Fuera de Control

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Espero que les guste~

Nota: ¡Bienvenidos, mi gente linda! Esperemos que este libro tenga tanto amor como los otros dos :3

Nota-2: A ver quien adivina de donde saque la idea xD

MK no se sentía muy bien desde hace unos días y había tenido problemas con sus poderes. Sucedía de vez en cuando, de manera esporádica, como una repentina corriente eléctrica recorriendo su cuerpo de repente, haciéndolo apretar los dientes a veces ante la intensidad y el ligero dolor muscular que dejaba atrás.

Tenía problemas de control en esos momentos, su visión dorada activándose a veces, agarrando algo y rompiéndolo con facilidad al no poder controlar su fuerza de manera repentina, incluso se había encogido unas cuantas veces y se había transformado otras tantas pero siempre se le hacía algo difícil volver a la normalidad.

Estaba empezando a asustarse y a llegar a una especie de límite pero sabía que un doctor normal no podría ayudarlo, así que se decidió por con otro tipo de doctor, decidido a hacerlo a espaldas de sus amigos por el momento para no preocuparlos, yendo con quien sabia que no le haría luchas preguntas y lo ayudaría.

-Oye, Midori- llamó, sentado cómodamente en una silla en el local ajeno, viéndola acomodar la mercancía recién llegada en los estantes correspondientes. -¿Tienen doctores demonio o algo así?- se animo a preguntar.

-¿Doctores demonio?- se detuvo para mirarlo, algo confundida por la extraña pregunta. -Claro, tenemos doctores especializados- porque los demonios y los humanos podian verse vagamente parecidos pero eran muy diferentes en muchos sentidos. Sus pieles eran diferentes, sus ojos también en algunos casos, algunos demonios tenían poderes y también tenían una larga lista de enfermedades que sólo podía afectarlos a ellos. Así que si, tenían doctores. -¿Necesitas uno?- decidió preguntar, notando lo tiesa y nervioso que estaba el humano, incluso si se esforzaba por aparentar normalidad.

-Yo...- y en ese mismo momento sucedió, una corriente eléctrica recorrió su cuerpo completo, apretando los dientes y ahogando un quejido, apenas notando las chispas doradas rodeándolo, llegando a tambalearse y caer al suelo con un gruñido, luchando contra la sensación.

-¡MK!- jadeo, preocupada, corriendo para acercarse y arrodillarse a su lado, sin poder tocar, sintiendo el poder que emanaba el menor. -Oh cielos, oh cielos, oh cielos...- tardó unos horribles segundos pero el chico se relajo de repente, las chispas y el poder apagándose de repente, dejando al pobre jadeando. Midori se apresuró a moverse, alzando suavemente la cabeza ajena para colocarla en su regazo, pasando sus dedos por el cabello castaño, estaba confundida y preocupada pero una ayudarlo si podía. El menor logró sentarse lentamente después de un rato, moviéndose de manera tentativa y haciendo una ligera mueca, su cuerpo estaba sentido. -Yo...- llamó su atención, logrando que él la mirara con cierto cansancio. -...tengo un primo que te atenderá sin turno- se levantaron, ella empujándolo básicamente fuera de su local y apresurándose a cerrar, arrastrando al menor. No mucho después, MK se encontraba dentro de una habitación de médico, sentado en una camilla algo alta y con una bata de hospital, balanceado ligeramente los pies. Se estremeció cuando algo redondo y frío se apoyo en su espalda pero se mantuvo quieto, siguiendo las instrucciones del demonio de piel verde oscuro y vestido de blanco. Sentada cómodamente en una silla en una esquina estaba Midori, quien había forzado su entrada y se había negado a irse, mandando una mirada de muerte hacia su primo cuando esté intento echarla. Estaba agradecido por su presencia, si era completamente honesto.

