Siesta

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Espero que les guste~

Nota: Macaque es una ella en este cap. Tiene el pecho mediano, cintura estrecha y caderas, además de músculos por todo su arduo entrenamiento. Pueden imaginarla vestida como ustedes quieran.

Petición de: LaSpiderPoetta

Macaque tarareo, arreglando el pequeño desastre que sus pequeños monos habían hecho en su hogar y aprovechando aquello para organizar, deteniéndose en seco y agitando ligeramente sus orejas ante el sonido de pasos en la entrada de su casa, ya pudiendo reconocerlo sin mucho problema. Así que cuando abrió la puerta, no se sorprendió mucho al ver al sucesor de su contraparte parado allí, enarcando una ceja al notar como se tambaleaba en su lugar y notando las ojeras, además de su cabello algo despeinado.

-¿Insomnio otra vez, cariño?- pregunto con voz amable y suave, recibiendo un asentimiento como respuesta, el menor bostezando ampliamente. Los periodos de insomnio de MK llegaban sin aviso y de repente, aunque por suerte no lo hacían muy seguido pero siempre era difícil hacerlo dormir, usualmente lográndolo cuando él se desmayaba al no aguantar más.

-Estoy muy cansado- murmuro, restregando con su puño uno de sus ojos.

-Estoy segura de que si, dulzura- abrió los brazos sin pensar al verlo avanzar, dejándolo apoyarse contra su pecho y sintiendo su mejilla apoyarse pesadamente contra su hombro. Lo rodeo con sus brazos y dándole suaves palmadas en la espalda, tarareando una suave melodía.

-¿Puedes cantarme, por favor?- la pregunta salió arrastrada y confusa, demasiado cansado como para formar bien las palabras, pero ella pudo escucharlo sin mucha dificultad.

-Siempre- no tuvo muchos problemas para alzarlo, divertida cuando el chico rodeo su cintura con sus piernas como si fuera una especie de niño pequeño, sujetándolo y adentrándose en su casa nuevamente, cerrando la puerta con su cola y yendo a su habitación, sabiendo que su cama seria más cómoda que el sillón. Le costo mucho sacarle los zapatos porque él se negaba a soltarla pero logro convencerlo, quitándole la campera para dejarla a un lado y desatando la bandana para dejarla con todo lo demás. Se dejo caer de espaldas en la cama, acomodando las almohadas de tal manera para no estar completamente acostado, dejando escapar un bufido lleno de diversión cuando el chico de dejo caer sobre ella sin advertencia, acomodándose para enterrar medio rostro en su hombro. Usualmente, no dejaría que alguien se acostara encima de ella, porque se sentía extraño tener un peso que presionaba su cuerpo, pero hacia una excepción por MK y por sus pequeños monos. Enredo sus dedos entre el cabello castaño, rodeando el tobillo ajeno con su cola y se permitió cantar sin timidez, dulce y suave, arrullando al chico. Por suerte, MK no tardo mucho en dormirse, ella riendo ligeramente ante el ronquido y los murmullos inentendibles que salían de la boca ajena. Ni siquiera cuando estaba dormido parecía poder estar en completo silencio.

Horas después, el sonido de ese odioso aparato infernal que el pequeño grupo le había regalado para comunicarse rompió el repentino silencio de la casa. Gruño entre dientes, agradecido cuando uno de sus monitos se apresuro a agarrarlo y dárselo, agarrándolo con su única mano libre.

-¿Qué?- fue lo primero que salió de su boca al atender, ni siquiera vio el identificador.

-¡No esta!- frunció el ceño ante la voz de Wukong, sonando escandalizado y en pánico.

-¿Buscas tu cerebro?- tarareo, tranquila, ya teniendo un presentimiento a lo que se refería. -Creo que es un poco tarde para eso, se perdió hace siglos- agrego, burlona a pesar de su tono desinteresado.

-¡¿Cuál es tu maldito problema con mi cerebro?!- ahora se escuchaba ofendido y Macaque ya se podía imaginar su expresión llena indignación.

-Ninguno...porque necesitas tener un cerebro con el cual tener problemas- miro hacia abajo para asegurarse que el menor siguiera dormido, agradecida al notar que aun estaba profundamente en el mundo de los sueño.

-¡Eres una...!-  una serie de insultos se escucharon y ella no pudo evitar sonreír, divertida y orgullosa de poder molestarlo incluso después de tantos años. -¡Estaba hablando de MK, tonta! ¡No esta!- se escuchaba tan enojado pero nuevamente, había preocupación en su tono.

-¿No esta?- acaricio la nuca ajena, sintiéndolo acomodarse aun más contra su hombro.

-¡NO!- ya se lo podía imaginar, removiéndose el pelaje con desesperación. -¡Pigsy dejo que se fue a entregar un pedido pero no volvió!- el dios dejo escapar un largo suspiro, tenso. -De seguro tiene otro de sus periodos de insomnio, debe haberse quedado dormido en algún lugar-

-Interesante~- tarareo, moviendo apenas su rostro para dejar un suave y amoroso beso en la frente de MK, quien sonrío incluso dormido.

-...lo tienes tu, ¿no es así?...- ella sonrío.

-Supongo que no eres tan estúpido como pensaba- si pudiera, estaría moviendo la cola con satisfacción.

-¡Pudiste haberme avisado!- reclamo lleno de molestia.

-Un poco difícil cuando él esta dormido encima mío- bufo, burlona.

-...te odio...- gruño.

-Lo sé- su sonrisa solo se agrando, divertida.

-Solo...cuídalo- dijo después de unos segundos de silencio, sonando aliviado y un poco más tranquilo.

-Siempre- colgó sin esperar una respuesta, decidida a dejar que el dios lidiara con el grupo enojado y preocupado del chico, dispuesta dejarlo descansar todo lo que pudiera. Necesitaba dormir.

~Monkie Kid~ 3️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora