~Monkie Kid~ 3️⃣

Disfraces #2

Espero que les guste~

Nota: Por alguna razón, yo creo que Macaque seria Sanemi o algo así xD

MK soltó pequeños sonidos amortiguados por parte de su disfraz, corriendo tan rápido como sus ahora cortas piernas le permitían y con las manos extendidas a su lado, sorprendido de no haber tropezado con la ropa, escuchando las risas de la gente a su alrededor y los reclamos bromistas de su amiga, quien lo perseguía. La convenció era divertida, con mucha gente presente y muchos disfraces, por no mencionar la mercancía que se vendía, aunque por le momento estaban recorriendo el lugar hasta que el concurso de disfraces empezara.

Se detuvo en seco cuando algo voló por enfrente suyo, parpadeando con algo de sorpresa ante la mariposa algo grande y de colores extraño, con lo que estaba bastante seguro era una sonrisa divertida en su pequeño rostro.

-¿Monkey King?- la imitación de bambú cayo pero lo ignoro, alzando su mano, viendo como la mariposa se posaba rápidamente sobre sus dedos. -¿Qué haces aquí?- pregunto con curiosidad, sin haber esperado que su maestro estuviera allí.

-Tu jefe estaba preocupado, así que me mando a vigilarlos- movió sus grandes alas. -¿Te diviertes, chico?- no pudo evitar preguntar con diversión.

-¡Mucho!- asintió, entusiasta. -¡Este lugar es asombroso y hay tantos disfraces!- se había sacado fotos con unos cuantos, quienes parecían encantados con su pequeña apariencia. 

-Vi unos cuantos- asintió, había visto unos cuantos disfraces que no tenía ni idea de que serie salieron y otros tantos que reconocía vagamente pero también había visto a unos cuantos vestidos de él mismo. -Estoy un poco ofendido de que no te disfrazaras de mi- hizo un puchero.

-Lo hice pero hace unos años- no parecía avergonzado de decirlo.-¡Oh!- sus ojos brillaron cuando una idea se le vino a la mente de repente, un mal presentimiento llenando al mono transformado. -¿Puedes transformarte en un gorrión o un cuervo?-

-Un gorrión es mucho más fácil- enarco una ceja lo mejor posible en su estado de mariposa. -¿Por qué?-

-¡Así puedes estar con nosotros sin ocultarte!- sonrío enormemente, emocionado, dando pequeños saltos en su lugar y el mayor no pudo evitar suspirar con cariño al verlo tan feliz.

-A sus ordenes~- y con un destello dorado, se transformo en un pequeño pájaro algo rechoncho y de tonos claros, aunque tenía su pequeña cola de mono medio oculta entre las plumas traseras, un detalle que no podía deshacer. -¿Así esta mejor?- agito ligeramente las alas, acomodándose a su nueva forma rápidamente.

-¡Genial!- lo acuno entre sus pequeñas manos y se dio media vuelta, corriendo hacia donde estaba Mei, quien se había sentado para tomar algo de agua. -¡Tengo a Chuntaro, Mei-Mei!- lo enseño con todo el orgullo y la emoción del mundo.

-¿Eh?- ella lo miro, confundida por un segundo antes de reconocer al pequeño animal. -¿Señor King?- enarco una ceja, divertida, soltando una carcajada mientras el pájaro rodaba ligeramente los ojos ante la obvia burla.

-Soy débil, ¿ok?- y eso solo hizo que la risa ajena aumentara en volumen.

... ... ... ...

-Sé que te dije que te metieras en personaje...- suspiro Mei con diversión y cansancio. -...pero no era para que te lo tomes tan literal, MK- pero el mencionado no respondió, profundamente dormido entre sus brazos en su forma pequeña, con el rostro apoyado en su hombro y sus pequeñas manos aferrándose ligeramente a su ropa. -Quiero ir al baño- murmuro para si misma pero no podía moverse exactamente con mucha libertad, apoyándose ligeramente en la caja a su lado.

-¿Niña dragón?- alzo la vista ante la voz, sonriendo enormemente al ver un rostro muy familiar acercándose a paso lento. Tenia el cabello suelto para su sorpresa, vistiendo un uniforme muy parecido al de ella pero con unas telas con diseño de llamas alrededor de sus piernas desde abajo de las rodillas, junto a una capa sobre sus hombros  con el patrón de degradado blanco-amarillo y crestas rojas en forma de llamas en las puntas, con la espada bien asegurada en su cinturón blanco.

-¡Red Son!- chillo al verlo. -¡Amo tu disfraz!-

-Por supuesto que si, yo mismo lo hice- hincho el pecho con orgullo, solo para mirar a MK con curiosidad. -¿Niño de los fideos?- enarco una ceja al verlo dormir, negándose a mostrar su sorpresa ante su disfraz ya apariencia. Supuso que con sus extraños poderes, ese era el mejor personaje que le quedaba.

-Se canso- se encogió de hombros lo mejor posible. -¡Oh!- lo miro con ojos brillantes. -¡Eres mi salvación!- sonrío. -¿Puedes sujetarlo por un rato, por favor? ¡Necesito ir con urgencia al baño!-

-Puedes despertarlo- lo dijo como si fuera el movimiento más obvio.

-¡No soy un monstruo!- jadeo, fingiendo horror. -¡Solo sostenlo!- se acerco y al pelirrojo no le quedo otra más que aceptar al menor, ella acomodándolo en los brazos ajenos y solo alejándose al estar satisfecha con el agarre del demonio. -Bien- asintió, contenta, el pájaro que había estado en su hombro volando para posarse en el del demonio, quien frunció el ceño ante el pequeño animal que apenas había notado. -Cuida de MK y de mis cosas- se dio media vuelta y básicamente corrió hacia el baño más cercano, dejando a Red Son parado al lado de la caja, con el menor dormido y un pájaro muy raro en su hombro.

-Loca...- murmuro para si mismo, resignado a su destino por el momento.

-Que no te escuche o te arrancara la lengua- se sobresalto ante la voz, viendo de reojo al pájaro posado en su hombro, abriendo los ojos con sorpresa y horror la notar la pequeña cola de mono entre las plumas traseras. -¡Hola, Red Boy!- gruño ante el apodo, molesto con el dios, quien voló para estar frente suyo y mostrarle una sonrisa burlona. -No sabía que te gustaban estas cosas~- no lo estaba juzgando, solo lo molestaba un poco.

-Tu también estas aquí- frunció el ceño.

-Detalles, detalles- ignoro aquello y voló para posarse sobre la cabeza ajena, revolviendo un poco el pelirrojo cabello para hacerse un rápido nido, ignorando las quejas y gruñidos del dios. -Despiértame en una hora- se acurruco y cerro los ojos.

-Los odio a todos- murmuro para si mismo, acomodando al dormido chico en sus brazos, pensando en como termino de niñero repentino. Maldecía su suerte.