Hayloft

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POV Narrador.

Aquella hermosa chica de cabello negro llegaba a las oficinas de la UAC, se dirigió a la oficina del hombre que necesitaba ver.

Tocó la puerta y luego de que le indicaran que pase, ella siguió su camino dentro de la oficina.

-Hola- Saludó sonriente.

-T/N______, que gusto verte de nuevo- Hotch exclamó con una sonrisa.

-¿Cómo va todo?.

-Va bien, no puedo quejarme- Encogió los hombros.

-¿Cómo está Hayley?- El hombre se tensó.

-Nos divorciamos hace unos meses.

-Lo lamento- Hizo una mueca- ¿Puedo saber la razón?.

-Ella quería una familia, yo no tengo mucho tiempo, criar un hijo sería algo complicado, así que ella fue a buscar a alguien que le diera lo que necesitara.

-Lo siento.

-Descuida, las cosas suceden por algo- Afirmó.

-Lo sé- Le regaló una pequeña sonrisa- ¿Recibiste mis papeles?.

-Sí... Estás dentro- Sonrió también.

-¿En... En serio?.

-Sí, alguien como tú en nuestro equipo sería excelente. Te presentaré con el equipo.

-¿Ahora?.

-Claro- Dijo con gusto- ¿Vamos?.

-Por supuesto.

Fueron a la sala de conferencias, Rossi la miró e intentó identificarla, la última vez que la vio era demasiado pequeña, no había cambiado mucho en aspecto físico, pero sí en personalidad, era la clara imagen de su padre.

-Chicos, tenemos un nuevo miembro- Hotch dijo mientras ella entraba.

-No puede ser...- Rossi habló al notar quien era.

-Ella es T/N_______, T/N_______ Gideon.

-¡David!- T/N_______ saludó al mayor con euforia.

-¿Gideon?- Morgan preguntó.

-Ella es la última hija que tuvo Gideon- Hotch aclaró.

¿Por qué nunca nos dijo?- Reid cuestionó.

-Por mi seguridad- T/N_______ se limitó a responder.

Dos meses después...

T/N________ se había adaptado bastante bien a la unidad.

Por sorpresa para todos, era muy diferente a su padre, puesto a que ella había crecido sólo junto a su madre, Gideon convivió con ella sólo unos años de su vida (donde conoció a Hotch y Rossi).

T/N_______ había comenzado a sentir cosas por Aaron, cosa que le resultó extraña, ya que creyó que después de un rato dejaría de sentir, eso le sucedía muy seguido, se aburría de la gente, no eran suficientes para mantener su atención por más de unos días.

Por otro lado, Aaron se había comenzado a enamorar de la chica, en serio sentía cosas por ella, el asunto es que no quería meterse con la hija de su amigo fallecido, aun así, decidió continuar e intentar conquistarla.

-Hola- Aaron saludó, estaban en el elevador.

-Hey- Le dio una sonrisa pequeña.

-¿Cómo estás?- Sus manos sudaban.

-Todo en orden, ¿Qué hay de ti?.

-Todo excelente- Carraspeó.

-Genial- Se quedaron en silencio y antes de llegar al piso, se armó de valor.

°[Mentes criminales imaginas]°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora