Capítulo 48

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" La luz de Kail-un guía nierñteo camino. Pero su luz, también puede cegarnos o abrasarnos en la más absoluta desesperación"

La ley de Kail-un - Geronimo de Borbona

-Nath Lake-

En la ciudad se repetía una y otra vez el mensaje, avisando de la muerte del rey de Brinchexter. Culpando a los Lobos se tal acto, pero yo había sido testigo de la verdad y serlo me hizo dudar. ¿Cuántas veces más habrían mentido con ello? ¿Cuántas veces me habrían manipulado, al depositar mi confianza en el juicio de quién yo consideraba justo?

Aunque, en el fondo, ya sabía que me ocultaban la verdad, al final del día era política y la política consistía en dirigir la atención del pueblo para conseguir tus fines. Cómo en un buen truco de magia, muchas veces se recurría al engaño. Había sido una tonta por creer ciegamente en Odín.

Daba vueltas de un lado a otro en el comedor de mi mansión, sin saber bien como tenía que actuar, que hacer.

Arthur seguía petrificado por mi hechizo, una descarga que neutraliza los nervios motores por un tiempo.
No era recomendable usarlo, pues podía dejar secuelas... pero era mejor que dejar que lo mataran.

Me observaba en silencio desde el sillón, juzgándome, seguramente por no dejarle actuar.

Me detuve ante el cuadro que Feanor pintó tiempo atrás. Me fijé en la figura de Feanor, escondido en el dibujo

- ¿Tenías razón, Feanor?

Arthur gimió intentando hablar.

- No intentes hablar, es peor. Espera hasta que recuperes la sensibilidad...
Pero se que tienes dudas. Arthur, Feanor me habló de un tal Mr R. Alguien que había hablado con mi hermana y que no habían acabado muy bien.
Y a su vez, lo culpaba por la muerte de mi hermana. Dicho hombre dirigía a un grupo criminal llamado Gatos Callejeros, los que lo habían contratado para robar en mi casa. Acusó a Odín, para Feanor, el Odín que sustituyó al anterior fue ese tal Mr R, que asesinó a mi hermana en su camino al poder... O al menos, él lo ordeno.
No lo creí, ¿Cómo alguien con tanta sabiduría, que velaba por el conocimiento y la justicia, iba a haber cometido tal acto?
Más alguien que había hecho tanto por mí... pero viendo lo de hoy. ¿Y si tenía razón? ¿He apoyado a mi enemigo todo este tiempo...? Pero... Yo creía en su idea de justicia...

Las puertas de la mansión se abrieron de golpe, Carnigan entró dando largas zancadas. Su cara estaba roja como un tomate debido a la ira acumulada y una vena latente se le marcaba en el cuello.

- ¡¿Se puede saber qué coño hacías allí abajo?! ¿Y si te hubiesen visto, jovencita? - Me gritó.

No perdí la calma, yo no era la que tenía que dar explicaciones.

- ¿A sí? ¿A que vienes? ¿A detenerme? ¿Para que me puedan ejecutar y esconder el secreto?Puedo luchar y lo haré... Eulix.

Deje que la energía fluyera por mi cuerpo, la acumulé en mi cabello para poder hacer uso de toda la que quisiera si hiciese falta.

- ¿Luchar? Por favor, no soy rival para ti, ni siquiera con todos mis gemas potenciadoras. - Se movió por la sala y se dejó caer en el sillón al lado de Arthur. - Muevete, chico. ¿Me has oído? Espacio... - Lo zarandeó al ver que Arthur no respondía.

- ¿Y entonces? ¿A que vienes? - Pregunté

- Tienes que estar de broma...¡Mi responsabilidad es que estés a salvo! Si te hubiesen visto sería el fin. Son dos portadores... el portador de muerte, llevo un tiempo trabajando con él y es... aterrador.

Fairy Luck : La marca del Fénix || Libro 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora