Levanté las manos, quería su atención en mí por completo.
-No, no me suena, ¿por qué? ¿Tienes miedo?
Entrecerró los ojos y me apuntó a mí.
-¿Miedo?-Caminó hacia mí con el arma en alto, retrocedí un paso y me quedé quieta mientras sentía el frío metálico contra la frente.-¡¿Por qué cojones te iba a tener miedo a ti?!
Tenía todo el rato la vista puesta en su mano, en el arma y en él.
-Porque temes que te deje, que me marche otra vez.
Necesitaba que se centrara en mí y solo se me ocurría un modo, enfadarlo.
-¿Irte? No te irás, sabes que si te vas te traeré de vuelta.
-No, no tiene porqué, puedo cambiar de nombre, irme bien lejos para que no me encuentres jamás.
Presionó el arma con más fuerza y vi la tensón en su mandíbula y cómo una pequeña arruga se empezaba a formar en su entrecejo.
-No juegues conmigo Evie. No te irás. Estoy harto de ir buscándote por ahí.
-Pues deja de hacerlo
Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos, vi un movimiento a su espalda, él apartó el arma y disparó, contuve el aliento y vi cómo Alex caía de rodillas con una pierna ensangrentada.
-¡Alex!
-¡Quiera dónde estás!
Me puse de nuevo con las manos en alto, las lágrimas comenzaban a agolparse en mis mejillas mientras sentía la quemazón de la pistola contra mi cuello.
-Tú te vas conmigo, lo quieras o no, no es una pregunta, amor mío, es una afirmación.
Cerré los ojos, mi mente me llevó a hace cuatro años y medio, cuando él aún no actuaba como un psicótico total. Cuando me enseñó defensa propia porque decía que me haría falta, que la gente estaba loca y que el mundo era peligroso. Me acuerdo que me apunté a las clases, pero que luego las tuviera que dejar porque a él no le gustaba la actitud del profesor hacia mí. Me acordé de uno de los movimientos que nos mandaron repetir demasiadas veces para mi gusto. Le sujeté la muñeca y tiré de ella mientras con el codo golpeaba el interior de su articulación, el arma se soltó al instante, aturdidos, ambos tardamos en reaccionar.
Me arrastré por el suelo y cogí el arma, apuntando directamente hacia él. Arthur levantó las manos entre asustado y nervioso.
-Vamos Evie, no quieres hacerlo.
ESTÁS LEYENDO
Estación 117 (1- En llamas)
Lãng mạnHuyendo de su pasado, termina mudándose a un pequeño pueblo de Texas, pero lejos de lograr pasar página, el pasado vuelve para terminar con ella. Solo un milagro podría sacarla de las llamas del infierno en el que se ha metido.