"Las llamas ardían a mi alrededor. Él me protegía, él me cuidaba.
Lo único que pedía a cambio era que escuchase su palabra y la divulgase"La revelación de Kail-un – Sir Erik Valuarte
–Michelle Smith–
El día estaba terminando, el sol se ocultaba tras las chimeneas de las fábricas, en las zonas del centro de la ciudad se encendieron farolas de luz eléctrica, que iluminaban con un color rojizo las calles de la misma, mientras que en las zonas más exteriores se seguían utilizando lámparas de gas, aceite, o incluso antorchas.
Debido al incidente del vacío, la guardia había aumentado las patrullas, cortado el tráfico y regulando cada movimiento por la ciudad.
Creo que en los tejados de los edificios vi la figura de soldados con máscara de cuervo, pero no estaba del todo segura, pues tan rápido como los buscaba, estos desaparecían.
Viajaba en un carruaje que Feanor me había pagado, que me llevaba de vuelta a la forja.
Tras pasar algunos controles, salimos de la ciudad de Brinchexter para llegar a los alrededores.
Era una gran y extensa llanura, repleta de campos de cultivo, donde se cultivaban principalmente cereales, pero donde el ganado también tenía gran importancia, pudiendo ver grandes rebaños de ovejas pastando.
Había algunas casas de piedra con techo de paja distribuidas por el terreno, que separaban entre sí con muros de piedra de bajo tamaño, limitando la propiedad de cada uno.
Podías ver las vías del ferrocarril cruzando el paisaje, parecía una gran serpiente metálica que se extendía por kilómetros.
El ferrocarril era una máquina que me fascinaba, el como usando únicamente la energía del fuego, con la estructura y mecánica adecuada, se podía mover algo tan pesado a tales velocidades, era algo que parecía casi mágico.
Llegué a una casa hecha principalmente de piedra, de dos plantas, y con tejado de madera.
Un cartel sobre la puerta anunciaba el nombre del lugar: “Iron Smith" y bajo su nombre el dibujo de un ave fénix, muy parecido al ave fénix que ahora tenía gravado sobre mí mano, pero con las alas cerradas y en reposo.
Y es que el ave fénix, o ave de Kail-un, había sido el símbolo de los herreros por siglos, y por ende mi familia también lo había adoptado. Me parecía irónico que fuese así, aunque mi abuelo aseguraba que había sido casualidad, y que el motivo del Fénix había sido por una historia de su juventud.
Bajé del carruaje y le dí las gracias al cochero, este se quitó el sombrero en señal de despedida y se marchó de vuelta a la ciudad.
Golpeé la puerta de madera y esta se abrió, mi madre era la que estaba detrás.
Era una mujer bastante seria, que siempre cuidaba su estética, con preciosos vestidos de colores y con su pelo azabache bien peinado y recogido.
La gente decía que nos parecíamos, aunque la verdad, lo único que había sacado de ella era el color de su pelo y ojos, me parecía más a mi padre.
Este estaba sentado a la mesa, bebiendo una jarra de cerveza fría tras terminar de cenar, algunos restos de comida se habían quedado en su pronunciada barba, por lo que tuvo que limpiarse como pudo.
Era un hombre robusto, con brazos fuertes de trabajar en la forja. Su pelo castaño estaba revuelto, y su cara era roja por el calor de las llamas y por la cerveza.
Vestía con la misma ropa que yo, camisa blanca y pantalones de cuero marrón, aunque colgado a su cuello llevaba unas gafas compuesta de un gran armazón metálico y gruesos cristales. El equipo de un herrero.
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Fairy Luck : La marca del Fénix || Libro 1||
Fantasía"¡Sean todos bienvenidos a Fairy Luck! Tu tienda de antigüedades y artículos mágicos de confianza." ★ Situada en el corazón de Brinchexter, ciudad inglesa en plena Revolución Industrial de un mundo donde existe la magia, se encuentra la tienda de Fa...