-Tu corazón y tus pulmones suenan bien...- colgó el estetoscopio que había estado usando alrededor de su cuello, caminando para estar frente al menor, quien lo miró con nerviosismo y atención. -...pero hay algo en tus radiografías que me preocupa...- se acercó a una especie de tele que allí había, agarrando un control y apretando un botón, el dibujo de un esqueleto mostrándose en la pantalla. -La mayor parte de tus huesos están sanos y sin signos de daño, aunque tu cráneo...es otra historia...- señaló, donde se podía ver el cráneo lleno de grietas. -...hay muchas grietas, como si el hueso de esa área se hubiera roto y se hubiera curado pero dejando cicatrices- dejó el control de lado y agarro una silla para acercarla, sentándose frente al chico.

-Eso...es bueno, ¿no?- sonrió con nerviosismo, teniendo un mal presentimiento. -Todo esta curado-

-Pues...te curas rápidamente, eso es bueno...- asintió el demonio de piel verdosa. -...pero has pasado por mucho, lo suficiente como para dejar cicatrices en tus huesos- señalo la radiografía. -Te recuperaste físicamente, esos es obvio, pero la cosa es...¿te recuperaste mentalmente?- hablo con cuidado, sin querer molestar al menor nervioso.

-¿Crees...que hay algo malo en mi mente?- se atemoriza, las chispas de antes rodeándolo, con sus ojos destellando un par de veces en dorado antes de volver a estar normal.

-No, no, no, no- niega, sintiendo la mirada fija de su prima en su nuca, vigilante. -No estoy diciendo que algo este mal en ti o en tu cerebro...- se acerco un poco mas, apoyando suavemente su mano ajena, sintiéndolo temblar por un momento antes de aferrarse al gesto. -...pero tu cuerpo esta reaccionando al trauma que has vivido- MK hace una ligera mueca. -Cada ser en este mundo reacciona lo mejor posible a los problemas que cruzan sus caminos y lidian el estrés como pueden pero en muchos casos deciden ignorarlo y su cuerpo decide demostrar el daño causado- le da un apretón a la mano ajena.

-¿Tu crees...que esto es por todo lo que ha sucedido?- ladeo la cabeza, soltando una risa nerviosa, jugando sin darse cuenta con la mano del demonio. -Quiero decir, no es para tanto...quiero decir, creo que morí pero reviví para pelear con DBK y lo vencí...los ataque contantes de Red Son con la intención de derrotarme...el bosque tenebroso creado por mis propios poderes y mi miedo...luego esa calabaza extraña que creaba un mundo algo bizarro...- hablo, pensativo, sin notar la mirada de horror y preocupación con que lo miran los demonios. -...el ataque y la traición de Macaque...mi segundo enfrentamiento contra DBK...la invasión de Spider Queen...el abandono de Monkie King...los días que estuve solo mientras todos dormían por culpa de un virus...mi primer encuentro con ella...- se estremeció al recordarla. -...la huida de la ciudad...la perdida de mis poderes y del bastón...Mei con un poder incontrolable...Monkie King abandonándome de nuevo...tener que enfrentarme a él porque estaba poseído...-

-¡MK!- el doctor lo corto, algo brusco mientras tomaba sus manos y lograba que el menor lo mirara, sintiendo que si lo dejaba, seguiría hablando. -Esto es serio...-

-...apenas empecé...- y eso solo hizo que los demonios se sintieran peor.

-Escucha...- suspiro, cansado, pensando para si mismo como es que ese chico aun estaba vivo y relativamente cuerdo. -...todo eso, todo lo que dijiste, eso es trauma. Creo que has estado acumulando tanto estrés y miedo que tu cuerpo reacciona por si mismo-

-¿Por qué ahora?- murmuro, confundido.

-Creo...- Midori hablo, levantándose de su lugar y acercándose a paso lento. -Creo que es porque, en su momento, estabas corriendo con pura adrenalina y no pudiste hacer frente a lo que te sucedió...hasta ahora, cuando te sientes mas tranquilo y cómodo-

-Oh...- eso tenia algo de sentido. Abrió la boca, sin saber que decir, apretando los dientes cuando una repentina ola de poder lo inundo. Soltó las manos ajenas, temiendo lastimarlo, ahogando su gruñido de dolor y escuchando las voces llenas de preocupación llamarlo. Por todos los cielos y los seres que lo escucharan, solo quería que todo terminara.

~Monkie Kid~ 3️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora