánto más tiempo estuviésemos en esa ciudad peor.

– Haiti...¿Cuál es tu relación con Feanor? – Preguntó Michelle sacándome de mis pensamientos. – ¿Cómo es que eres una Loba? ¿Y cómo sabes tanto de leyendas? – La machacó a preguntas, con genuina curiosidad y sorprendente energía.

¿Cómo era posible? Pese a todo lo que la había hecho pasar, casi haber muerto, el enterarse de quién soy, de lo que he hecho y enterarse de que su mente se está destruyendo poco a poco conforme hablamos...ella sigue como si nada, con genuina esperanza en su mirada y movida por la curiosidad.

Sigue actuando con curiosidad, risueña, atrevida y emocionada, no era fingida, eran emociones reales. Mientras que yo seguía dándole vueltas a la cabeza y utilizaba múltiples emociones fingidas como máscaras...con miedo a que los demás sepan cómo me siento y lo usen en mi contra

Ojalá fuese la mitad de valiente que esa herrera.

– Eso son muchas preguntas... Por cierto, baja el tono. Mis oídos son muy sensibles.

– Perdon... – Susurró Michelle.

– No se desde cuándo conozco a Feanor. Creo que ha estado allí toda mi vida, claro que antes no se me daba tan bien escuchar. Así que puede que me acuerde mal. En cuanto a lo demás, es una historia muy larga que ojalá te cuente en otro momento.
Soy Loba porque comparto ciertos ideales y objetivos con Feanor... y todo mi conocimiento de leyendas erradica de los libros que leí y de las historias que me han contado.

– ¿Cómo lees si eres ciega?

– Tenemos un alfabeto basado en el tacto. Leo con los dedos.

– ¿Con los dedos? ¡Mola! Yo quiero hacer eso... – Respondió Michelle.

– ¿Por qué? Tienes ojos, disfrútalos. – Haiti parecía confundida.

– ¿Y por qué no? – Michelle esbozó una sonrisa radiante – Además, sería útil para cuando se me haga de noche leyendo... – De repente se detuvo y se acarició la frente como si le doliese.

Fairy Luck : La marca del Fénix || Libro 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora