Carta no Deseada #3

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Espero que les guste~

Nota: Para mi, perdonar no lo es todo. No siempre puedes perdonar al instante a quienes te hicieron daño, a veces necesitas tiempo y a veces simplemente no puedes perdonar lo que te hicieron

Tomar la decisión no fue algo fácil, para nada, pero en algún momento se decidió. Él quería darle un cierre a esa parte de su vida para poder dejarlo atrás para siempre y no volver a dedicarle un solo momento de su vida en el futuro.

Y ahí estaba, caminando por lo que parecía ser el más largo y casi eterno pasillo por el que iba, siguiendo con paso nervioso a la amable enfermera que lo estaba guiando. Le hubiera gustado tener a sus amigos allí pero el hospital tenía una política de no familiares para pacientes graves, así que no le quedó otra más que ir por su mismo. El hospital le traía malos recuerdos de cuando su mamá se enfermo, de las veces que tuvo que ir a visitarla cuando la internaban, de triste y pequeña que se veía en la cama de hospital, rodeada de aquellas máquinas que la ayudaban a seguir con vida un día más.

-Aquí estamos, cariño- trago en seco al detenerse frente a una puerta, sintiendo que quería retroceder. -¿Estas bien?- preguntó ella con voz amable y MK solo pudo asentir, él nudo en su garganta haciendo difícil que hablara. Le mostró una temblorosa sonrisa a la enfermera, un gesto que ella le devolvió antes de alejarse para continuar con su trabaja, respirando profundo antes de colocar su mano en el picaporte y entrar antes de pensarlo mejor, decidido a hacerlo.

-Hijo mío...- y ahí estaba el hombre, acostado en la única cama de la habitación, luciendo pálido y flaco, enfermizo pero a diferencia de cuando MK vio a su mamá, esta vez no sintió tristeza, sólo pudo sentir enojo.

-No soy tu hijo...- entro por completo, cerrando la puerta tras de si. -...deje de ser tu hijo en el momento en el que golpeaste a mi mamá- lo corto, más brusco de lo que pretendía pero sin importarle demasiado.

-Entiendo...- el hombre no pareció sorprendido por su reacción pero tampoco parecía feliz. -Yo...me alegra que estés aquí, Qi Xiaotian- una ligera sonrisa dibujándose en su enfermo rostro.

-Nadie me llama así desde que ella murió- se acercó un par de pasos, molesto. Ese nombre solo sonaba bien cuando venía de su mamá, llena de cariño y amor puro, una razón más por la que iba con su apodo la mayor parte del tiempo. -Cumplí con lo que pediste, estoy aquí- hizo un gesto, sintiéndose tenso e incomodo. -¿Qué es lo que quieres?-

-...lo siento tanto...- suspiro, lento y tembloroso.

-¿Entonces?- se cruzó de brazos, enarcando una ceja.

-Dije que lo siento...- repitió.

-Bien- tarareo. -No te perdono- porque fue algo que decidió en esos momentos. Las disculpas ajenas no lo llenaban, no lo satisfacían y tampoco las quería ahora que lo pensaba un poco mejor.

-Hijo, escucha...- tosió, sonando húmedo y doloroso, jadeando al terminar. -...no lo entiendes, esta podría ser la última vez...-

-No me importa- lo interrumpió. -Puedo disculparte el que te hayas ido porque fue la mejor decisión que pudiste hacer, incluso te puedo agradecer por eso...- era la verdad, en el momento en el que él se fue y no volvió fue lo mejor que había pasado en sus vidas. -...pero...- apretó los puños. -...me lastimaste y lo que es peor, te atreviste a lastimar a mi mamá...- frunció el ceño. -...eso nunca te lo voy a perdonar, jamás-

-Qi Xiaotian...- esto no estaba yendo como el hombre quería de seguro pero eso al menor no le importaba

-¡Deja de usar mi nombre!- había tanto en su interior que luchaba por salir y que ya no podía contener ahora que lo tenía enfrente. -Viviste con lo que nos hiciste durante años, ¿y vienes a pedir disculpas ahora? ¿Por qué? ¿Quieres irte con la consciencia limpia? Pues no te voy a dar el gusto- negó. -Viviste con lo que nos hiciste y morirás con lo que nos hiciste, atrapado en esa cama y solo...- jadeo. -...pero yo...volveré a mi vida...con mis amigos y mi familia...sin pensar en ti en ningún momento como hasta ahora- se enderezó, sintiendo como si un peso se hubiera quitado de su cuerpo. -Me voy- y le dio la espalda por última vez.

-Qi Xiaotian...- ignoro aquello, abriendo la puerta. -¡Qi Xiaotian!- salió y se alejo a paso firme, ignorando por completo la voz ajena, sonriendo al ver a su grupo de amigos sentados en la sala de espera.

-¡Chicos!- llamo y ellos alzaron la vista, levantándose para acercarse y rodearlo de cariño, ninguno de ellos preguntando por lo sucedido. MK solo pudo sonreír enormemente, aliviado de tenerlos allí, abrazándolo como pudo.

~Monkie Kid~ 3️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora