Capítulo 65

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“La vida es un ciclo, el final de una historia marca el inicio de otra”

Círculo de Fuego – James Riera

–Rin

La oscuridad se alimentaba de mi alma, destruyendo cada mínima parte de mí. El miedo y la desesperación, de estar encerrado, sin escapatoria, era lo único que sentía.

Atrapado en mi maldito cuerpo, demostraba lo débil y frágil que en realidad era, lo diminuto que era frente a ese gigantesco universo. Una simple mota, sin importancia.

Y eso me daba miedo... estaba solo.

La luz de una llama se encendió en ese lugar frío y oscuro, en un principio, me cegué por su luz, pero al rato, pude verla directamente, cuando mis ojos se acostumbraron.

La llama avanzó hacia mí, y las lenguas de fuego iban cubriendo todo ese lugar, y dejándome sin escapatoria, y entre las llamas divisaba la figura de un ente de pelo llameante y enorme lanza.

Volvía a ser ese niño, atrapado bajo escombros en un pueblo en llamas. Pero ya no tenía miedo, agradecí cuando las llamas invadieron mi cuerpo y las acepté como un cálido abrazo.

No me quemaron, pero me dieron calor, iluminaron la oscuridad y no podía sentirme más agradecido de su presencia, eran liberadoras, purificadoras...

Una mano apareció en mi campo de visión, ofreciéndose para que yo le diese la mía, era Tadium, que me observaba con una sonrisa cariñosa.

– Ha llegado el momento, Rin. ¿Nos vamos? – Me preguntó.

– Pero...he fracasado. No logré cumplir la promesa que te hice aquel día...

– Puede ser, pero el pasado no se puede cambiar, por lo menos has luchado por lo que creías, y nunca te rendiste. Eso es lo que importa... Fuese como fuese, viviste a tu manera. Ahora, es el momento del acto final. Tenemos que irnos

– Tengo miedo...

– Tranquilo. Estoy contigo.

Le ofrecí mi mano, y juntos nos dejamos consumir por las llamas de Kail-un.

Señorita Smith... estaba equivocado, eres una persona extraordinaria. Digna de poseer el poder de los dioses, gracias por haberme salvado.

Feanor Lake–

Observé atónito la esfera de plasma gigante que Michelle estaba creando, un pequeño sol en miniatura que iluminaba como si no hubiese una tormenta sobre nuestras cabezas y fuese, en realidad, un día soleado.

Nunca había visto algo tan hermoso, y a la vez tan peligroso...

Michelle concentró toda su energía de golpe, en un punto apenas perceptible pero muy brillante. Y sin compasión la lanzó contra Rin, generando un devastador haz de energía, que tras un choque con el ataque de Rin, acabó ganando terreno.

El haz de luz atravesó a la bestia, junto con la pirámide, por un segundo no pasó nada, entonces un fulminador resplandor me cegó, seguido por un poderoso estruendo que hizo a la tierra temblar.

La pirámide y la bestia estallaron en una gigantesca bola de fuego, la tierra se levantó al pasar la onda de la gigantesca explosión, e iba directa a nosotros.

– ¡Buscad refugio! – Grité.

Todos corrieron a ponerse a cubierto, antes de que la poderosa onda nos aplastase.

Traté de reincorporarme, pero mi pierna me hizo caer al suelo, lloré por el dolor, y apenas podía moverme.

Fernand me agarró de los hombros y trató de ponerme a cubierto como pudo, pero no nos iba a dar tiempo, el estruendo de la tierra levantarse ya era próximo, apenas doscientos metros. Fernand me tiró por un pequeño terraplén y el saltó detrás, nos apechugamos contra la tierra.

Fairy Luck : La marca del Fénix || Libro 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora