Capítulo 30

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Narra Ana:

Llegó un poco tarde a la constructora, todo está en silencio, no quiero que nadie note mi retraso, dormí demasiado y lo agradezco, lo necesitaba.

- ¿Que horas son estás de llegar? - ahogo un grito, al darme cuenta que es Caro, me dejó caer sobre una de las sillas.

- Me vas a matar de un infarto, - se está riendo por su broma y me contagia, después del susto reír es sanador, - me levanté super tarde y no quería que nadie me viera ¿alguien ha notado mi ausencia?

- No creo que la de recursos humanos tenga tiempo para eso, - noto el sarcasmo en su voz, - llegue bastante temprano y la ví junto al jefe..

- ¿Sucede algo? - quiere decirme algo y por la cara que puso no es bueno.

- Mi amor tú sabes que te adoro.. - no la dejo terminar.

- Al grano Caro ¿que sucede? - arruga su cara y me lo certifica.

- Cómo te dije llegué muy temprano, - hace una pausa y continua, - escuché a Edward hablar con la bruja de recursos humanos, ella lo saludo y le hablo de una salida para hoy.. - hace otra pausa para estudiarme, - ..el no se negó, ahí entre para que me viera, pero ni siquiera se separaron, mucho menos me aclaro nada.

No sé qué decir, es confuso y hace que mi panza de un vuelco. El no me ha llamado, no quiero juzgarlo.

- No quiero crear ningún tipo de malentendidos, pero si quiero que estés muy alerta, - toma mis manos y me toma por sorpresa, - te adoro y no quiero que jueguen contigo.

- Gracias mi amor, yo también te adoro, - cómo siempre tengo unas ganas inmensas de echarme a llorar, pero necesito certificar que es cierto.

Se abre la puerta y necesito calmarme, es Luis.

- Hola bonita, - se acerca y besa mi mejilla, - ¿esa carita?

- Descuida es solo un mal día, - me alejo a distraerme en mi escritorio.

- ¿Ya te contó Caro que hasta esta semana trabajo acá? - no lo puedo creer.

- ¿Que sucedió? - no creo que sea culpa de Edward.

- Conseguí un empleo en otro lugar, voy a la oficina del jefe a comunicárselo. - me alegra, es un buen profesional y aquí no es valorado, - es una gran oportunidad, - se acerca hasta donde estoy, - las voy a extrañar, sobre todo a ti, - me toma por sorpresa y Caro comienza a toser como si se hubiese atorado, - ¿claro seguiremos viendonos verdad? - se gira e interroga a mi amiga.

Conversamos un rato sobre ello y se va a la oficina de Edward, quiere agradecer la oportunidad que le dió, lo acompañó para ir a la oficina de pasantes.

En el pasillo me consigo a Sophie. Viene a sorprender a Paúl. Luis sube y yo me quedo con ella.

- ¿Donde estará su secretaria? - la recepción está sola, - no quiero interrumpir si está ocupado.

- Hoy no la he visto, - está muy emocionada, ya tiene el vestido y quiere invitarlo a comer, - le va a encantar tu sorpresa. - nos despedimos y me encaminó a la oficina de pasantes, todo sucede tan rápido que apenas entiendo.

- ¿¿QUE SIGNIFICA ESTO?? - el grito de Sophie me hace detenerme y su llanto me hace correr hacia ella.

No doy crédito a lo que veo, Paúl y Stefany desnudos, es horrible el cuadro, me cuesta asimilar lo que veo, quiero matar a ambos, Sophie corre a la salida, mi reacción es ir tras ella. Todo sucede muy rápido.

La encuentro en el estacionamiento junto a su carro, quiere abrirlo, mientras tanto el llanto sale descontrolado, siento impotencia y mucha rabia.

- Ana sácame de aquí por favor, - la monto al carro, tomo la llave, subo al volante y arrancó de ahí.

- Ponte el cinturón por favor, - me hace caso y las lágrimas no dejan de salir, - ¿quieres ir a un lugar en especial? - al principio no responde solo solloza.

- Donde sea Ana, que no sea mi casa, - no se que decirle, no para de llorar, ya he pasado por algo similar, con la diferencia de que están a punto de casarse, - ¿por qué me hizo esto? - solloza y comienza a sacar pañuelos para secarse, - quiero morirme, - lo grita y se toma del cabello, freno y siento mucha compasión.

