“Donde hay muerte, siempre habrá muerte. Pero la llama de la vida es algo difícil de extinguir”
Lucha de una cosecha – Abigail Laurenz
–Michelle Smith–
El cuerpo de Feanor cayó como un simple peso al suelo, dejando un vacío en mi interior, aquel elfo había sido mucho más que un compañero para mí, había sido casi de mi familia, había enfrentado a un ejército para ayudarme, me había enseñado la magia a soñar, a luchar...no podía ser su final, no de este modo.
Nadie dijo nada, pero de un modo u otro, todos y cada uno de nosotros estábamos impactados por lo ocurrido, Fernand apretaba su báculo hasta tal punto de casi partirlo, Ari aunque en un primer momento parecía enajenada, ahora mantenía una mirada firme y serena hacia Rin, siendo Ari, esto era aún más aterrador. Aunque algo en mi interior quiso creer que Ari sabía algo más.
Noté que el pelo de Nath parpadeaba en pequeños, pero intensos pulsos de energía.
La risa sádica de Rin se esparció por todo el templo, llenando mi corazón de temor.
– Que patéticos...pensáis que podéis derrotarme, pero no sois nadie. Aquí a caído el legendario Fenrir, y el resto no sois diferentes. Apartaos de mi camino, dejadme cumplir mi objetivo...y puede que os dejé vivir por lo menos para ver la caída de vuestro dios. No penséis siquiera en luchar... ¡Soy el portador de muerte! ¡Soy un dios! ¡Soy invencible!
Rin estaba totalmente borracho de poder, hacía mucho que había cruzado el umbral de la cordura, y cada vez estaba más desquiciado.
Me mantuve firme y le planté cara, mirándole fijamente a los ojos. Estaba aterrada, pero no iba a permitir que esto quedase en vano, si iba a destruir a Kail-un, a destruinos, yo no iba a caer sin luchar.
El resto tampoco lo hizo, todos se mantuvieron firmes, sin quitarle el ojo de encima a Rin.
Él, aunque algo asombrado, parecía divertido, de sus cicatrices empezó a emanar un leve humo morado.
– Mortales estúpidos... no estáis a la altura del mago más poderoso de todos, el mejor...
Una leve risa cortó a Rin, sonando como un leve eco lejano, nos desconcertó a todos, pues ninguno de nosotros estaba riéndose.
Más pronto que tarde, nos dimos cuenta de que la risa provenía del cuerpo de Feanor. Y como si se tratase de una visión de una pesadilla, el cuerpo de Feanor se reincorporó como un títere mineras seguía riendo, cada vez más fuerte, para asombro de todos, incluso de Rin.
– ¿El mejor mago de todos? No me hagas reír... – Dijo el que deberia ser un cadáver con la soberbia que caracterizaba a Rin, ¿había sido un truco? – Eres poderoso,sí...pero te falta mucho para ser el mejor mago, incluso para ser uno mediocre.
– ¡¿Cómo es que estás vivo...?! – Preguntó Rin con un cierto temblor en la voz. – Te he atravesado el corazón...no es posible.
– Oh...¿esto...? – Feanor se miró el agujero en su pecho – No te creas... Pica un poco, pero lo que me jode es tener que arreglar el traje. ¿Tú sabes lo que cuesta uno de estos?
– ¡¿Te atreves a burlarte de un dios?! – Rin tenía tanta rabia que las venas en su sien estaban por estallarle de la presión.
– ¿De un dios? ¿Dónde? – Preguntó Feanor con tono de burla, lo que estuvo por hacer explorar al portador de muerte – Yo solo me estaba burlando de un elfo pelorrosa que se cree un mago.
Rin lanzó un puñetazo con una fuerza devastadora a Feanor, el Lobo se estrelló contra la pared con un gran estruendo y cayó al suelo, inmóvil.
– No te levantes...insolente. – Dijo Rin con la voz rasgada del enojo.
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Fairy Luck : La marca del Fénix || Libro 1||
Fantasy"¡Sean todos bienvenidos a Fairy Luck! Tu tienda de antigüedades y artículos mágicos de confianza." ★ Situada en el corazón de Brinchexter, ciudad inglesa en plena Revolución Industrial de un mundo donde existe la magia, se encuentra la tienda de Fa...