~Monkie Kid~ 3️⃣

Madre E Hijo

¡Capítulo largo por ser el principio de semana!

^_^

Espero que les guste~

Nota: Ignoren los errores pro favor, aún no me han devuelto mi computadora T-T

Nota-2: Si mal no recuerdo, el capitulo que deje inconcluso se llama "Ira" pero al fin tuve algunas ideas y las puse por aquí. Puede tomarlo como una continuación o a parte, eso depende de ustedes

Nota-3: Los domingos es día en familia en mi casa, así que no siempre actualizo ni respondo mensajes

Nota-4: A veces, te sientes cómodo hablando de aquellos que ya no están con ciertas personas, aunque no siempre deben ser las que están en el círculo de confianza. Creo que eso depende de cada quien

Iron Fan pudo notar algo diferente en su hijo, se veía tenso y retraído, luciendo más triste que enojado, mirando con expresión melancólica su teléfono que no había sonado en semanas para su sorpresa, por no olvidar la falta de visitas repentinas de parte de la chica y el sucesor, a quien tampoco había visto en un tiempo. Sabía que algo había sucedido, era obvio, pero había decidió a esperar, sin querer invadir la privacidad del menor y aunque esa había sido su idea al principio, se decidió a intervenir cuando su hijo se negó a levantarse o cambiarse su pijama, luciendo derrotado, acurrucado entre sus sábanas y almohadas, sin hacer amague de levantarse. Camino por el pasillo con un plato de galletas entre sus manos, deteniéndose frente a la puerta de su hijo y golpeando suave pero con firmeza.

-No existo- gruñó el pelirrojo, sonando amortiguado, de seguro con la cara enterrada en una almohada.

-Respeto tu privacidad pero reafirmó mi autoridad como madre, entrando de todos modos- abrió la puerta y entró, ignorando las quejas ajenas, acercándose a paso lento hacia la cama, dejando el plato de galletas en la mesa de luz y sentándose en el borde del colchón. -¿Quieres hablar, hijo?- preguntó con suavidad y tranquilidad, palmeando suavemente la espalda del menor.

-...me peleé con la chica dragón y el niño de los fideos...- admitió después de una segundos de silencio, sonando algo molesto y avergonzado.

-¿Con la heredera dragón y el sucesor?- supuso que algo así había sucedido. -¿Alguna razón en específico?- esperaba que preguntar le diera un incentivo a su hijo.

-Yo...- se sentó lentamente, sacando el cabello suelto que cubría parte de su rostro, despeinado por la falta de arreglo. Hizo un ligero puchero, indeciso y dudoso.

-Puedes decirme lo que sea- aseguró, apoyando su mano sobre la ajena en señal de apoyo, dándole lo que esperaba fuera un reconfortante apretón.

-...le estabas prestando mucha atención...- murmuró entre dientes y sin mirarla, sus mejillas tornándose lentamente rojas por la vergüenza repentina que lo invadía.

-Oh, mi hermosa llama...- se sintió pésima de repente. Sabía que no había sido una madre muy presente en el pasado, demasiado metida en su propio dolor por la perdida de su marido y en su desesperación por liberarlo pero ahora se daba cuenta de que sus acciones tenían consecuencias más grades de lo que esperaba. Su hijo se había sentido apartado, quizás olvidado incluso, y estaba segura de que ese sentimiento había alimentado su ira, haciendo que reaccionara de mala manera y eso debió ser la causa de la pelea. -...lo siento tanto, mi pequeño. Nunca quise que te sintieras así, yo...- se mordió el labio inferior. -...soy una mala madre- quería llorar pero no iba a hacerlo, no ahora mismo.