Está nervioso mientras se viste, ha decidido ir elegante pero informal. Félix se está calzando y sus miradas se encuentran en el espejo de la habitación.
-¿Nervioso?
-Como un flan.
Se rió y se puso en pie. Le quitó la corbata y la dejó sobre la cama.
-Las corbatas no son muy tu estilo.
-Lo siento, es que no suelo conocer a los padres de nadie, nunca.
El chico de cabellos castaños posó las manos sobre sus hombros.
-Tranquilo, mis padres son gente agradable, son personas tranquilas y de buen corazón, te aceptarán al momento.
-¿Cómo puedes estar tan seguro?
-Porque los conozco.
El timbre sonó y Oliver se puso tieso.
-Voy a abrir.
-Vale.
Respiró hondo y caminó detrás de Félix por el pasillo hasta el salón, quedándose allí de pie sin saber bien qué hacer. La puerta se abrió y un hombre más menos de la misma altura que Felix junto a una mujer de uno cincuenta y pocos aparecieron al otro lado.
-¡Hijo!-La mujer le abrazó con fuerza mientras le comía la cara a besos.-Madre mía pero que guapo estás.
-Mamá, que alegría veros.
El hombre le entregó una botella de vino.
-Supuse que vendría bien para mojar la garganta mientras comemos.
-Gracias papá.-Se juntaron en fuerte abrazo.-Pasad.
Oliver inspiró aire muy fuerte y se quedó mirándolos, con una angustia extraña en el pecho.
-Mamá, papá, os quiero presentar a alguien.-Señaló con la mano a Oliver.-Éste es Oliver, trabaja conmigo en el 117, es mi pareja.
La mujer miró con los ojos como platos al chico y luego a Félix.
-¡Madre mía que chico más guapo, Félix!
Oliver la miró con los ojos como platos.
-Patricia.-El padre le riñó a su mujer, sonrojado.
-Lo siento, mis modales.-La mujer le tendió la mano.-Mucho gusto Oliver, mi nombre es Patricia, pero puedes llamarme Patty.
-Mucho gusto.-Le devolvió el apretón suavemente.-Soy Oliver Smith.
La mujer sonrió calidamente. El hombre le tendió la mano y Oliver le dio un fuerte apretón de manos.
-Me llamo Marcus. Estás fuerte muchacho.-Comentó el hombre.-No esperaba menos en el 117. Bienvenido a la familia, hijo.
Félix sonreía con un brillo único en los ojos.
-Bueno, ¿comemos?
-Me muero de hambre cariño, ¿qué has cocinado?-La mujer se abrazó a su hijo mientras caminaron hacia la cocina.
Oliver caminó tras Marcus mientras este le hacía preguntas.
-¿Te gusta la pesca, muchacho?
-Nunca lo he probado, la verdad.
-Pues este sábado iremos a pescar.
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Estación 117 (1- En llamas)
RomansaHuyendo de su pasado, termina mudándose a un pequeño pueblo de Texas, pero lejos de lograr pasar página, el pasado vuelve para terminar con ella. Solo un milagro podría sacarla de las llamas del infierno en el que se ha metido.