- ¡Eso no! - tomo su cara entre mis manos y veo lo frágil que está, es como mirarme en un espejo, - no vale la pena, es un idiota, tu vales mucho, - abre sus ojos llenos de lágrimas y me mira a los ojos.

- ¿Entonces por qué me hizo esto si valgo tanto? - su pregunta me deja fuera de contexto, esta muy dolida y debo escucharla, tratar de ayudarla, se lo que siente.

- Porque los hombres son infieles por naturaleza, por lo menos el noventa por ciento de ellos, - he logrado que se calme, pero las lágrimas siguen bajando, - tu no fallaste, - nos acomodamos y pongo nuevamente en marcha el carro, - entiendo cómo te sientes, pero no es tu culpa.

- ¡¡Lo odio!! ¡¡Lo odio!! - pasa sus manos por su cabello.

- Sácalo todo, está bien, odialo, - escucho su teléfono sonar, lo mira y no responde, - ¿es.. el?

- ¡¡Si!! Siento mucho asco, es horrible, ¿desde cuándo me hacía esto? ¿Por qué a mí? - ahora su expresión es de rabia, mucha rabia.

- No puedo responder ninguna de esas preguntas, de lo que si estoy segura es de que las cosas pasan por algo.

Nos quedamos en silencio y voy camino a mi lugar favorito, siento mi teléfono vibrar en mi bolsillo, lo saco, es Caro.

- ¿Donde estás? - la siento preocupada.

- Tuve que salir, luego te explico, - no puedo decirle nada, miro a Sophie y está hecha casi un ovillo en su asiento, - llévate mi bolso y el carro.

- Si me necesitas me avisas, - hace silencio y me habla más bajo, - ¡Edward me está interrogando!

- Dile que no sabes nada, - recuerdo el dispositivo en mi teléfono y debo apagarlo, - cualquier cosa te llamo. - nos despedimos y cuelgo.

No hablamos, la dejo tranquila, solo se escucha como saca y saca pañuelos para limpiar sus lágrimas.

Llegamos a mi lugar y estaciono, me mira y su semblante está sin expresión, no dice nada, solo se abraza. Me quedo en silencio, creo que es lo mejor, luego de unos minutos interminables la escucho.

- ¿Que voy a hacer ahora?

La miro y solo mira algo en el vacío, parece haberse quedado sin lágrimas.

- Solo puedo decirte que no te lastimes pensando que es tu culpa, no es fácil, no puedo responder tus preguntas, - la miro, pero no sale de su letargo. De la nada me responde.

- ¿Tu que harías? - aún sigue con la mirada perdida.

- Lo que yo haga no import.. - no me deja terminar.

- ¡¡¡Necesito que me ilumines!!! - me mira directo y siento compasión, baja la cabeza y muy bajo pide disculpas por levantar la voz.

- No todos los seres humanos reaccionamos igual, puede que mi criterio sea diferente a lo que tú harás cuanto lo tengas en frente, - me mira consiente de lo que le digo, - Mira el lado positivo a esto, no están casados aún, se que suena cruel, pero es lo mejor, - una lágrima rueda por su mejilla y me arrepiento de lo dicho, - lo siento, pero tengo que aclararte que no es tu culpa, - se la limpia casi con rabia, - si hay amor no hay necesidad de esto. - suena duro pero debo aclararlo.

Narra Edward:

- ¿Que has sabido de Ana? - estoy desesperado, solo espero que Sophie esté bien, pienso que no me responderá, pero Carolina me mira casi que con desprecio.

- No sé nada, tiene el teléfono fuera del área de cobertura, - estoy seguro que lo apago al igual que Sophie, - si me disculpas voy de salida.

- ¿Si quieres te puedo llevar? - me ofrezco para tratar de averiguar sobre mi hermana que se fue con Ana.

- Gracias tengo carro, - es la llave del carro de Ana, al verla me confirma lo dicho por el vigilante, Ana se fue manejando el carro de Sophie.

- ¿Nos vamos flaco? - es Ángela, la había olvidado. Carolina aprovecha para irse y quiero seguirla, podría jurar que me viro los ojos. - ¿No me digas que lo olvidaste? - no puedo pensar en nada más que Sophie.

Enamorada Del PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora