Espero que les guste~
Nota: En un principio, la idea era que los responsables hayan sido Yin y Jin, habiendo lanzado el hechizo por accidente pero creo que mi cerebro no estaba muy de acuerdo y cuando menos me di cuenta, esto salió con dos demonios completamente al azar xD
Nota-2: Este fin de semana es el día de la madre, así que realmente no esperen que pueda actualizar. Lo intentaré pero lo más seguro es que no lo haga
Se dirigieron directamente con el demonio capaz de delatar a su propia madre con tal de poder sobrevivir otro día más.
-Bueno, bueno, bueno- sonrió él apenas la vio acercarse, luciendo creído. -Mira lo trajo el viento, la cuatro ojos de color verde-
-Vete al infierno- bufo, aunque no estaba particularmente molesta, no era la primera vez que ambos hablaban.
-Vengo de ahí, querida, igual que tú- tarareo, contento al parecer de poder molestarla un poco. -Dime, ¿qué te trae por aquí? Nunca vienes a visitarme sin un motivo escondido- apoyo su codo en el mostrador de su pequeño lugar, mirándola mientras apoyaba su mentón en la palma de su mano.
-Eres insoportable, venir solo porque si sería como tirarse de cabeza directo a una hora de tortura completa y sin descanso- él soltó una carcajada, divertido, ella sonriendo ligeramente. -Alguien lanzó un hechizo en el bosque, el prohibido que genera y se alimenta de miedo-
-Ufff, eso no suena bien- hizo una mueca, tensándose al notar entonces al par de monos parados tras la demonio, trabando en seco cuando ambos le sonrieron hasta mostrar sus colmillos. -Tengo malas noticias para ti, mi querida cuatro ojos...- hablo después de unos segundos de silencio, sin lucir culpable siquiera. -...pero yo no sé nada- y a pesar de sus palabras, alzó su mano y señaló hacia arriba, sonriendo y guiñando el ojo.
-¿Quieren los honores?- Midori miro a los monos, sonriendo con diversión y haciendo un seña.
-Nha, adelante- negaron, solo haciendo que la sonrisa de ella se agrandara un poco. Midori levantó una de sus manos, sus ojos brillando, chasqueando los dedos. Los gritos no tardaron en escucharse, alguien cayendo del techo del pequeño lugar, luchando para quitarse las gruesas enredaderas que sólo parecían crecer y alargarse hasta rodear su cuerpo entero. Se veía joven, en especial para ser un demonio.
-¡B-Basta!- se retorció, dejando escapar un suspiro de algo parecido al alivio cuando las enredaderas se detuvieron, aunque estaba mayormente rodeado y por ende, inmovilizado. -¡Y-Yo no sé nada!- soltó con pánico al verlos, luchando para liberarse, queriendo salir corriendo para irse lo más lejos posible.
-¿Estas seguro de eso?- Wukong enarco una ceja, cruzándose de brazos mientras movía la cola con impaciencia.
-¿Quieres intentar otra vez?- Macaque sonrió de manera macabra al mismo tiempo que un destello morado aparecía en uno de sus ojos momentáneamente. El pobre demonio atado trago en seco, con expresión de puro terror y con pequeñas lágrimas saliendo de sus ojos.
-Yo...- respiro agitadamente, dudando, aunque después de unos segundos lucia resignado, dándose cuenta de repente que no tenía más salida. - ¡Fuimos nosotros!- sollozo, rindiéndose ante las miradas fijas.
-¿Quiénes?- Midori entrecerró los ojos.
-¡M-Mi hermano y yo!- estaba llorando. -¡No fue nuestra intención causar tantos problemas, sólo queríamos probar el hechizo que encontramos!- jadeo. -Solo decía que...debíamos hacerlo sobre un objeto inanimado, era todo lo que decía-
-Decidieron probar un hechizo...¿Sin saber que hacía?- el dios gruño, mostrando ligeramente los colmillos.
-L-Lo hicimos sobren una rama que sacamos del bosque, no pensamos...no pensé que sería la gran cosa- tembló visiblemente, aterrado, sus lágrimas en aumento al ver el brillo verdoso en los ojos de la demonio.
-¡Son unos malditos idiotas!- estaba furiosa, eso era obvio, las pintas de su corto cabello elevándose ligeramente mientras su poder iluminaba apenas se manos, el demonio luchando por respirar mientras las lianas a su alrededor se apretaba dolorosamente. -¡Debería tirarlos al bosque para que pudieran vivir el daño que han hecho!-
-L-Lo siento- jadeo, lágrimas saliendo de sus ojos a un ritmo rápido por el miedo y el pánico.
-Midori...- la miraron de reojo, sin hacer amague de detenerla por el momento.
-Ya sé- bufo, haciendo un rápido gesto, el demonio dejando escapa Rin tembloroso suspiro cuando las lianas a su alrededor se alojaban ligeramente, aunque sin liberarlo. -¿Dónde está el tonto de tu hermano?-
-Vas a ser nuestro guía, sin quejas- Wukong se inclino, levantando al demonio y colocándolo de pie con facilidad, dándole un ligero empujón para que empezará a avanzar. El demonio no estaba para nada feliz de tener que llevarlos a donde estaba su hermano pero sintiendo sus miradas fijas en su nuca, supo que no tenía muchas opciones, tragando en seco mientras empezaba a caminar apenas las lianas dejaron sus piernas libres, rogando mentalmente que su hermano estuviera en cualquier lado menos en su hogar pero supo, en el momento en el que vio la luz iluminando desde el interior de una de las tantas ventanas, que estaban perdidos. La puerta estaba sin traba, así que no tuvo más opción que entrar con ellos siguiéndolo de cerca, tragando en seco mientras escuchaba los pasos rápidos en el piso de arriba, seguido de los pasos bajando las escaleras.
-¡Hey, hermano! Te tardaste mucho más de lo...esperado...- la voz de quien parecía ser el hermano mayor murió lentamente al notar al par de monos y a la demonio de piel verde, sus ojos fijándose por último en su hermano, frunciendo el ceño con preocupación al verlo atado firmemente con lianas.
-Lo saben- jadeo, decidiendo hablar antes de que el mayor pudiera soltar cualquier mentira en un intento de salir de aquella peligrosa situación, temiendo que las mentiras enojaran aún más a los presentes. -Saben del hechizo que le lanzamos a la rama- aclaró al darse cuenta de la confusión en el rostro ajeno.
-¿Y qué?- se cruzó de brazos, a la defensiva, con una tensión visible en sus hombros. -Es solo una rama. Además, ese tonto hechizo no funcionó-
-En realidad...- Macaque tarareo, su sádica sonrisa creciendo al notar como el mayor temblaba. Oh, como le gustaba poder asustar a los otros. -...no fue solo un hechizo tonto-
-¡C-Causamos las desapariciones que vimos en las noticias!- sollozo el menor, culpable. -¡El hechizo causó algo en el bosque, algo que hizo que se llevara a la gente! ¡Fue nuestra culpa!- Midori lo miro con tristeza, suspirando antes de hacer un gesto para que las lianas alrededor del demonio se desvanecieran, él cayendo de rodillas para cubrirse su su rostro para seguir llorando. -...fue nuestra culpa...-
-¿Es...en serio?- el mayor no parecía creer aquello pero por la mirada seria de los presentes, supo de alguna manera que era verdad. -Oh...- su expresión mostró el horror que lo inundó al darse cuenta de lo que había causado. -¿C-Cómo puedo ayudar?- estaba pálido, casi como si se estuviera por desmayar.
-La rama, la necesitamos- habló el dios y eso fue todo lo que él mayor necesito para subir corriendo hacia arriba, volviendo al poco tiempo con un rama algo gruesa en su mano, una suave pero notable aura de color negro rodeando la madera.
-Aquí- la extendió con manos temblorosas, agachándose para abrazar con fuerza a su hermano apenas la demonio tomó la rama. Los monos y ella decidieron alejarse en silencio, dejando que se consolaran entre ellos, sin sentir que deberían amenazarlo cuando se los veía tan culpables. Ahora, solo quedaba romper el hechizo y sacar a la gente del bosque.
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~Monkie Kid~ 3️⃣
Fanfiction¡Libro cerrado! ¡Tercer Libro! Si algo se me ocurre, aquí lo publicare ^_^ Nota: La imagen de portada no me pertenece, la encontré en Pinterest. Derechos a su respectivo creador Nota-2: Aceptó ideas~ Nota-3: Cuidado, hay Spoiler :3 Nota-4: No escrib...