Capítulo 13

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“Y los ojos de aquellas bestias me vigilaban en la oscuridad, y de sus colmillos caía mi sangre”

Extinción - Robert Baker

–Michelle Smith–

Con la ayuda de Ari abrimos todas las jaulas que pudimos.

Había dos humanos, Marshall y un hombre que parecía un militar de Brinchexter

De los elfos había cuatro. Lo que me llamó la atención es que tres de ellos eran pelirrojos y uno rubio, pero todos, sin importar si eran hombres o mujeres llevaban el cabello rapado.

Mientras que de los humanimals sólo había uno, pese a que le abrimos la celda, se quedó quieto, mirándonos con sus ojos felinos y erizado la cola, permaneciendo en alerta.

Todos llevábamos collares al cuello, así que si nos veían, posiblemente, nos redujesen sin problemas.

– Vale... ¿Algún plan? – Pregunté.

Noté que todos los presentes se me quedaban observando, como si esperasen que les dijese que hacer.

Sabía que no iba a sacar mucho, así que me acerqué a la puerta y arrimé mi oreja a la misma. No parecía haber nadie al otro lado.

Abrí la puerta lentamente, el pomo hizo un pequeño chasquido, todos nos pusimos tensos, temiendo que nos hubiesen escuchado. Pero por suerte no vino nadie.

Miré por la pequeña rendija que había dejado libre. Todo estaba despejado, ante mí se encontraba un largo pasillo.

Avancé por el pasillo, el resto me siguió. Miré por la ventana, y quedé sorprendida. El paisaje se movía a gran velocidad.

– ¿Pero qué...?

Avancé más y abrí la siguiente puerta. Casi caí al vacío pero Ari me agarró de la camisa.

No me podía creer lo que veía, estábamos en un vehículo que iba a gran velocidad sobre raíles, escuche el traquetear y el pitido de una sirena que conocía bien de vivir en Brinchexter.

Estábamos en un tren.

–Feanor Lake–

Esperaba sobre una loma, escuchando el cantar de los pájaros, y sintiendo la brisa mañanera.

Mi mirada permanecía fija en el horizonte, observando la columna de humo que cada vez estaba más cerca.

Fernand traía material a través de la puerta de Bifrost a mi espalda.

Revisé mi equipo. Un revolver, una daga... No era mucho, ni siquiera tenía más balas que las seis del tambor. Pero tendrían que valer.

Comprobé la resistencia de mi túnica, compuesta con fibras del Árbol del Mundo y me puse la máscara de Fenrir, cubriéndola con la capucha. Preparado para el asalto.

– Eh, Fenrir... He traído unos juguetes que te van a molar. – Dijo Ruffus que traía un baúl, él ya tenía equipado su equipo de lobo.

Ruffus abrió el baúl, de su interior extrajo una capa negra.

– ¿Qué te parece? – Preguntó.

– Bonita... ¿Pero de que me sirve una capa ahora?

– Es una capa de Cuervo... Como la que usa tu novia para volar –Dijo refiriéndose a Nath.

– ¡No es mi..! Déjalo... – Solo trataba de mosquearme. – Entonces puedo usarla para volar, creo que me gusta, ¿de dónde la has sacado?

Me puse la capa.

Fairy Luck : La marca del Fénix || Libro 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora