Capítulo 49

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No paró de sonar el teléfono durante al menos un par de horas, vi su número, lo tenía guardado perfectamente en la memoria, no me hacía falta que pusiera su nombre. Arthur llamaba continuamente, como si se estuviera desquiciando, puse el teléfono boca abajo mientras seguía haciendo bocetos en silencio. Alex salió de su habitación y recorrió el pasillo.

-¿A quien tienes tan ansioso? Lleva llamando al menos una hora.

Levanté el aparato y se lo enseñé, hizo una mueca y se dirigió a la cocina.

-¿Le avisaste de esto a Ben?

-Hace una hora, me dijo que simplemente no respondiera y lo dejara, si le daba pie a hablar conmigo sería peor. Me gustaría bloquear el número, pero dice que es una forma de rastrearlo, mañana iré a comisaría para que intenten localizarlo. No tengo mucha fe.-Me tendió una taza de café, dejé el bloc y la cogí entre mis manos, estaba caliente.-Gracias. Eres muy amable.

Él negó.

-No es nada, ¿por qué no dejas el móvil en silencio en la habitación? Si Ben necesita hablar contigo me llamará, le mandaré un mensaje.

Le miré y asentí.

-Gracias Alex.

-No hay de qué.

-No, en serio, gracias.-Se sentó a mi lado y le miré a los ojos.-No sé qué hubiera sido de mí si no me sacaras del fuego, o si no estuvieras conmigo aquella noche en la estación, realmente te lo agradezco.

Él sonrió.

-Mi deber es salvar vidas y ayudar, es lo mínimo que te debo.

Me quedé mirando su cabello rubio contra el sol de la tarde, me observaba en silencio, sentí una vibración en el pecho, hubo un largo silencio que para nada resultaba incómodo. Observé sus pestañas doradas, su mandíbula cuadrada, su sonrisa brillante, si me hubieran dicho que conocería a alguien como él hace unos años diría que están locos, que no existía nadie similar. Alex estaba ante mí, me había sacado del fuego, había pasado tiempo conmigo, había estado preocupado por mí más de lo que lo habían estado en su momento mi propia familia. Había escuchado a Alice y Ben comentarlo entre bromas en la cocina, cómo Alex, el chico que por lo visto era reservado y distante, había empezado a pasar tiempo con una persona, con una chica ni más ni menos.

Estación 117 (1- En llamas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora