Capítulo 36

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“Los recuerdos son una ventana al pasado y al futuro. Definen nuestra identidad y actuar”

Recuérdate – Fenrir Leblanc, el primer lobo.

Michelle Smith–

El tiempo era relativo, apenas sabía en qué día me encontraba ni que hora era.

Calculaba que ya habría pasado casi una semana, pero era difícil saberlo.

Todos los días era una rutina muy bien marcada.

Me habían llevado a un campo de entrenamiento donde preparaban a los futuros Lobos Guardianes. Aún así, apenas vi a uno durante mi estancia pues me había alojado en un edificio aparte. Donde sólo tenía lo básico, una cama y un baño.

Antes del amanecer Haití me sacaba de mi cama y me sacaba al campo de entrenamiento, donde me preparaba en distintas desciplinas. Cada prueba, casa día, más difícil que el anterior.

Entrenaba hasta que soltaba la pota, entonces otro Lobo del consejo se encargaba de continuar con el entrenamiento, era el único momento donde paraba a comer,  para volver con Haiti y continuar hasta la puesta de sol.

Los recuerdos se volvieron confusos, pero en mi mente se quedaban grabados ciertos momentos. Aunque nunca recordaba bien el orden, y algunos estaban mezclados, como si ocurriesen a la vez, pero obviamente eran días distintos.

Recuerdo el primer entrenamiento que tuve con Haiti tras mi estadía en el hospital.

Otra vez fue una lucha a puños, pero al menos esta vez avisó antes de atacar, aunque fuese con un simple “Preparados, listos, ya”. Atacando antes del ya, por supuesto, para pillar con la guardia baja.

Aunque esa vez, Kail-un me permitió preveer el movimiento y pude protegerme a tiempo.

Haiti no se detuvo, puñetazos y patadas certeros que únicamente podía encajar de la mejor manera para no caer rendida al suelo.

– Recibes bien...Pero en una pelea no gana el que mejor recibe. – De un barrido golpeó mis piernas y me tiró al suelo, el golpe de mi espalda contra el suelo me dejó sin aliento y vendida – Sino el que antes domine a su rival. Separas demasiado las piernas, tienes que controlar tu centro de equilibrio.
Y ahora levantate, el rival no va a esperar a que lo hagas. Y sabes que yo tampoco lo haré.

Volvió a intentar atraparme contra el suelo para golpearme, pero está vez rodé.

– ¿Armas? Lo siento pero eso sí que no. No me molesta forjarlas y mola hacer explotar cosas. Pero no voy a usarlas contra nadie – Dije.

Estaba en otro lugar. Esta vez un almacén donde se guardaban armas de todo tipo, de fuego, tesla, mágicas o simplemente armas blancas, acompañada de la elfina de máscara sonriente, Fey.

Fey era la que manipulaba un rifle testla enorme, casi tan grande como ella.

– Venga, no me seas llorica. Solo vamos a pegar unos tiros y a reventar cosas. Será divertido. – Su risa burlona y extraña encajaba a la perfección con su máscara.

– Pero esto es un entrenamiento. De combate. – Expliqué.

– Sí. Pero es por si te atacan. En una situación de vida o muerte. Esperemos que nunca tengas que aplicar nada de lo que te enseñemos.
Esta monada de aquí es el último recurso. Eso qué es poderosa, destructiva , mortal...–Apuntó con el cañón a mi cara. Lo que me puso de los nervios antes de que relajase su postura apartando el cañón de mi cara- Sin embargo, recuerda, la mayor arma está en tu cabeza.
Se ingeniosa, busca maneras de ganar la pelea o, mejor aún, evitarlas.
Pero si llegado el momento te encuentras con un rival que busca acabar contigo y te supera en todos los sentidos.
Lo mejor es un ataque rápido y mortal. ¿Qué más rápido que pulsar un botón?

Fairy Luck : La marca del Fénix || Libro 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora