Capítulo 45

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Al tratar de irme llegan dos señores y mister simpatía cuelga para atenderlos. Se saludan y hasta me estrechan la mano, pero mi cabeza no coordina, quiero desaparecer al mundo entero o por lo menos los asistentes al restaurant para matar a este bastardo.

Lo miro directamente llena de mucha rabia, cuando me doy cuenta que todos me miran, siento el rubor subir a mis mejillas, producto de la vergüenza de no estar escuchando lo que me dicen.

- ¡¡Oh no!! Ella es la ingeniero Ana Montalvo, - mister simpatía sale a corregir ante mi silencio, - Victoria no pudo asistir, - me quedo muda, solo entiendo que esperaban a la novia de mister simpatía, trato de sonreír, pero no me sale.

- Bueno de todas formas bienvenida Ana, - me duelen las palmas de las manos después de haber apretado los puños sin darme cuenta, asiento y les doy una media sonrisa.

Las conversaciones se dan entre ellos mientras ordenamos la comida, misma que medio pruebo, solo asiento a cada afirmación a la que se me hace referencia.

- ¿No te gustó la comida? - me avergüenzo ante la pregunta de uno de los señores.

- ¡¡Oh no!!! Es solo que no tengo apetito.

- ¿Te sientes mal? - la pregunta la hace el otro señor.

- No, debe ser el cambio de clima, - me sonríen en muestra de compresión y el imbécil de mister simpatía me sonríe como si fuésemos los mejores amigos.

- Bueno cambiando de tema, - interrumpe para comenzar a trabajar, - ya nuestra cotización fue enviada.

- Si, ya la recibimos, Manuel las analizó, - se refiere al otro señor que asiente, mientras conversan escucho sus nombres a los que no presté atención al principio.

- Son tres empresas con ustedes, de hecho hoy nos hemos reunido con los otros dos, - interviene Manuel que fue el aludido, - en cuanto a precio ustedes son la segunda mejor empresa, bueno eso se los acaba de enviar Ricardo en un correo.

- Gracias, me encargaré de revisarlo ahora mismo, - le comunico mientras reviso la portátil.

- ¿Además de eso que más pueden ofrecer? - mi compañero estrella se queda callado cediendome la palabra.

- Nuestra mano de obra es la más calificada, lo pueden corroborar en el trabajo que realizamos anteriormente para ustedes, - los tres fijan sus ojos en mi, - además de nuestro cronograma de puesta en marcha y culminación en tres meses, - agradezco a Dios haber revisado el proyecto con detenimiento la semana pasada.

- Eso es cierto, anoche estuve revisando tu mail, - es Ricardo quien me habla.

- Eso justifica que nuestros precios estén un poco más elevados a las demás propuestas, - tocamos algunos puntos más hasta que deciden retirarse.

- Disfruten la estadía en el hotel, - ahora es Manuel quien me habla a mi, - por favor mantente conectada por cualquier duda mientras reviso las propuestas, - asiento, - nos vemos mañana a las nueve y sabremos cual es la propuesta ganadora.

- Está bien, que gane el mejor, - les robo una sonrisa y me entusiasmo en el sentido competitivo.

Los veo alejarse y aprovecho para recoger la portátil ante la mirada de mister simpatia sin prestarle atención.

- ¿Dónde vas? Tenemos trabajo, - camino apresurada, un minuto más con el y no me importará la gente, lo mato. Al llegar junto al ascensor siento su mano rozar mi brazo y me giro con toda la fuerza que la rabia me impulsa.

- ¡¡NO ME TOQUES!! - algunas personas voltean a mirarnos y me apeno, su mirada es de asombro y eso me hace acercarme para hablarle más bajo, - vine a trabajar, pero no pienso aceptar por nada del mundo tus humillaciones, limitate a estar fuera de mi camino mientras esto termina, - abre la boca para decir algo, pero no tengo ganas de escucharlo, - eres un bastardo insolente, cómo ya te dije antes mi madre te queda grande en la boca y lo que pienses de mi me tiene sin cuidado, - cómo suele suceder en las películas se abre la puerta del ascensor y entro manteniendole la mirada cómo si con ella pudiese hacerle daño, el por el contrario ha quedado con la boca abierta.

Enamorada Del PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora