Capítulo 38

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“Sois lobos. Animales salvajes que no pueden ser domados ni amaestrados. Cuando alguien lo intente, mostrad vuestros colmillos.”

Lamento del Lobo – Fenrir Leblanc, el primer lobo. 

Arthur Wellington–

Algo iba a salir muy mal, lo sentía. Pese a que lo habíamos previsto todo, sabía que algo estábamos pasando por alto.

Los Lobos estaban ahí fuera, acechando, esperando el momento de abalanzarse sobre nosotros sin piedad. Mantuve el arma en guardia, preparado para reaccionar con la mayor velocidad posible. Estaba demasiado tenso, me costaba hasta parpadear.

Nath, sin embargo, no parecía nada preocupada. Se mantenía erguida y analizando el ambiente con gran calma. Se notaba que tenía mucha más experiencia en esto que yo.

– Están aquí. – Dijo con confianza absoluta.

– ¿Lo aseguras o lo supones? – Pregunté.

– Lo sé. Hay una francotiradora en ese edificio de ahí. Le he visto el reflejo del arma.

Miré hacia donde ella miraba con discreción. Era cierto, el sol chocaba con una lente provocando un destello. Nos estaban vigilando, eso solo aumento mi tensión.

– ¿Qué hacemos?

– Esperar. Da igual, no saldrá de ahí. Lo que me preocupa es que sólo haya visto a uno.

Las fachadas de las torres se encendieron, junto con el escudo de la ciudad de Krähennest. Dando lugar a un anuncio de Odín

– Amados ciudadanos de Krähennest, hoy dará lugar a la ejecución del lobo Bach Turan.
Puede parecer una medida drástica, pero necesaria. Los Lobos no son ciudadanos, son monstruos que disfrutan de causar dolor.
Cómo nos ha demostrado hoy Fenrir Lunatic, al inundar un hospital en Brinchexter con vacíos – Mostró las imagenes de lo que había pasado esa mañana, casi me dieron ganas de vomitar, todos los presentes parecían aterrorizados – ¿Acaso existe un acto mayor de mald...?

El discurso de Odín se cortó al instante y las fachadas quedaron en negro.

– ¿Qué ha pasado? ¿Un error? – Pregunté

– Mierda... – Nath parecía alterada, como si viese una pesadilla recurrente.

La confusión se notaba en el ambiente, todos comentaban entre sí y los Cuervos prepararon sus armas.

De repente, apareció. En todas las fachadas se dibujó la máscara de Fenrir, mirando a todos con su único ojo y mostrando su sádica sonrisa. Su voz resonó por todo el lugar, anunciando de forma alegre pero amenazante que el ataque era inminente.

– Miedo. Control. Pobreza. Mentiras.Eso es lo que os ha ofrecido Odín.
¿Podéis confiar en las palabras de un mentiroso?
Así es, no estáis soñando, soy Fenrir Lunatic. Sabéis de lo que soy capaz, pero tranquilos. No quiero haceros daño, incluso os aviso por si queréis refugiarnos.
Pero pensáis hacer daño a uno de los nuestros y eso no puedo pasarlo por alto.
Liberad al lobo y nadie saldrá herido.
No dejéis que sus mentiras os controlen... ¡Sois Lobos! Rompes vuestras cadenas.

Ya claro, voy y me lo creo. Nath mantenía su mirada fija en lo alto de la Torre Este, Fenrir esperaba allí, jugueteaba con un bastón.

Todos los cuervos se pusieron en guardia y prepararon sus armas al unísono.

La tensión era palpable, el menor movimiento en falso llevaría al caos absoluto.

Nath se puso su casco de cuervo.

Fairy Luck : La marca del Fénix || Libro 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora