Nido

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Espero que les guste~

Nota: Casi tiro mi pinche teléfono por la ventana. Veinte veces tuve que reescribir esto y no hablemos de los errores que seguro no mire del odio que me dio en un momento determinado. Lo hice con cariño pero perdí la paciencia un poco con el teclado del teléfono y su estúpido auto-corrector que escribía lo que se le daba la gana

Nota-2: Dios, quiero la compu de vuelta T-T

Petición de: La_Victoria_2009

Los demonios venían con un instinto en lo más profundo de sus mentes, uno que tenía que ver con hacer nidos cómodos y traer a alguien de confianza para poder abrazarse. Su tiempo de duración dependía mucho del demonio y a quienes traían dependían de la época. A veces anhelaban a la familia, otras veces anhelaban amigos y en casos muy poco comunes, a conocidos que le caían bien, este siendo sólo en caso de no encontrar sus primeras opciones.

Eso es lo que le está pasando ahora mismo a Red Son, el cual apenas pudo alistarse para el día antes de que el instinto lo empujarla y lo obligará a buscar todas las almohadas posibles, agradecido por la precaución de su madre de dejarle todo lo necesario en un cajón en su cuarto para días como esos, usando todo para armar el nido más cómodo que pudo en piloto automático porque ya lo había hecho tantas veces antes que ya sabia exactamente como le gustaba.

Y cuando terminó, se dispuso a ir a buscar a su madre y padre porque aún se sentía cansado y lo iba a necesitar para descansar, solo para detenerse en seco y reevaluar sus sentimientos. No ansiaba el consuelo familia, anhelaba la sensación de amistad.

-Oh, por todos los...- maldijo en en todos los idiomas que conocía y de todas las maneras. Estaba seguro que sí su madre estuviera allí con él, ya le habría metido un jabón a la boca y le hubiera dicho "boca sucia". Se removió con incomodidad y rascándose con algo de desesperación la cabeza, la picazón de traer a un par de personas en específico a su recién terminado nido haciéndose más intensa con cada segundo que pasaba hasta que se volvió insoportable, el fuego rodeándolo para transportarlo a su siguiente destino.

-¡Hey, Red Son!- sonrió MK apenas lo vio, sin sorprenderse de que el demonio apareciera sin aviso, ya empezaba a acostumbrarse.

-Hey~- Mei sonrió, para después enarcar una ceja, divertida y curiosa. -Estas te pijama- señaló.

-Ya sé- gruñó, el instinto se volvía tan fuerte que le costaba modular las palabras sin sentirse desesperado. -Tu...- señaló a la chica, ella totalmente tranquila, incluso cuando el demonio invadió repentinamente su espacio personal. -...te vienes conmigo...- Mei ni siquiera lucha, aunque si se quejo un poco al ser cargada como una bolsa de papal pero se quedó quieta, con celular en mano mientras miraba sus redes sociales. Luego, el pelirrojo se volteo a ver al chico, quien se tenso ante la mirada intensa y la molestia en el rostro del mayor.

-Yo...me voy- se dio media vuelta, dispuesto a huir de la ira del demonio de fuego, solo para que un firme agarre en su campera lo detuviera.

-También vienes conmigo- gruñó, tenso y amenazante, MK soltando un ligero chillido al ser levantado pero sin luchar.

Básicamente, los tiro a su nido, obligándolos a caerse los zapatos y las camperas, tirando un par de pijamas extra a la cara de ambos y ordenando que se fueran a cambiar, impaciente mientras los esperaba y los volvió a empujar apenas salieron.

-Oh...- de repente, Mei pareció entender. -Es uno de esos días, ¿no es así?- preguntó con tono suave y amable, dejando que él la acomodara a su gusto. Quedo boca arriba, Red Son acurrucándose a su lado y con medio rostro enterrado en el hombro de ella.

-¿Te refieres a los días de nido?- preguntó MK, entendiendo a lo que ella se refería. Pigsy los tenía de vez en cuando y siempre era arrastrado a los nidos pero ser arrastrado por otro demonio era nuevo y no se lo esperaba, aunque tampoco iba a quejarse, no cuando podía ver lo ansioso que el pelirrojo se veía.

-Esos mismos- ella sonrió, riendo alegremente cuando él demonio perdió la paciencia y agarro la muñeca del chico, tirando bruscamente para obligarlo a recostarse. Él quedó del otro lado de Mei, apoyada en su hombro, una de sus manos presa en la mano del demonio. Hablar y bromearon, sus voces y ánimo haciendo maravillas en la mente de Red Son, el cual al fin pudo cerrar los ojos y dormir profundamente, arrullado por la presencia del par.

No mucho después, padre y madre se decidieron a ver a su hijo, preocupados por la falta de gritos, sólo para encontrarse con él en su nido y con dos nuevos miembros.

-De todos los seres de este mundo...- gruñó DBK, molesto, solo su esposa evitando que entrará a la habitación para tirar a los intrusos por una ventana.

-Instinto es instinto, querido- suspiro Iron Fan, dándole suaves palmadas en el brazo de su esposo, mirando de reojo la escena. Por lo menos, su hijo se veía pacifico, así que iba a dejar a esos dos quedarse por el momento.

~Monkie Kid~ 3️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora