Snowman

1.8K 148 49
                                    

Y bueno mi gente, hemos llegado al final. Tengo que decir que estoy muy sorprendida, son tres libros, 300 historias en solo un año. Es impresionante, especialmente para mi. Lo dije antes pero nuevamente, muchas gracias por todo el cariño que le dan a mi libros :3

Espero que les guste~

Nota: Siendo sincera, quien me pidió esto me dijo una canción pero como no supe como usarla exactamente, decidí usar otra. Igual, espero que haya quedado bien ^_^

Nota-2: Esta canción se volvió una de mis favoritas de la cantidad de veces que la escuche xD

Petición de: otakudegantegarcia7

Las fiestas de acercan, lo cual significa regalos y familia, además de mucha nieve, uno de los momentos muchos adoraban, incluyendo al sucesor. Incluso después de todo el fiasco de LBD incluso después de temblar durante días y sentir el frío calando en sus hueso, la nieve seguía siendo una de sus cosas favoritas de la época.

Ama la nieve, la ciudad casi completamente blanca y con las luces de las fiestas iluminando todo de noche, era algo hermoso y le traía recuerdos pero en ese año en particular no solo tenía nuevos invitados para la navidad, sino que también tenía una extraña petición para uno de ellos.

-No- Macaque se mantuvo firme, ignorando la ligera vergüenza que crecía en lo más profundo de su interior ante la repentina situación.

-¡Por favor!- alargo las letras todo lo que pudo, suplicante, mirándolo con ojos brillantes. -Me gusta esa canción y creo que con tu voz, se escuchara tan genial- había escuchado cantar una vez al mono, suave y ligero, obviamente para si mismo y aunque se había sentido mal por haberlo escuchado a escondidas, no pudo evitar disfrutar. La voz de él era grave, aunque suave de alguna manera, con tal tono que casi te podía hipnotizar y eso por eso que quería escuchar una canción particular venir de su boca. -¡Te lo suplico!- lo abrazo dramáticamente, hundiendo ligeramente su rostro en el hombro ajeno. -Tu voz es super bonita, solo quiero escucharla otra vez- confeso sin ningún tipo de vergüenza.

-Tu...- el domador de sombras gruño entre dientes, las mejillas ardiendo ante la pura sinceridad en el tono del menor. Miro hacia otro lado, aunque no hizo amague de apartarlo, haciendo una ligera mueca. -...¿Qué puedo obtener a cambio?...- se sentía algo estúpido porque se sentía como si estuviera cediendo pero la alegría pura que ahora brillaban en los ojos oscuros que lo miraban hacia que todo lo anterior fuera más ligero.

-¡Le diré a Monkey King que eres el mejor mono-demonio que existe en todo el mundo!- ofreció rápidamente, sabiendo lo mucho que al otro le gustaba molestar y presumir ante el dios. Se ganaría una mirada llena de ofensa pero estaba seguro que podía lidiar con eso más adelante. -Y te preparare mucha gelatina...- decidió ofrecer un poco más. -...además de un pastel de mango solo para ti~- agrego como última ocurrencia, su entusiasmo en aumento al verlo tan pensativo.

-En serio estas dispuesto- bufo sin poder evitarlo, divertido. -Bien, tendrás tu canción- aunque sabía que iba a terminar aceptando, lo que el otro le ofreció llamo su intención ¿Palabras bonitas que estaba seguro que harían poner al dios furioso y lleno de celos, acompañado por dos de sus postres favoritos? Era una ganga.

-¡Eres el mejor!- chillo, dando un salto lleno de emoción antes de agarrar el brazo ajeno y arrastrarlo hacia dentro de la tienda, donde todos los demás los miraron con confusión pero MK estaba más ocupado empujando una hoja de papel al pecho del mono.

-Estabas preparado- no sabía si sentirse algo ofendido o no porque si el chico ya había preparado la letra, eso significaba que sabía que él iba a aceptar. El sucesor era más astuto de lo que esperaba.

-¡Por supuesto!- y para colmo de todos, ya estaba poniendo su teléfono en un pequeño y portátil sistema de sonido, con la canción preparada en la pantalla. Macaque lo miro fijamente, sintiéndose repentinamente engañado pero orgulloso al mismo tiempo.

-Tienes mucha suerte de que me agrades- bufo, rodando apenas los ojos e ignorando por completo las miradas fijas de todos los presentes. Hizo una seña y MK dio pequeños saltitos mientras le daba reproducir, Mei sonriendo con diversión y Pigsy acomodándose en su lugar al reconocer la tonada, dejando al resto muy confundidos.

-No llores más, no frente a mi- cantó Macaque, desviando la vista al notar como la sonrisa del menor se agrandaba y los ojos de los presentes se abrían con asombro, obviamente tomados con la guardia baja. -¿Quien secara tus lágrimas...cayendo así? Tus lágrimas así- estaba un poco sorprendido de haberse adaptado rápidamente a pesar de no haber escuchado la canción antes, supuso que era gracias a su buena audición. -No llores más, dejándome así...Un charco de agua nunca podrá abrazarme...Nunca me abrazará- como si fuera una clase de señal, MK no tardo mucho en acercarse para abrazarlo y él lo dejo, colocando su mano libre en la nuca ajena y sosteniendo el papel con la letra con la otra. -Yo nunca me iré, eso debes saberlo. Estaré para ti aún muerto en el hielo...Ya tu eres mi hogar todos lo inviernos...Así que vamos- apoyo ligeramente su mejilla contra la cabeza ajena, sintiéndolo reír con encanto contra su hombro. -Vamos bajo cero, muy lejos del sol. Si me amas por siempre, tendrás diversión...en el polo norte la felicidad, no llores muñeco porque es navidad- en esa pequeña estrofa es cuando todos se unieron, tarareando, concordando con la suave y bonita tonada que sonaba. Todos se veían tan cómodos y contentos, como si esto fuera una tradición de todos los años y su parte favorita de las fiestas. -Muñeco de nieve...Muñeco de nieve...Baby- tarareo suavemente, algo más a gusto con la canción a medida que pasaba, haciendo una ligera pausa. 

-No llores más, no temas del sol...¿Quién correrá conmigo hasta el final? Sin pies para correr...Ya no llores más, sin lágrimas ya...¿Quién va a escuchar si tú ya no...estuvieras aquí? No te puedes derretir- a estas alturas, ya no necesitaba el papel, aprovechando para mirar a los demás. Había una sonrisa en el rostro de todos, incluso Wukong y Nezha se veían felices con su cantar, aunque también pudo notar que Mei lo estaba grabando. Iba a destruir ese teléfono, ya lo estaba planeando. -Yo nunca me iré eso debes saberlo, estaré para ti aún muerto en el hielo...Ya tu eres mi hogar todos los inviernos. Así que vamos...Vamos bajo cero, muy lejos del sol. Si me amas por siempre, tendrás diversión...en el polo norte la felicidad, no llores muñeco porque es navidad- su cola se estuvo moviendo durante todo su cantar, lento y constante, mostrando su tranquilidad y felicidad. -Muñeco de nieve...Muñeco de nieve...Baby. Muñeco de nieve...Muñeco de nieve...Baby- y la tonada se desvaneció lentamente, dejándolos en un calmado y ligero silencio, solo roto ante la repentina y entusiasta ola de aplausos, junto los chillidos llenos de felicidad del responsable de toda la situación. Macaque no pudo evitar inflar el pecho con orgullo, contento, nunca había cantado realmente frente a nadie más allá de algunos animales cualquieras en los bosques o de sus adorados monos pero para ser la primera vez que lo hacia, se sentía realizado.

~Monkie Kid~ 3️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora