Capítulo 44

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Es tan rápido todo que apenas y logro reaccionar, suena el teléfono, ella se distrae y forcejeamos, me corta un poco, pero logró hacerme del cuchillo.

Lo lanzó a mis pies y veo en sus ojos el pánico cuando ve la sangre en mi mano, trata de abrir la puerta en un intento desesperado por irse, pero no la dejo.

- Déjame ir, estás herido, es mi culpa, no quiero que te pase nada, no lo hice con intención, - todo sale de su boca disparado, la ignoro y pongo el auto en marcha desesperado por dejarla en su casa.

Continúa murmurando cosas, pero es su locura y no le presto atención, su mamá tiene que permitir que hagamos algo, el desenlace puede ser mortal.

Narra Ana:

He pasado una velada maravillosa con papá, me llevó al restaurant donde siempre vamos en ocasiones especiales, le invite un trago en agradecimiento por mi nuevo carro y hemos ido a un bar que no sabía existía en la parte baja del restaurant.

Fuimos en su camioneta y ya estoy en casa como dice el sana y salva.

Mamá aún no me cuenta nada sobre su compromiso y me hace dudar sobre lo que me contó el gemelo de mister simpatía.

Con tantas cosas en mi cabeza y sin darme cuenta estoy abrazada al oso que Edward me envió el día de mi graduación.

- No puedo odiarte, ni siquiera puedo lograrlo con quién te envío, - está soledad me hace hablar con el oso.

Lo abrazo y me comienza a dar mucho sueño.

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Al llegar a la constructora en recepción se me anuncia que realizaré el viaje con otro ingeniero, subo rápidamente a mi oficina para recoger mis cosas y buscar a Luis, me hace pensar que se equivocaron, al pasar por su oficina no está.

- Estás lista para irnos, - al darme vuelta mi sorpresa se refleja en mi cara.

- ¿Perdón? - efectivamente es mister simpatía, su hermano tenía razón son fáciles de reconocer, - no se de que hablas, - paso a su lado, entro a mi oficina y me sigue.

- Sabía que te pondrías así, por eso le pedí a papá que firmara esto para ti, - me entrega un oficio dónde me lo notifica, - voy a mi oficina y paso para que nos vayamos.

- ¿Que te hace creer que pienso trabajar contigo? - lo desafío.

- Mira tampoco es de mi agrado, - eso hace que me hierva la sangre, - pero esta obra es muy importante y no la voy a dejar en tus manos, - se gira para salir de mi oficina.

- Vete solo entonces, - lo digo casi en un grito, se detiene y sin voltear a verme me responde.

- Deja la inmadurez y usa esa ética de la que tanto te jactas, - no me da chance a responder porque se va y me deja sin argumentos.

Me siento de golpe en la silla porque la rabia me consume. Comienzo a golpear la mesa hasta que me duelen las manos. Llaman a la puerta y la rabia aumenta cuando lo veo.

- ¿Podrías darme tiempo? - lo grito y caigo en cuenta que es su hermano, - ¡oh! ¡Oh! Disculpa...

- Tranquila, al menos me reconociste, - me guiña un ojo y eso hace que baje la guardia, - ¿estás muy ocupada?

- ¡¡¡Eh si!!! - mientras recojo lo necesario para salir con mister simpatía, - hoy es el peor día de mi vida, - recojo mis cosas con ganas de mandar todo al diablo, pero necesito este trabajo.

- ¡Quería invitarte a comer!! - el gemelo bueno me hace calmar, sin llamar ni nada, típico en el, entra mister simpatía.

- ¿Nos vamos? - se queda boquiabierto al ver a su hermano, - ¿que haces tú acá?

Enamorada Del PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora