Capitulo 67

117 3 0
                                    

Narra Edward:

- Llegó con el mismo tipo grandote de la otra vez, - siento la furia subir a mi cuerpo cuando mi cómplice llega pasada la media noche a contarme sobre su ronda.

- ¿Se fue de una vez? - el pilluelo niega con la cabeza mientras se relaja en mi sofá.

- Cuando me vine estaba dentro con tu novia, - no lo soporto más, rompo un jarrón que está junto a mi, - Calmese jefe.

- ¿COMO ME PIDES QUE ME CALME? LA RUBIA TENIA RAZÓN, LA HE PERDIDO. - relajo mi postura al darme cuenta que lo he tomado por el cuello y veo su cara de susto, lo devuelvo al sillón de donde se para de golpe, - lo siento digo para tratar de calmar su susto.

- Será mejor que me vaya... - se encamina a la salida de mi anexo, - eres demasiado peligroso.

- Espera, - le hago señas con las manos al frente para que no me abandone, - no fue mi intención asustarte. - voltea me muestra su dedo corazón y se va dando un portazo.

Si salgo a buscar a Ana lo más seguro es que la policía me siga.

¿Valdrá la pena perder lo único que me queda?

Mi libertad sin ella no vale nada, busco mis llaves y me lanzo a la calle.

Narra Ana:

- ¡Papá! - al ver la mirilla de la puerta me quedo asombrada, son poco más de las dos de la mañana. Papa entra como un huracán cuando abro.

- Siento mucho llegar a esta hora, pero.. - esta tomando, lleva la botella en su mano y al besarme siento el olor a alcohol, pero detiene su mirada en Ale que está de brazos cruzados en medio de mi pequeña sala, - ¿El quien es? - me mira esperando mi respuesta, como no obtiene reacciona con humor - hola yerno, no es buen momento para conocernos, - le estrecha la mano y Ale le sonríe.

- ¡Papá estás tomando! - le recriminó.

- Es natural que me preocupe, eres mi niña, - levanta la voz, le vuelco los ojos, - Ya se que estás grande para estas cosas, pero soy tu padre y... - se bloquea, niega con la cabeza y se sienta en mi mueble, - ...necesito ayuda, necesito que me escuchen, - nos hace señas para que nos sentemos, su voz es de súplica, - venga yerno, - muero de vergüenza mientras Ale lo disfruta.

- ¿Que sucede? - le digo mientras me siento a su lado tratando de ocultar mi rubor, Ale se sienta frente a nosotros.

- Tu mamá se casa mañana, - toma un trago de la botella.

- ¡Por Dios! Llevan casi diez años separados. - veo como le pasa la botella a Ale.

- Nunca es tarde para darte cuenta que perdiste a la única mujer que valía la pena, - Ale se queda con la botella, pero no la prueba, - para rematar el tipo es un santo, hasta mis hijos lo adoran, - lo miro cuando compruebo que habla de su papá.

- ¿Y eso es malo? - hace la pregunta calmado, papá lo mira y casi que explota.

- ¡Terrible! - Ale está serio y temo por lo que papá pueda decir, - nunca podré recuperarla, la gano limpiamente y no va a ser tan estupido como yo para perderla, - Ale sonríe y baja la mirada, - yerno mirate en este espejo, no cometas el mismo error, - Ale está fijo mirándome y el rubor estalla en mi.

- Papá por favor déjalo tranquilo...

- ¡Sssssh! - papá me manda a callar, - en mi mundo hay dos mujeres que valen la pena, - le quita la botella a Ale y toma un trago, - Alice, mi ex mujer a la que ya perdi y mi princesa que no pienso dejar que nadie me le haga daño, - pone la botella a un lado y lo señala, - así que coje consejo, mirate en este espejo.

Enamorada Del PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora