¡¿Estás bien?!

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Espero que les guste~

Nota: Algo cortito que se me ocurrió cuando encontré un dibujo en Instagram xD

-¡Monkie King!- MK corrió hacia su maestro apenas lo vio levantarse, preocupado por su roba rota y lo golpeado que se veía en esos momentos, haciendo lo posible para apurar su paso sin caer de cara en el proceso. -¡Monkie King! ¿Estás bien?- pregunto apenas estuvo cerca, sus manos flotando, sin saber que hacer exactamente.

-No te preocupes, Kid- el mono no dudo en sonreír, poniendo su mano sobre el hombro ajeno para darle suaves y firmes palmadas, despreocupado, aunque conmovido por la preocupación ajena. Estaba golpeado, cansado y adolorido pero no estaba particularmente herido, nada que no se pudiera arreglar con mucha comida y una larga siesta. -Estoy perfectamente bien, todo en su lugar- vuelve a asegurar. El menor lo mira fija fijamente, casi buscando un signo de mentira, su labio inferior temblando de repente.

-E-Estas bien- y para completo horror del dios, había lagrimas saliendo de los ojos de su alumno y corriendo rápidamente por sus mejillas. Ahora el que estaba en pánico era el mono, quien levanto las manos sin saber exactamente que hacer con ellas, su pobre corazón rompiéndose ante los sollozos ajenos.

-¡P-Por supuesto que estoy bien!- no tenia ni idea de que hacer para parar las lagrimas del chico y eso solo aumentaba su pánico, al mismo tiempo que el ritmo de las lagrimas del menor aumentaban. -¿Qué hago? ¿Qué hago?- miro a su alrededor pero no hay nadie que pueda ayudar y dejar a su alumno en ese estado no esta en su mente. -E-Estoy bien, Kid- trago, nervioso, una idea viniendo a su mente. Eso siempre funcionaba para calmar a sus pequeños monos. -Awww, ven aquí- extendió sus brazos, ligeramente aliviado cuando MK se acerca a paso lento y lo rodea con sus brazos para acercarlo todo lo posible, guiando suavemente al menor para que se apoye en su hombro. Suelta suaves chillidos con todo el cariño y suavidad posible, palmeando y acariciando la espalda ajena, y aunque MK no es realmente un mono, parece funcionar de igual manera y se relaja, sus sollozos calmándose lentamente. El dios suspiro de alivio, sin alejar a su alumno, cediendo al impuso y restregando suavemente su mejilla contra la cabeza ajena, sintiéndolo apoyarse en el toque.

~Monkie Kid~ 3️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora