Capítulo 104

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Levanté las manos, quería su atención en mí por completo.

-No, no me suena, ¿por qué? ¿Tienes miedo?

Entrecerró los ojos y me apuntó a mí.

-¿Miedo?-Caminó hacia mí con el arma en alto, retrocedí un paso y me quedé quieta mientras sentía el frío metálico contra la frente.-¡¿Por qué cojones te iba a tener miedo a ti?!

Tenía todo el rato la vista puesta en su mano, en el arma y en él.

-Porque temes que te deje, que me marche otra vez.

Necesitaba que se centrara en mí y solo se me ocurría un modo, enfadarlo.

-¿Irte? No te irás, sabes que si te vas te traeré de vuelta.

-No, no tiene porqué, puedo cambiar de nombre, irme bien lejos para que no me encuentres jamás.

Presionó el arma con más fuerza y vi la tensón en su mandíbula y cómo una pequeña arruga se empezaba a formar en su entrecejo.

-No juegues conmigo Evie. No te irás. Estoy harto de ir buscándote por ahí.

-Pues deja de hacerlo

Todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos, vi un movimiento a su espalda, él apartó el arma y disparó, contuve el aliento y vi cómo Alex caía de rodillas con una pierna ensangrentada.

-¡Alex!

-¡Quiera dónde estás!

Me puse de nuevo con las manos en alto, las lágrimas comenzaban a agolparse en mis mejillas mientras sentía la quemazón de la pistola contra mi cuello.

-Tú te vas conmigo, lo quieras o no, no es una pregunta, amor mío, es una afirmación.

Cerré los ojos, mi mente me llevó a hace cuatro años y medio, cuando él aún no actuaba como un psicótico total. Cuando me enseñó defensa propia porque decía que me haría falta, que la gente estaba loca y que el mundo era peligroso. Me acuerdo que me apunté a las clases, pero que luego las tuviera que dejar porque a él no le gustaba la actitud del profesor hacia mí. Me acordé de uno de los movimientos que nos mandaron repetir demasiadas veces para mi gusto. Le sujeté la muñeca y tiré de ella mientras con el codo golpeaba el interior de su articulación, el arma se soltó al instante, aturdidos, ambos tardamos en reaccionar.

Me arrastré por el suelo y cogí el arma, apuntando directamente hacia él. Arthur levantó las manos entre asustado y nervioso.

-Vamos Evie, no quieres hacerlo.

Estación 117 (1- En llamas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora