Capitulo 3

655 11 0
                                    

Mi prima es bastante alocada y eso tiene a mi tía siempre con los nervios de punta, pero nunca ha dejado de dormir en casa y mucho menos un fin de semana entero. Seguí escuchando atentamente, me mataba la curiosidad de saber que gato había casado a esta ratoncita escurridiza.

- No ha dado pistas de quien sea, pero Laura y yo creemos que sea Edward Carter. - Hace una mueca de asco, yo se que lo detesta desde que el rompió el corazón de su mejor amiga Brenda y está estuvo al borde de la muerte al tratar de suicidarse.

- Pensé que lo de ellos había sido pasajero, - mi voz sonaba decepcionada, no entendía por qué.

- Ella no dice nada, pero algo me dice que es el, - dice con pesar - lo que siento es que le romperá el corazón tarde que temprano.

Me sentía decepcionada, acaso este hombre nunca iba a cambiar? Y lo peor era que mi prima que siempre jugaba y embobaba a todos ahora era la nueva víctima.

- Vinimos a divertirnos o a contarnos chismes? - Elizabeth nos saca de nuestra conversación.

- Acompáñame al baño Ana. - mi tía me toma de la mano y dejamos a Elizabeth tomando su cerveza, junto al chico con el que ha estado bailando.

De camino al baño comienzo a sentirme mareada, el estar tomando sentada no me ha ayudado. Vamos al baño sin problemas, solo que al salir comienzo a sentir muchas ganas de vomitar y me falta un poco de aire fresco.

Mi tía se queda con unas amigas y yo decido salir del bar un rato. Afuera hay varias parejas, unas discuten, otras se besan apasionadamente, me alejo lo más que puedo y me siento en una banca, ahí me siento mejor, mi estómago no esta acostumbrado a esto.

- Te sientes bien? - me sobresalto al escuchar aquella voz.

Solo logro articular:

- Eeeeh.

- Disculpa, creo que te asusté. - Allí frente a mi esta Edward, inmediatamente recuerdo todo lo que me dijo mi tía y me imagino que esta afuera esperando a Elizabeth.

- No, tranquilo, solo salí a tomar un poco de aire, no te ví y me asusté.

- Estás un poco pálida, necesitas tomar algo, - sin decir nada más se va al bar.

Segundos después regresa con una botella de agua. Ya más recuperada la tomo.

- Muchas gracias, no debiste molestarte. - creo que soy grosera con el.

- No es molestia, - me sonrie y alli estoy yo idiotizada. - Adrián no me lo perdonaría. - solo fue cortés por mi hermano.

Que estúpida era, solo fue lástima y agradecimiento. Me levanto y decido irme, solo que tropiezo y termino clavando mi nariz en su pecho, el me sostiene fuerte para no caer y a cambio siento una descarga de energía que nunca había sentido.

Definitivamente ahora entiendo a ese montón de mujeres que han caído a sus pies. Este hombre huele demasiado bien.

Que me pasaba? solo sentía lástima y yo estaba venerandolo, no es mi tipo.

Me separo y recobro la compostura, siento que el se da cuenta que me pone nerviosa, debe ser normal.

- Disculpa y muchas gracias. - no lo podía mirar a los ojos.

- Que sucede Ana? - nos giramos y ahí esta Elizabeth con sus manos en la cintura y yo sentía que me reclamaba.

- Me sentí un poco mal y salí, - ví como el tomaba distancia, tal vez tratando de que ella no piense mal. - Ya iba para allá otra vez.

Paso a su lado, vuelvo a la mesa y ya no quiero estar allí, de pronto me siento molesta, creo que conmigo misma.

Mis tías bailan felices y Caro conversa con un chico muy animada, no puedo echarles a perder la noche por tonterías mías. Me molestó aún más ver que mi prima no regresa y el no aparece por ningún lado.

Mi tía María tenía razón, pero no era quien para entrar en ese problema. Al girarme un chico me pide bailar y decido que lo mejor es aceptar, total había ido a eso.

Pasada la medianoche regresamos a casa solo mi tía María y yo, mi tía Laura se fue con Luis, llevan tiempo saliendo, Caro acepto que el chico, con el que bailo toda la noche, la llevará a casa. Me detengo a dejar a mi tía.

- Estoy segura que Elizabeth se fue con el, - no se cómo mentirle.

- Ella ya está grande tía, - es lo que consigo articular.

- Solo espero que en algún momento reaccione, - sonrie con pesar, me abraza y me dice, - después de todo la pasamos bien, cuando repetimos la salida?

- Pronto, también la pasé bien. - En realidad después de mi incidente con Edward todo había estado bien.

Me voy a casa y medito en que hace mucho tiempo no salgo con nadie, tal vez eso fue lo que me paso al sentirme tan cerca de aquel hombre. Debo graduarme y tratar de conseguir a alguien.

- Tu no necesitas eso- me sorprendo al escuchar mi pensamiento y sonrio.

Duermo bastante bien, al despertar es domingo y temprano, que hare hoy?

Hace un día hermoso para montar bicicleta, voy a la parte de atrás de la casa de mamá, que por ser domingo dormía, busco mi bicicleta, como un sándwich con jugo de naranja, busco una botella de agua y salgo.

En el camino saludo a varios conocidos y me encamino a la montaña, mi lugar favorito. Siempre iba allí con Alfred y después muchas veces lo hice con Fabián.

Pensar me traía malos recuerdos, un pasado lleno de mentiras, lo odiaba. Paso junto al río y subo a lo más alto, mi vista favorita, de noche era hermoso estar ahí, ahorita se veían las siembras y la naturaleza en su máximo esplendor.

No siento las piernas, producto de la pedaleada. Busco una sombra y me tumbo un rato.

- Que grato placer!!! - me levanto con el corazón en la boca. Frente a mi esta Fabian, después de tanto tiempo y tanto sufrimiento.

Mi primer impulso es ponerme de pie y agarrar la bicicleta para huir de ahí, el corre y me bloquea el camino.

- Llevo meses viniendo acá con la esperanza de encontrarte, - siento su pesar.

- Apártate de mi camino, - alcanzo a gritar, lo odio con la misma intensidad que llegue a quererlo.

- Por favor escúchame, necesitamos hablar. - Trata de agarrar mi mano, pero la quito.

- No te atreves a tocarme, te odio, - lo miro con mucha rabia. - Cualquier conversación entre nosotros hace mucho que caducó.

- Me merezco todo lo que me digas, - viendolo bien esta más delgado y suena arrepentido.

- Sal de mi camino, tu oportunidad hace tiempo se acabó. - comienzo a forcejear para que se aparte.

Suspira con pesar y se aparta, baja los hombros y se gira para verme pasar.

En imagen les presento a Ana

Enamorada Del PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora