La Esfera Demoníaca

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Espero que les guste~

Nota: Para todos lo que lo pidieron, basado en la película de "Nezha, la encarnación de la esfera demoníaca"

-¿Eh?- estaba inmensamente aliviado de no ser el más pequeño esta vez pero la mirada fija y casi fulminante lo hacía sentir como una hormiga de cierta manera. Quien tenía en frente el bajo, un niño de seguro, con expresión molesta y los ojos oscuros, con una postura tensa digno de alguien que estaba dispuesto a pelear, descalzo y con su cabello atado en dos rodetes, su corto flequillo no ocultando la marca roja y en forma de flama en su frente.

-¿Qué rayos miras?- gruño el otro y eso lo hizo tragar en eso. Era Nezha, según la mujer parada en la entrada de la casa y que los miraba con preocupación, tensa en su lugar pero luciendo dispuesta a acercarse si se necesitaba. Ese niño era tosco y brusco, con mal carácter al parecer, diferente al Nezha que él conocía.

-Nada- fue rápido en negar, desviando la vista por el nerviosismo y entonces, notando que estaba en un casa, alejada del pequeño pueblo por lo que podía notar y con un escudo de algún tipo a su alrededor.

-¡Nezha!- ante la voz de la mujer, volvió a mirar al niño, abriendo los ojos con alarma al verlo patear un pequeño objeto en su dirección, chillando sin poder evitarlo mientras levantaba los brazos para bloquear el objeto. Hizo una mueca ante el fuerte golpe que sintió, retrocediendo a pesar de tener los pies calvados en el suelo.

-Eso me dolió...- murmuro mientras bajaba los brazos, estaba seguro de que tendría moretones más adelante. -¡Eso fue genial!- no pudo evitar decir, mirando al niño, quien no había desviado la mirada pero esta vez, luciendo más sorprendido que enojado. -¡Que gran fuerza que tienes!- sonrío porque aunque ese niño era Nezha, no había esperado que tuviera tanto poder tras una simple patada.

-¿E-Estás bien?- la mujer jadeo, sorprendida y asombrada, aunque también se veía algo asustada.

-¡Perfecto~!- adolorido pero completo, mostrando una gran sonrisa a pesar de las miradas fijas de ambos.

-Juega conmigo- demando el niño de repente, luciendo emocionado por primera vez desde su repentina llegada.

-¿Eh?- MK se le quedo mirando por unos segundos, confundido por su repentino cambio de actitud de hostil a juguetón pero termino por encogerse de hombros. -Claro~- y por la gran sonrisa que se dibujo en el rostro ajeno, supo que había tomado la decisión correcta, aunque eso significara algo de dolor y unos cuantos golpes.

~Monkie Kid~ 3️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora