Capítulo 25

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"Las pesadillas pueden hundirnos en la miseria, pero conocer su significado es esencial para alcanzar una nueva perspectiva de la realidad.
Pero no hacerlo nos lleva, inevitablemente, a un estancamiento en nuestro desarrollo personal "

Análisis de los sueños – Penelope Freud

Arthur Wellington

– Estoy muerto...Arthur, mirame, estoy muerto... ¡Mira lo que has hecho!

Aquellas palabras se repetían una y otra vez, en un eco constante.

Sam me miraba con su cuerpo carbonizado mientras repetía esas palabras sin descanso, arrastrándose por el suelo mientras su rostro y voz se deformaban.

Intentaba ayudarle pero al hacerlo Sam gritaba de dolor, un grito que no parecía humano, lleno de dolor y agonía, mientras todo su cuerpo se convertía en una masa amorfa de oscuridad.

Yo gritaba, gritaba que lo sentía, que lo iba a ayudar. Pero no servía de nada, cada vez sufría más.

Sam cayó sobre mí y lo sostuve entre mis brazos mientras se disolvía y se me escurría entre los dedos.

Al fondo, la figura de la vacío humana me observaba fijamente con sus inexistentes ojos Esbozó una sonrisa imposible y llena de colmillos, disfrutando lo acontecido, entonces habló.

– Señor Wellington...

Me desperté sobresaltado y cubierto en sudores fríos, con la respiración agitada y el corazón a mil.

Estaba en aquella habitación del palacio de Brinchexter, la ventana estaba abierta y la luz de la luna iluminaba de forma melancólica los rincones de la habitación. Nath observaba el paisaje en silencio mientras la brisa mecía su cabello azulado, la luz de la luna remarcaba su afilado rostro.

– Estabas gritando...¿Una pesadilla? – Preguntó sin dirigirme la mirada. – Las odio.

– ¿Se puede saber qué haces en mi cuarto? ¿No tienes vida o que? – Pregunté agotado, mientras me acariciaba la sien, m dolía muchísimo la cabeza, como si me fuese a explotar.

+ En Brinchexter soy tu escudera, es decir, que debo protegerte. Estabas gritando y decidí entrar. Solo es trabajo.

– Ya...eso no explica que hacías despierta a estas horas. – Quería olvidar la pesadilla, una pesadilla que seguía palpitante en mi mente, por eso quería cambiar de tema como diese lugar.

– Los elfos somos principalmente nocturnos, aunque nuestros hábitos se hayan acostumbrado a la vida diurna de los humanos, la verdad, es que nos sentimos más cómodos a estas horas...
Tú pesadilla es por lo ocurrido. ¿Verdad? No me mientas, repetían sus nombres en voz alta, y suplicabas perdón. – Aparté mi mirada algo avergonzado, ella lo había escuchado todo, ya no cabía la opción de ignorar el tema –
Mira, no puedes culparte por lo que pasó. Ellos lucharon y murieron por cumplir su deber como soldados. Un acto honorable y heroico.

– No lo veo así. ¿Por qué me elegiste? Sam tenia razón, yo no valgo como héroe, no soy nadie...seguro que había mejores opciones...

Esa duda había rondado mi mente desde que fui elegido como héroe de Brinchexter. No creía tener las cualidades para ser elegido y mucho menos para que el rey supiese quien soy por muy importante que fuese mi padre. Pero sabía que Nath, como embajadora, había tenido una gran influencia en las últimas decisiones del monarca. Necesitaba saber.

– Eres más avispado de lo que esperaba...– Se rió. Confirmando mis sospechas.

– ¿Y bien? Tenías intenciones detrás...¿Verdad?

Fairy Luck : La marca del Fénix || Libro 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora