Capitulo 2

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- Hola Ana!!! - olvide decirlo, una sonrisa que te mata y te devuelve a la vida.

No puedo articular palabra, estoy embobada y no entiendo porque, sera el hecho de que sepa mi nombre, solo alcanzo a levantar la mano a manera de saludo.

Extiende su mano y dice:

- Mucho gusto, soy Edward, tal vez no me recuerdas. - ahí esta nuevamente esa sonrisa de veinticuatro kilates.

Le tiendo mi mano con miedo a que note mis nervios que aún no se a qué se deben.

- Un placer, Ana! - sonrio nerviosamente.

Mi hermano llega al rescate con una taza de café.

- Ah veo que ya se conocieron!!! Es mi hermanita, - lo dice abrazándome y con la otra mano lo amenaza en broma, - cuidado este hombre es peligroso.

No entiendo porque me sonrojo, solo se que mi hermano tiene razón, muchas mujeres en el pueblo han terminado con el corazón roto, en mi familia era un largo tema de conversación. No se si aún sigue con Elizabeth, solo se que mi tía no lo quería.
Por alguna razón que no entiendo salgo de esa zona y decido caminar a ver como marcha la fábrica. Por lo visto les va bastante bien, hay muchos mas empleados que los que recuerdo.

Escucho a mamá y Adrián hablar sobre buscar a alguien que haga el trabajo de empaquetar individuales, el embalaje por docenas lo hace Edward y por lo visto es bueno.

Me encamino a la fábrica de al lado, en esa los encargados son papá y mi hermano Alfred, también es de dulces, pero de Guayaba y Plátano. Solo hay trabajadores, mi papá y mi hermano estan de viaje.

- Olvide contarte que están de viaje, - me cuenta mamá al verme regresar.

- Si el señor Ernest me lo acaba de contar.

- Que piensas hacer hoy hija? - pregunta mamá mientras señala unas cajas que estan cargando en una camioneta de compradores.

- Visitaré a mi abuela y veré a las muchachas, está noche vamos a salir. - le digo y camino en dirección a mi hermano que me estaba llamando.

Entro en la zona de embalaje y ahí estoy nuevamente ante esos ojos que me desorientan.

- Quedate y me echas una mano hermana, estamos faltos de personal. - hace una mueca de ruego.

En otros tiempos acostumbraba a ayudar. No me puedo resistir a los pedidos de mi hermano.

- Está bien, pero solo un rato, tengo cosas que hacer. - él comienza a trabajar, pero en la misma zona.

Mi hermano me dice que ya regresa y se va ayudar a mamá. Sin entenderlo estoy nerviosa y casi grito al escuchar mi teléfono, sin mirar contesto para orientarme.

- Hola!!!

- Hola Ana, que noticias me tienes? - es Caro, había olvidado llamarla.

- Disculpa Caro había olvidado llamarte, quedamos para hoy en la noche. Solo que no he podido cuadrar la hora y el lugar.

El se voltea y me mira como tratando de averiguar lo que hablaba, o eso me dió a entender.

Salgo de allí y me despido de Caro, prometiendole que en un rato le daría los datos.

La mañana pasa rápido, mientras trabajo mi prima también me llama y quedamos para las ocho en el bar de siempre.

Almuerzo con mamá y decido darme un baño y arreglarme un poco, se que ellas iran bastante femeninas y yo pues, soy yo. Debo tratar de estar a la altura, sonrio a modo de burla.

Me baño, trato de hacer lo mejor que puedo con mi cabello y resulta que suelto es lo mejor, ayudara con el frío.

Utilizo un pantalón algo ceñido a mi cuerpo, una blusa a juego con una chaqueta y mis converse, no soy de tacones.

Al terminar llaman a la puerta, es Caro, se ve muy bien para la ocasión, ella es muy bien parecida.

Pasamos por las muchachas, estan felices como siempre y muy lindas, llego a sentir que desencajo.

Llegamos al lugar y para otras ocasiones esta muy lleno, como siempre Elizabeth tan atenta en cuanto a fiestas se refiere, ha reservado una mesa. Cómo podemos llegamos a ella, los hombres voltean a mirarnos, no es normal cinco chicas lindas solas.

- Hay muchísima gente, - alcanzo a escuchar a Caro, en medio de la música tan alta. - Será nuestra noche.

Todas reimos, yo no soy fiestera, pero estar con ellas es de las pocas cosas que hago y es divertido, con pasarla bien no le hacíamos daño a nadie.

Elizabeth regresa con cervezas para todas, yo no soy tomadora, pero una o unas no me hacían daño, después de todo nos estábamos relajando.

Al poco rato solo mi tía María y yo quedamos en la mesa y nos juntamos bastante para poder hablar. De mi familia ella es la única que hizo una carrera universitaria, claro se dedicaba a las finanzas de las empresas familiares.

Tal vez es mi tía favorita por nuestro gran parecido, tanto que nadie nos ha sacado a bailar.

- Cómo va tu tesis? - pregunta mi tía pegada a mi oído.

- Ya entregamos las correcciones, solo resta esperar. - Sonrio más calmada. - Cómo van tus cosas?

- No me quejo, el trabajo bien, solo que a veces no queda mucho tiempo libre. - ella es demasiado aplicada en todo.

- Cómo va la relación con Rubén? - son novios hace años.

- Muy bien, aunque ahora el está lejos y lo extraño muchísimo, - siento que esta un poco triste, es normal.

- Cuéntame tú, ya hay alguien que te quite el sueño? - después de lo de Fabián lo menos que quería era volver a llorar por nadie.

Fabián y yo estuvimos de novios poco más de un año, pero detrás de su carita angelical solo escondía lo que realmente era, un mentiroso, me uso para darle celos a su ex, luego me dejó por ella, sin importarle nada de mí.

- No, no quiero perder mi tiempo. Mi sueño es graduarme y comenzar a trabajar en lo que me apasiona, lo demás llegará solo. - mi tía sonrie con pesar.

- Ojalá Elizabeth pensara como tú!

- Por que lo dices? - Hace tiempo que no se cómo van las cosas de ellas.

- Cada vez es más cabeza loca, solo que ahora se juntaron el hambre con las ganas de comer. - Hace una mueca de desaprobación.

- Y ahora quien es la nueva víctima de Elizabeth? - estoy intrigada.

- En esa relación no se quien es la víctima, solo sé que en casa todos la desconocemos, hace cosas que nunca había hecho, hace tres semanas desapareció todo un fin de semana.

Enamorada Del PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora