Capítulo 45

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"En la naturaleza la evolución se da cuando las especies pueden competir y cooperar sin coacción.
Del mismo modo, cuando los muros cedan, cuando cada ciudadano, cada elfo, cada criatura, mágica o no mágica pueda obrar sin coacción ninguna, será cuando Krähennest o incluso el mundo, pueda evolucionar verdaderamente.
Porque nuestro mundo es un entorno natural, y no puedes controlar a la naturaleza de"

Discurso de Lake – Ellen Lake

Feanor Lake–

Las rosas de cristal son frágiles y delicadas, solo crecen bajo una luz tenue constante y deben estar resguardadas del viento, un movimiento brusco podría partirlas por la mitad.

Su existencia, aunque bella, es en cierto modo triste. Viviendo entre tinieblas, con la certeza de que cualquier error podría llevarlas a romperse en mil fragmentos.

Eso recordaba mientras plantaba una rosa de cristal, tal y como me enseñó Fernand. Dolby y yo habíamos acordado cuidar una como promesa de que algún día, cuando la deuda estuviese pagada, nos volveríamos a encontrar.

La vida en la mansión Lake era demasiado tranquila, no se asemejaba en nada al ajetreo violento del tercer círculo.

En lugar de calles sucias y estrechas, se extendía ante mí un inmenso jardín que rodeaba una majestuosa mansión, mientras escuchaba el ruido de los pájaros sobre mi cabeza.

Me reflejé en uno de los charcos de la reciente lluvia, había pasado un año desde que llegué a la mansión Lake. En ese momento, yo tenía catorce años. Me había dejado crecer algo el pelo, me llegaba a la altura de la base del cuello.

– Todos los días vienes al jardín. ¿Qué es lo que haces? – Ellen se había acercado sin hacer ningún ruido, siempre me inquietaba su máscara blanca, pero su actitud serena siempre me relajaba.

– Cultivo rosas de cristal. – Contesté – Es una promesa.

Tal y como decían los rumores, Ellen era una elfina ciega. Cuando descubrí eso entendí porque Nath se había fijado en mí, pues me había visto cuidar de Haiti.

Supongo que también lo hizo cuando la ayudaba a orientarse con el oído, así que quería que fuese su lazarillo.

Me parecía curioso que guardasen ese secreto. Cuando Nath nació tengo entendido que se anunció con bombo y platillo, incluso años después se seguía hablando de cómo la familia Lake tenía a la primera noble pura en siglos.

Sin embargo, nunca se dijo una palabra de Ellen. Claro, no podían permitirse que se supiera que los Lake tenían a una noble incapaz de hacer magia, y encima, ciega.

La maravillosa hipocresía de los nobles.

– Por lo que he escuchado son flores hermosas. ¿Las ha visto Nath? No suele pasearse por aquí. Seguro que le gustan.

– Me temo que no. Esto es algo bastante personal...

– Es una pena. Me alegro haberte aceptado en la familia, Feanor.
Al principio me degustaba la idea, Nath me ofreció que acogerte como lazarillo.
Ja, pensé que sentía lástima por mí, o que traería a alguien que pudiese transmitir esta información a mis rivales políticos y meterme en líos.

– Nunca me has contado por qué aceptaste. Es decir...¿No es raro que un elfo pelirrojo...?

– Me da igual el color de tu pelo, Feanor.
No lo puedo ver. Además, a nivel mágicos, que es lo que se valora en esta ciudad... Tú estás por encima de mí.
Eso no fue nunca un problema.
Conozco a mi hermana. Noté que la razón de su interés en tí iba más allá de únicamente querer un lazarillo para mí, o un criado con el que se habia encaprichado. Era algo más personal, como tú dices.

Fairy Luck : La marca del Fénix || Libro 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora