Capítulo 39

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-Deberías tomártelo con más calma.

-No puedo, estoy cansada de estar en el hospital.

Él se rió.

-Pero si solo llevas un día.

Ella abrió los brazos y sonrió.

-Para mí es más que suficiente, Chris, esto es agotado, por favor.

El joven paramédico suspiró y terminó cediendo.

-Vale, iré a pedir el alta, pero no te muevas hasta que regrese.

-Vaaale.

Él salió y ella le contempló mientras se iba. Había recordado todo lo sucedido el día anterior, cómo se había precipitado al vacío desde el décimo, cómo se había estrellado y sobre todo, se acordaba de ver a Oliver aflojando la cuerda. ¿Realmente era eso lo que había pasado? ¿Había atentado contra su vida? ¿Por qué? ¿Porque sabía su secreto? No lo creía, no le veía capaz de eso. Respiró hondo y se sentó en la camilla y miró la puerta. Chris no se había separado de ella en toda la noche y estaba casi segura de que no había dormido. Se frotó las sienes, estaba agotada, había sido un caos la última semana y siempre que estaba en la peor situación él aparecía. Lo vio regresar con los papeles en la mano.

-¿Ocurre algo?

-No, solo estaba pensando.

Él asintió.

-Dame la bolsa, te la llevo.

Ella sonrió y el pequeño corte de su mejilla se estiró un poco, haciendo que le doliera.

-No te fuerces.

Ella asintió y ambos salieron al pasillo.

-¿No tendrías que estar trabajando?

-No, tengo que estar aquí, contigo.

Ella sonrió y negó con la cabeza.

-Sé cuidarme sola, Chris.

-Lo creeré cuando no termines estrellándote contra un balcón o cuando un tipo enorme en un bar no termine encima de ti.

Estación 117 (1- En llamas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora