Capítulo 16

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Llamo a Edward cuando cantamos cumpleaños y me pide que salga en diez minutos, aprovecho de ir al baño y salgo, el me espera en frente, todos están detras. Sin darme cuenta Elizabeth me sigue.

- Tan rápido te vas primita? - Tiene una horrible sonrisa en su cara. Me da igual lo que piense, sigo caminando y la ignoro. Siento que me agarra del brazo con mucha fuerza. - No me ignores mosquita muerta. - Me está gritando de forma amenazante. Me suelto.

- Estoy cansada de tus estupideces, que quieres Elizabeth? - La desafío.

- Así que sacando las garras? Siempre lo he sabido, eres de las que tiran la piedra y esconden la mano. - Escucho llegar un carro y se que es Edward. La ignoro y camino hacia el, se ha bajado del carro y me está abriendo la puerta. - Ah claro, llamaste a tu amorcito!!! ERES UNA SINVERGÜENZA ANA!!! - no le contesto, no quiero escándalos, viene furiosa detrás de mi. - ME ROBASTE MI NOVIO!!! - Antes de que pueda tocarme Edward la toma por el brazo.

- Ya déjala en paz Elizabeth, nosotros no éramos nada. - Ella trata de acercarse de una forma amorosa hacia el. - Déjate de juegos que conmigo no funcionan.

- Ya te entiendo es tu venganza, ya entendí, - trata de abrazarlo sin suerte, - por favor volvamos.

- Ya basta!!! - La suelta y me ayuda a subir y cierra la puerta, grita algo, ya no la escucho, Edward ha entrado al carro y nos vamos a toda velocidad.

Las lágrimas salen de mis ojos, es mucha rabia. No puedo contenerme, Elizabeth está loca y no puedo ignorarlo, es parte de mi familia. Miro a Edward y se que está molesto, me mira y baja la velocidad hasta detener el carro.

- Discúlpame hermosa!!! Siento que pases esto por mi culpa, - Toma mi cara entre sus manos, - no llores por favor que no lo puedo resistir.

- Es que tengo mucha rabia, está llena de odio y no puedo ignorarla, es mi familia. - Salen más lágrimas involuntariamente.

- Necesita ayuda y los menos indicados para decírselo somos nosotros. - Se me queda mirando y seca mis lágrimas. - Estás demasiado hermosa para estar llorando por ella, no vale pena. - Suena mi teléfono, una llamada, reviso, es mi mamá, ojalá no haya pasado nada.

- Que sucede? - Me pregunta cuando me ve revisar mi teléfono.

- Es mi mamá, - le respondo rápidamente. - Hola mamá!!!

- Ya te fuiste hija? - Suena preocupada.

- Si mamá, ya estoy con Edward, pasa algo?

- No, solo quería saber. Cuídate mucho por favor. Cualquier cosa avísame. - Parece que Elizabeth no ha hecho nada imprudente. - Casi me voy, pero cualquier cosa llámame.

- Está bien mamá, no te preocupes.

- Nos vemos para desayunar, te quiero, - Edward pone en marcha el carro.

- Mucho cuidado de regreso a casa, también te quiero mucho mamá. - cuelgo y el me mira.

- Todo bien? - Toma mi mano.

- Si, mamá quería saber si ya estaba contigo. - Me sonríe y se ve hermoso. - Me recordó el desayuno de mañana. - Me fijo en la carretera y no se a donde vamos. - A donde vamos? - Me mira pícaramente.

- Es una sorpresa!!! - Estar con él es otra cosa. Subimos la colina y comienzo a ver lo hermosa que está la noche. En la parte más alta, justo hasta donde llegó en bicicleta se detiene.

