Joven Fantasma #2

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Espero que les guste~

Tardó pero MK logró calmarse, negándose a soltar la mano del mono, al parecer sólo queriendo disfrutar de su primer toque en quien sabe cuanto tiempo. La lluvia ya se había calmado en su mayor parte, siendo más un chaparrón que una tormenta pero dejando una sensación de humedad en su lugar.

-Dime, Kid...- tarareo Macaque, dejando que el menor se aferrara su mano. -...¿Cuánto tiempo llevas aquí?-

-No lo sé- murmuró, jugando ligeramente con los dedos ajenos, entretenido y contento. -Pierdes la cuenta después de cierto tiempo- levantó la vista, mirando a su alrededor, empezando a caminar y obligando al mayor a seguirlo. La casa no era muy grande pero el chico no parecía querer quedarse quieto, mirando a su alrededor de manera casi distraída.

-¿Alguna razón por la que nunca te fuiste de aquí?- no pudo evitar preguntar. Si fuera él, se hubiera ido apenas tuvo la oportunidad, quizás para explorar o quizás para asustar a unas cuantas personas.

-Alguien me encerró...- se acercó a la pared, justo en donde había una ventana, levantando su mano libre para rozar la superficie, sus dedos recorriendo el grabado que el mono apenas estaba notando en ese momento. -...grabo algo aquí, algo que no deja que me valla, así que no tuve más opción que quedarme aquí y solo...seguir existiendo- dejo escapar un largo y tirste suspiro. No podía recordar quien lo había hecho o la razón pero había dejado de importar después de un tiempo, cuando había perdido la esperanza de ver a alguien alguna vez o de tener la posibilidad de salir.

-¿Un grabado?- frunció el ceño y se acercó, inspeccionando el extraño símbolo con ojo crítico. Parecía haber sido hecho a las apuradas y con un cuchillo, las líneas algo torcidas pero firmes, gastado con los años aunque presente y que, por lo que entendía, aunque cumplía su objetivo de mantener al fantasma allí. No podía reconocerlo, sin importar cuanto repasará la lista de símbolos y hechizos que había leído alguna vez. -Dime, MK...- llamo, el chico mirándolo con curiosidad. -...¿Qué harías si pudieras salir de aquí?- rozó con sus dedos el grabado, pensativo pero atento al menor.

-¿Si pudiera salir?- ladeo la cabeza, sin haber esperado esa pregunta. -Recorrería todo a mi alcance- sonrió después de pensarlo unos segundos. -Hay mucho que no pude ver antes de morir y he estado atrapado aquí tanto tiempo que estoy seguro de que el mundo a cambiado tanto que sería asombro poder ver todo con mis propios ojos- se escuchaba tan ilusionado y contento de solo pensar en aquellas posibilidades. -¿Por qué lo preguntas?-

-Curiosidad- cerró el puño y golpeó la pared, justo encima del grabado, logrando atravesar con facilidad la madera.

-¡Macaque!- se sobresalto, preocupado mientras se apresuraba a acunar la mano del mono para revisarla. -No...te hiciste daño- estaba aliviado de ver que ni siquiera tenía un raspón. -¿Por qué hiciste eso?-

-Tengo una teoría que quiero probar- soltó las manos del niño sólo para poder acercarse a la entrada, notando entonces que habían los mismo grabados a cada lado de la puerta, sin dudar en volver a golpear esas zonas para romper esa cosa, MK mirándolo sin entender pero sin hacer amague de detenerlo, sin lucir molesto por la ligera destrucción de su pequeña casa. El mono se sacudió el polvo en sus manos, aprovechando que la lluvia se había detenido en mayor parte para abrir la puerta. -Ven aquí, chico- hizo un gesto hacia el menor, extendiendo su mano hacia él.

-No puedo salir, ¿recuerdas?- y a pesar de su duda se acerco, tomando la mano ajena, sonriendo ante el toque.

-Solo probemos mi teoría...- sonrió ligeramente, cruzando la para salir pero el chico se quedó tieso dentro del lugar, desconfiado. -...si esto no funciona, buscaré otra manera- algo en su mirada o en sus palabras pareció convencerlo, un suspiro tembloroso e innecesario saliendo de la boca del fantasma, quien apretó la mano ajena antes de cerrar los ojos y avanzar, la sonrisa del mono agrandándose al verlo cruzar el marco de la puerta con facilidad.

-...¿Funcionó?...- jadeo, abriendo los ojos para ver a su alrededor, para después darse la vuelta y mirar fijamente la pequeña casa abandonada en la que había estado encerrado, aquella que había sido su prisión por años. -...estoy fuera...- una risa llena de incredulidad salió de su boca, empezando suave y aumentando en volumen rápidamente. -¡Estoy afuera!- salto con los brazos en alto, riendo, lleno de felicidad y asombro. -¡Estoy afuera!- se volteo para ver a Macaque quien lo estaba observando con diversión y tranquilidad, dejándolo celebrar por el momento. -¡Soy libre, Macaque! ¡Libre!- corrió sin pensar, lanzándose para poder rodearlo con sus brazos en un abrazo entusiasta, su felicidad en aumento al poder aferrarse ligeramente a la ropa ajena. El mono se tenso un poco ante el repentino movimiento y por el toque fantasmal pero se obligó a relajarse, dándole ligeras palmadas a la espalda ajena. El chico era liviano, como el aire, pero de alguna manera tangible y frío al tacto, con un aura fantasmal que lo rodeaba, aunque se sentía más amigable que aterrador como de seguro debería ser.

-Felicidades, Kid- sonrió, contento por la felicidad ajena. Su teoría había sido que romper algunos grabados iba a ser suficiente para liberar a su prisionero y por suerte, tuvo razón, incluso si ya había estado pensando en otras soluciones por sí eso no funcionaba.

-¡Esto es asombro!- se separó solo para mirar el bosque a su alrededor, su sonrisa en aumento, para después voltearse a ver al mayor con sus ojos oscuros. -¿Tu...te vas a ir?-

-Voy a seguir mi camino- incluso si no tenía un objetivo en concreto, quedarse en un solo lugar quieto por mucho tiempo no estaba en sus planes. MK hizo un ligero puchero, jugando con sus propios dedos, luciendo como si quisiera hacer otra pregunta pero no se animaba a hacerla. -No estoy en contra de la compañía, si es lo que quieres preguntar- agregó después de unos segundos, decidido que no, la compañía de ese pequeño espíritu en particular no lo molestaba.

-¿En serio?- lo miro, esperanzado. No quería estar solo, no después de haberlo estado por tanto tiempo. -¿Puedo...acompañarte en tu viaje, Macaque?- de cualquier manera, sentía que era correcto preguntar directamente.

-Claro, chico- sonrió, ligero y divertido. -Viajaremos, puedo mostrarte mis lugares favoritos...e incluso podemos encontrar tus propios lugares favoritos luego- tarareo, pensativo.

-¡Si!- asintió MK, emocionado. -¡Viajemos juntos!- una carcajada salió de él, dando pequeños saltos en su lugar.

-Viajemos juntos- asintió Macaque, sonriendo ligeramente, decidido a aprovechar la falta de lluvia y empezando a caminar para seguir su camino, el menor soltando un chillido antes de trotar para seguirlo, divagando sobre lo que podrían ver y con el mayor escuchándolo. Su viaje se había vuelto más interesante.

~Monkie Kid~ 3️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora