- ¿Yo que? - me hace pensar en Edward, antes de que responda aparece Caro frente a nosotros con los brazos cruzados.
- ¿Y ustedes? - ambos nos quedamos mirándola.
- Ii-ibamos para allá ahorita, - entre tartamudeos le respondo a mi amiga, que me mira sin creerme. Me toma del brazo.
- ¿Que está pasando con el guapísimo de tu jefe? - me susurra de camino al bar, solo le doy un codazo.
Al entrar pienso que está más lleno, mi mirada se va directamente a la mesa de Edward, pero ahora está Sophie y sus primos. Me siento de espaldas a ellos y comienzo a conversar con Luis, notando que Caro le hace un interrogatorio a mister simpatia y solo espero que no meta la pata.
Comienza la hora loca y Luis me hala a la pista sin esperar respuesta. Se siente bien bailar, aunque no es mi fuerte, pero me relaja. Siento que alguien toca mi hombro y es Caro haciendome señas para bailar los cuatro.
Mis ojos van directo a mister simpatia que se mueve muy bien, en una hora loca se vale todo y queda demostrado. Pasamos de un ritmo a otro y es placentero.
Comienza un merengue suave y veo como Caro se lanza a los brazos de Luis, amago con irme cuando siento la corriente subir por mi brazo, mister simpatia me toma y comenzamos a bailar, muy suave, no lo puedo negar, se siente bien.
Cuido de no estar tan pegada a el, parecemos dos hermanos bailando, sostiene mi mano y la otra apenas roza mi cintura, al igual que la mía solo roza su hombro. La música cada vez se hace más suave y en una vuelta Caro me guiña un ojo y noto que algo se trae entre manos.
Miro a la mesa de Edward, pero está vacía, debe ser que están en la pista, por alguna razón bajan la luz y solo soy capaz de ver la cara de mi compañero de baile, que me atrae hacia el porque la música es más suave, la sensación es demasiado rica.
Es imposible negar que su contacto me gusta y lo disfruto, trato de alejarme al reaccionar sabiendo de quién se trata, pero me atrae más y su fuerza me domina, tal vez quiero ser dominada. Es más alto que yo, pero mi cuerpo se amolda al suyo perfectamente.
Su respiración me relaja y es como si estuviesemos solos, no logro ver a nadie más. Mi mente juega conmigo al recordar el sueño de la otra noche. Se me eriza la piel y me sonrojo, niego con la cabeza, pensando que al sacudir la cabeza alejo los pensamientos.
- ¿Estás bien? - susurra a mi oído y el choque de su voz me devuelve a la realidad. No sé que es esto, pero me quedo inmóvil.
- Quiero sentarme, - sin soltarme la mano vamos hasta la mesa.
- ¿Quieres algo de tomar? - como si nada sucediera lo veo normal y yo por dentro me siento tan extraña, asiento y lo veo alejarse.
Regresa con agua, tomo la botella entera, me mira como si fuese un extraterrestre. Recuerdo a Edward, pero su mesa está vacía.
- Gracias, - le muestro la botella, - estoy bastante cansada, espero Caro regrese pronto porque me voy.
Al regresar me deja ir con la promesa de que mañana temprano nos veremos y le contaré todo.
Narra Edward:
Ya de salida del bar me parece ver a Carolina, mi corazón palpita a mil por hora.
- ¿Cómo estás Caro? - al voltear su cara es de disgusto, miro a su alrededor, - ¿Estás con Ana?
- Estaba, pero acaba de irse con un hombre guapísimo, - lo dice con malicia y surte efecto en mi, - ahorita deben estar juntos..
- No te creo, - salen como balas de mi boca.
- Es tu problema idiota, - me deja y pasa frente a mi justo cuando llega Sophie para irnos a casa.
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Enamorada Del Peligro
RandomAna es una chica de su casa, estudiosa y de nobles sentimientos, se enamora de Edward todo lo contrario a lo que ella es, comenzarán una relación llena de mucho amor, pero con muchos impedimentos, empezando por su familia y un pasado muy pesado en l...