- Hemos llegado!!! - Baja del carro y ya está junto a mi puerta ayudándome a salir. Toma mi mano y ahí viene una descarga de energía cómo solo el hace que la sienta. Me mira de arriba a abajo, me toma por la cintura y me habla muy cerca a mis labios. - Te ves preciosa, soy el hombre más afortunado del mundo. - Pasó mis brazos sobre sus hombros y nos fundimos en un beso cargado de necesidad. Nos separamos un poco y me señala la vista. - La noche está mandada a hacer para nosotros. - Me pone adelante de él y me abraza por la cintura. Miramos todo en silencio.

Estuvimos así largo rato.

- Ya regreso. - Me dice al oido.
Luego regresa con una colcha y la coloca sobre el capo de carro. Me tiende la mano.

- Planeaste todo esto? - Le pregunto y el sonríe.

- Eh!!! Si!!! Es una noche para nosotros. - Luego de ayudarme a sentar sobre el capo, va al carro y de regreso trae un termo y dos tazas. - Y para el frío chocolate caliente. - Cómo pude vivir todo este tiempo sin la sonrisa de este hombre?

- Que hubiese pasado si no nos hubiésemos visto? - Se queda pensando con un dedo en los labios.

- Estaría en casa embriagado con chocolate caliente, extrañando a mi hermosa novia. - Se acerca y me abraza los hombros sentado junto a mi. - Ah lo olvidaba, Sophie me pidió tu número telefónico y se lo di, dice que ahora eres su amiga. - Los dos reímos y es lindo esta sensación de paz.

- Gracias por traerme acá, - lo miro y está atento a lo que le digo, - tienes el super poder de cambiarme una rabia por paz y una tristeza por alegría.

- Gracias a ti por aceptarme con las locas que me persiguen. - Creo que es chiste, pero está muy serio y se refiere a Elizabeth.

Comienza a hacer frío y corre una brisa bastante fría, se quita la chaqueta y me la da. Nos abrazamos y hablamos un poco de su trabajo ahora en la empresa, su papá está ahora más tranquilo porque el está ahí. Le cuento de mis currículums y me ofrece trabajo. Le agradezco, pero no me parece ético.

Esta emocionado porque quiere que mi madre cambie de parecer sobre lo que opina de el cuando lo conozca mejor. Sus padres van a salir de viaje unos días y regresarán para la boda de Sophie. Quieren algo sencillo, solo quieren estar juntos. Conversamos tanto que se nos pasa la noche volando. Pasadas las dos de la mañana nos vamos.

- Si las noches contigo van a ser cada vez mejor me puedo acostumbrar. - Detiene el carro y me besa.

- Me encanta que me lo digas. - Vuelve a besarme. - No quiero que se acabe esta noche.

- Yo tampoco. - Casi no puedo hablar, sus besos me embriagan.

Retomamos el camino y ya estamos en mi casa.

- Sana y salva en su casa señorita, - se gira y me besa.

- Si quieres puedes pasar.. - me mira asombrado.

- Creo que es bastante tarde.

- Puedes quedarte, - me mira aún más asombrado, - si quieres. - No sé si sea correcto, pero no quiero que se vaya.

- Segura que quieres que me quede? - No sé que responder.

- Eh!! No quiero confundir las cosas, la hemos pasado muy bonito y solo quiero terminar el día contigo. - Siento que mis mejillas están muy sonrojadas.

- Para mí será un placer!

Bajamos del carro entramos a casa. Estoy muy nerviosa, no sé si este preparada para estar con el, solo quiero dormir con el y espero lo entienda. Nos miramos en silencio y no nos tocamos, es peligroso estar cerca. El rompe el silencio.

- Me puedo quedar acá. - Señala mi sofá.

- Puedes desplegarlo, es sofá cama, - parece que lo entiende, - voy por algo de ropa, para que te cambies.

Me alejo a mi habitación y los nervios me matan. Regreso con algo de ropa para el.

- Espero esto te quede, es una franela mía, es bastante grande, - me mira asombrado, - me gustan así para dormir. Este pantalón es de Adrián, en el baño hay toallas y lo que necesites. - Al tomarlos rozamos nuestros dedos.

"En imágenes Ana y Edward"

Enamorada Del PeligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora