No me quitaba el ojo de encima, notaba su mirada en cada movimiento, hasta cuando iba al baño, todo el tiempo estaba sobre mí. Me intentó besar un par de veces, pero lo rechacé, por lo que me llevé un par de guantazos. Pero estaba decidida, necesitaba encontrar el momento idóneo, llamaría en cuanto estuviera despistado y haría la denuncia. Me tendrían que estar buscando en ese momento, con suerte conseguiría que me escucharan o que no pensaran que estoy de broma.
Él entró en el baño y fue mi momento. Corrí hacia el salón y pillé su teléfono, estaba con contraseña. Escuché el grifo de la ducha y él se asomó. Guardé el móvil.
-Salgo en cinco minutos, está lista.
-Vale.
Cerró la puerta y saqué de nuevo el móvil. Tecleé el número. Sabía sus manías, la música mientras se duchaba. Música a todo volumen que hacía imposible que me escuchara. Aquella manía suya al principio de la relación me había parecido lo peor del mundo, ahora me parecía un alivio. Marqué y me puse lo más pegada a la pared contraria, junto a la ventana.
-911 ¿Cuál es su emergencia?
-Hola, soy Evelyn Joyce, estoy en el 55 W de Eureka Street, he sido secuestrada ayer a las diez de la mañana de la estación de bomberos de Shelbyville, en Texas por Arthur Gregory Maxwell, número de placa 77234, de la policía de los Ángeles.
-¿Su secuestrador se encuentra cerca?
-En la ducha. Tengo que colgar, repito, el 55W de Eureka Street, en Los Ángeles, por favor, pase esta llamada al 911 de Texas y a la estación de bomberos de Shelbyville. Dígales que lo siento mucho por todos los problemas que les estoy causando.
El grifo de la ducha se cerró.
Él salió y me miró. Estaba sentada en el sofá, mirando a la nada, me contempló en silencio y luego miró el teléfono, lo cogió y lo desbloqueó. Pasó un buen rato revisándolo, cuando estuvo conforme lo dejó de nuevo en el mismo sitio. Me cogió la cara por la mandíbula y me besó con fuerza.
-Ahora es tu turno.
-Estoy bien, gracias.
-No, dúchate, ahora.
Me agarró del pelo y chillé, pateé con fuerza para soltarme, pero me tenía fuertemente aprisionada. Chillé cuando la puerta se cerró tras de mí.
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Estación 117 (1- En llamas)
RomanceHuyendo de su pasado, termina mudándose a un pequeño pueblo de Texas, pero lejos de lograr pasar página, el pasado vuelve para terminar con ella. Solo un milagro podría sacarla de las llamas del infierno en el que se ha metido.