Capítulo 35

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“La vida se compone de pequeños momentos que se dispersan en un entorno cambiante y caótico. Qué solo adquiere sentido ante los ojos de Kail-un”

La luz – Johnny Silver

Michelle Smith–

Aquella villa no era muy grande, pero no faltaba de nada. No es que fuese un lugar perfecto, ni mucho menos, había algunos conflictos y peleas.

Había algunas noticias de crímenes graves de estafa y robo. Pero esas noticias eran rápidamente atendidas, además era el lugar más tranquilo que había visitado por ahora. Así que era una mejora considerable, extraño.

Clint nos había llevado a todo tipo de sitios, tiendas de moda de todo tipo, inventos que no había podido imaginar. En su mayoría eran extraños y no tanto funcionales, como si buscasen en todo momento hacer un nuevo descubrimiento.

Centros médicos de todo tipo, incluso el dentista era alguien que hacía más cosas que únicamente quitarte los dientes podridos. Todo producto de la mezcla de ideas que confluían en ese lugar.

A momentos Ari se paraba a leer los letreros que encontraba en voz alta. Un ejercicio que le había dado Feanor para mejorar su vocabulario.

Sin embargo, no todos era capaz de leerlos y tenía que entrecerrar mucho los ojos.

– Ari...¿Qué pasa? – Pregunté.

– ¿Michelle poder leer esto? Perdón...¿Michelle pued...pueder leer esto?

– ¿Pueder? Querrás decir puede. Vas mejorando. A ver. Si ... Alubias. – Leí

– ¡¿Cómo?! –Se sorprendió.

– Tampoco le pediría que lea tan bien. - Dijo Clint – Piensa que es una criatura de las profundidades de la tierra. No tiene buena visión. Por eso solo lee las letras gordas.

– Eso explica muchas cosas... Con razón tengo que estar tan encima suya. – Dijo Fernand. – Está cegata perdida.

– Pero Ari quer...quiere leer...lee. – Se trabaja más de lo normal hablar, tratando de hacer un esfuerzo descomunal con el fin de hablar correctamente.

– El segundo verbo no lo tienes que conjugar. – Le explicó Fernand.

– ¡¡¡Hablar ser difícil!!! – Se deseseperó. – ¡Y leer ser imposible!

– Bueno, puede que haya una solución. Si funciona en criaturas de dos ojos...¿Por qué no lo haría en criaturas de ocho? Seguidme.

Clint nos llevó a un oftalmólogo. Una tienda con grandes vidrieras y muy iluminada, repleta de todo tipo de gafas.
Había muchas máscaras con cristales.

Un hombre esperaba tras un mostrador.

– Adelante...¿En qué puedo...? ¡Aaaaah! ¿Qué es esa cosa? – Dijo al ver a Ari. Su cara se descompuso y de la impresión chocó con una estantería, tirando sin querer algo de utilería.

– Holi. – Saludó Ari.

– Es una hada hormiga. Tranquilo, no muerde. Si no la molestas claro. – Advirtio Clint.

– Ari tener mordedura venenosa. – Canturreó alegremente.

– Eso no ayuda... – Comenté – ¿Por qué no tienes máscara? – Me percaté de que el oftalmologo podía ser el único en la aldea que no la llevaba.

– Entorpece mi trabajo...y prefiero ser expresivo. Muchos de los habitantes de este lugar vienen a evadirse, pero no quieren ser reconocidos por los de fuera. A mí me da igual – Explicó una vez pasado el susto inicial, parecía que algo en mi le llamaba la atención.  – En cuanto a usted...sus gafas de herrería. Pese a no ser de mi agrado son...sublimes. Ese cristal le permite ver las hebras. ¿Verdad?  Inteligente medida para una humana.
Bien, ¿Quién de ustedes necesita las gafas?

Fairy Luck : La marca del Fénix || Libro 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora