~Monkie Kid~ 3️⃣

Nigromante

Espero que les guste~

Nota: Pongan qué apariencia podría tener MK como demonio :3

Nota-2: Los Nigromantes son seres que en teoría, trabajan con magia negra, capaces de traer de vuelta a la vida a los muertos incluso pero cada hechizo que hacen, tiene un precio cada vez más alto

Nota-3: No voy a revivir a Rinrin porque no creo que sea un personaje muy recurrente pero le daré su día con Wukong...aunque aun no tengo muy en claro que van a hacer, me falta romanticismo xD

Averiguar sobre alguien que pudiera ayudarlo con su idea tardo mucho más de lo que le gustaría pero luego de pedirle direcciones a unos cuantos demonios demasiado asustados por su estatus como para comentar de su aparición y caminar unas cuantas cuadras justo cuando el sol ya no iluminaba la ciudad, logro encontrar a alguien.

-Déjame ver si entendí...- era un chico que aparentaba su edad, aunque según el comentario de muchos tenía unas cuantas décadas encima, de ojos rojos intensos y cabello blanco corto algo despeinado, vestido completamente de negro. Tenía ojeras marcando su pálida piel bajo sus ojos, como si no hubiera dormido en mucho tiempo pero había algo en su mirada que le decía que no debía bajar la guardia. -...¿quieres traer a alguien que no conoces de vuelta?- no parecía entender la petición del sucesor.

-Eso...creo- asintió, indeciso. Tenía la sensación de que estaba cometiendo una estupidez pero estaba costumbrado y no iba a dejar que eso lo detuviera.

-¿Quieres que la reviva?- enarco una ceja.

-¡No, claro que no!- se apresuro a negar porque según todo lo que había averiguado, y gracias a unas cuantas películas, revivir a alguien venia con grandes consecuencias. -Solo quiero que la traigas de vuelta por un día- el mayor se le quedo mirando, como si lo estuviera analizando y buscando algún tipo de engaño.

-Buena respuesta- se cruzo de piernas de manera elegante y algo exagerada, acomodándose en su asiento. -Revivir a alguien hubiera costado mucho- MK tenía la sensación de que no hablaba de dinero pero no iba a preguntar. -Puedo traerla de vuelta por un día, incluso puedo darle una marioneta para que tenga algo más de...libertad...- señalo hacia atrás suyo, donde se podía ver a una muñeca de tamaño normal sentada sobre un mueble, sin rasgos faciales y sin ropa, solo una superficie lisa de color marrón claro, como si estuviera hecha de madera. -...pero todo tiene un precio- sonrío de manera macabra, mostrando que tenía dientes afilados.

-¿Qué tipo de precio?- se mantuvo tenso en su lugar, desconfiado.

-Este fin de semana hay un gran evento de pelea entre demonios...- tarareo. -...y tu vas a participar- señalo.

-No soy un demonio, no pelearan conmigo- no cuando varios le temían solo por ser el sucesor de Monkey King.

-De esos detalles me encargo yo...- agito la mano, restándole importancia. -...tu solo tienes que presentarte ese día, no revelar tu identidad y ganar todas las peleas...- eso no sonaba tan mal como se lo había esperado. -...hay mucho dinero en juego...- su sonrisa se agrando, MK tragando en seco. -...¿y quien sabe? Si llegas a la final y ganas, quizás le de un día más a ella- se levanto de su lugar, mostrando que eran de la misma altura para alivio del menor, dando un paso adelante mientras extendía su mano de largos dedos y uñas pintadas de negro. -¿Qué te parece?- parecía tranquilo, esperando la respuesta.

-Es...- sus amigos lo matarían cuando se enteraran de su estupidez, lo podía sentir en sus huesos. -Es un trato- extendió su propia mano, sin tener la oportunidad de retractarse cuando él agarro su mano de repente.

-Buen chico~- sonrío, enorme y satisfecho, inclinándose para dejar un suave beso en el dorso de la mano del sucesor, el cual se sobresalto ante el gesto. -Es una cita, nos vemos el fin de semana- y con un chasquido, MK estaba de vuelta en la vereda, parado frente a la tienda a la que había entrado.

-¿Qué acabo de hacer?- pensó, alzando su mano y notando el símbolo color negro que ahora tenía en el dorso de este. Oh por todos los fideos, se había metido en problemas...pero recordando a su maestro, con el solo pensar lo feliz que se pondría de ver a su amor de vuelta, lo lleno de fuerza y decisión. Todo iba a valer la pena si podía hacer a uno de sus amigos feliz.