Capítulo 6

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"Llega un momento en la vida de todo ser vivo que este tiene que dejar el nido, extender las alas, y volar"

Etapas de la vida - Charlotte Rin

–Michelle Smith–

Me encontraba mirando la palma de mi mano, analizándolo cada uno de los detalles de la quemadura que se había formado.

Era un ave fénix, nunca había visto uno, pero no cabía duda. Su cuerpo esbelto y de aspecto noble, sus alas extendidas del doble del tamaño de su cuerpo, su pequeña cabeza.

Y lo más característico, el como sus plumas, que en la cola era increíblemente largas, eran totalmente diferentes a las del resto de aves, parecían llamas de fuego, de hecho, en mi quemadura, casi parecía estar viva.

Revisé la piedra, y descubrí que esas extrañas formas que tenía en su interior, si la colocaba en una cierta forma, convergían en la forma de un fénix, la misma que tenía en mi mano, sin duda la piedra me había quemado la mano y había dejado esa extraña quemadura.

Fernand empezó a vendarme la quemadura, sentí un pequeño pinchazo cuando la tela toco mi piel quemada.

Fairy Luck había cerrado, y Fernand había echado las persianas para evitar miradas de curiosos.

– Gracias... ¿Estará bien? – Pregunté refiriéndome a Francis que descansaba sobre la mesa de su  oficina.

– Lo estará, es un chico fuerte – Fernand terminó de vendarme la mano

–¿Y cómo os conocísteis? Es decir, es obvio que tenéis una historia, sabías que era un elfo... Que era Fenrir...

– Es una larga historia, lo conozco desde que era un crío, desde más allá de la frontera mágica.

– La frontera mágica... Estuviste en los reinos élficos... El Odinado.

– Sí, no hay nada sorprendente, al final del día soy una criatura mágica. Un enano para ser exactos.

– Estás de broma... – Me sorprendí.

– ¿Me has visto bromear alguna vez Smith? Si mi tamaño no te convence, revisa mi vientre, no encontrarás ombligo, pues nací de una geoda.

– Es increíble... – Dije algo ilusionada.

– ¿El qué? – Se extrañó Fernand

– Toda mi vida soñé con encontrarme con las criaturas de los libros que tanto he leído... Y ahora las tengo frente a mí. Es increíble.

– Ya... Bueno, Feanor...

– ¿Feanor?

– Es su nombre élfico. ¿O te crees que en los reinos élfico lo llamaron Francis? Te lo contaré como un cuento para que alguien incapaz de concentrarse como tú pueda entenderlo.

– Oye...

– Bueno, Feanor nació en un reíno élfico,era un chico lleno de energía y con un gran corazón. El pobre había sido abandonado por sus padres, y sobrevivía en las calles como podía, de ladrón, era habíl y casi imposible de atrapar.
Un día, un comerciante enano llegó al reino élfico en cuestión, con la intención de vender algunas mercancías, Feanor y su grupo de amigos vieron la oportunidad, un comerciante que no conocía la ciudad y del que podrían sacar dinero suficiente como para comer por una buena temporada, presa fácil y jugosa. Juntos robaron al comerciante con sorprendente habilidad, y huyeron con la mercancía, pero el comerciante era de raza enana, orgulloso y cabezón, no iba a dejar que aquellos chiquillos se burlarsen de él y huyesen con lo que le pertenecía, así que los persiguió. Los chicos podrían haber huido, pero algunos de ellos se divirtieron con la situación, y se burlaron del comerciante haciendo que los persiguiese mientras le mostraban las mercancía. A Feanor no le hacía ningún gracia, pero necesitaba lo robado para poder comer. Las bromas de aquellos chicos se salieron de control, y en un momento dado decidieron humillar al comerciante, dejaron de huir y mientras uno parecía devolver la mercancía robada, lo que el ingenuo del comerciante tomó como un gesto de amabilidad, otros lo atacaron por la espalda. Un ataque sin honor, los golpes escaparon, y aunque el comerciante se defendía, apenas era rival para tres, y estos estuvieron a punto de matarlo.
Feanor, totalmente indignado con la situación encaró a los ladrones, y defendió al comerciante, aunque eso significase arriesgar su vida, o peor, pelearse con la única familia que tenía.
Al final, el chico consiguió alzarse victorioso, aunque acabó destrozado, física y emocionalmente. Feanor, había ganado, pero no lo parecía, estaba lleno de moratones y ensangrentado por los golpes y cortes, y no paraba de llorar, mientras suplicaba perdón y devolvía la mercancía robada.

Fairy Luck : La marca del Fénix || Libro 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora