Capítulo 37

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“Nunca elegí mi camino, solo tomaba aquellos que aún no estuviesen cortados.
Puede que hasta ese momento hubiese por lo menos una mínima elección, pero hoy están todos cortados”

El camino de Muerte – Joe Dan

Nadine–

Un día más en aquel hospital, el paciente de la planta tres empezaba a recuperarse y pronto le daríamos el alta.

Todo iba demasiado bien, era un día tranquilo y soleado.

Decidí descansar la vista un poco. ¿Cómo le estaría yendo a Michelle?

Hablando de ella, está mañana, había visitado a su abuelo. Habia empeora lodo aunque no estaba grave. Debería medir la medicación, por si ya estaba dejando de actuar.

Pero era extraño, los síntomas eran iguales y los signos vitales se mantenían estables. No parecía ser producto de su enfermedad, más bien era como si algo ajeno le estuviese afectando.

Por lo menos por ahora parecía estar bien, quizá solo era un susto.

La puertas del hospital se abrieron y yo me dispuse a saludar a aquel que hubiese entrado, pero me quedé muda.

Alguien que portaba la máscara de Fenrir era el que había cruzado.

No podía ser él, ¿Verdad? Fenrir estaba en Krähennest, haciendo encargos para los Lobos. ¿Quién narices era este tío?

Recaí en el asesinato del ovispo, Fenrir no había sido...¿Y si? ¿Qué hacía aquí?

Se quedó en silencio mientras observaba las paredes, comentaba algo, pero no lo escuché bien.

Decidí hablarle, tuve que esforzarme en que mi voz se escuchara, la simple presencia de aquella persona me generaba escalofríos.

– Perdone...según el último secreto real está prohibido el uso de máscaras en lugares públicos. Ya sabe, por los terroristas.
No quiero meterlo en un lío, señor. ¿Quiere algo? Si no, largues.

– Si...perdone las molestias. Habló tranquilamente, como si tratase con un viejo amigo. Su voz no era la de Feanor. Esto no me gustaba nada. Se paró a analizar un cuadro, ignorandome - Este cuadro es bonito, creo que quedaría bien en mi casa. ¿No crees? -No parecía hablar conmigo.

Queria salir huyendo de allí, pero en mis adentros, sabía que aquel tipo no iba a dejar que me marchase.

– ¿Señor...?

– Excúseme de nuevo. A veces...me disperso un poco. – Dió unos pasos hacia el mostrador y se apoyó en él. - Vengo a ver a un viejo amigo ... Bueno, más bien es el viejo amigo de un conocido. Se que usted le cuida. Y estoy seguro que una enfermera tan guapa y atenta como usted sabe todo sobre sus pacientes...¿No es así? -Acarició mi rostro como una víbora que analiza a su presa. No me podía mover, no solo por el miedo, sino porque sentía que un movimiento en falso y todo acabaría.

– ¿Que quiere?

– Oh, nada. No se encuentra en este hospital...no, no, no. Pero quiero que le mandes un...mensaje.

– ¿Mensaje?

– Por supuesto. ¿No es curioso? Que usted me catalogue de terrorista, cuando usted trabaja con los Lobos...

Sabía más de la cuenta, nunca salía de mi clínica con la máscara. Nunca hablaba con nadie del tema.Siempre lo hacía todo a solas.

Me había estado espiando.

Fairy Luck : La marca del Fénix || Libro 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora