Capítulo 95

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Vanessa continúa tecleando frenéticamente mientras busca en todas y cada una de las bases de datos de la policía de Los Ángeles, tiene una solicitud especial para hacerlo ya que el FBI se ha metido por medio, ella misma ha dado el aviso a su superior para que contactara con ellos. No para de buscar los historiales de cada policía, revisando sus posesiones, casetas, casas secundarias, cualquier sitio dónde puedan almacenar todas sus cosas. Un perfil le llama la atención, el Sargento Norrix, según dice el expediente se encargaba de Arthur cuando este trabajaba, tenía mucha información, registros de avisos a los que habían ido juntos, quejas contra su comportamiento, también se mencionaba que Arthur seguía muy de cerca sus pasos, había muchas denuncias por lo mismo contra él. Abuso de autoridad, racismo, violencia excesiva contra el detenido, incumplimiento de órdenes de alejamiento. El tipo era una joya en toda regla. Siguió indagando, por lo visto habían adquirido unos almacenes que pertenecían a un centro comercial, pero este había cerrado y el almacén puesto bajo la custodia de la policía por malversación, seguramente el tipo ese había metido mano en el asunto para hacerse con el lugar y usarlo para su propio beneficio. Lo tenía. Conectó de nuevo con la llamada de Ben, el cual seguía escuchado la conversación atento.

-¿Y qué quieres hacer con los papeles?-Me dejó esposada a uno de los contenedores mientras entraba a revisarlo tras romper el candado.

-¿A ti que te parece? Ir a que los impugnen y para eso tenemos que ir los dos.

Rebuscaba en las cajas, sacando uno por uno cada documento o archivo.

-¿Y si me niego?

Él se quedó de pie, mirándome.

-Fácil, mato a tus amiguitos. A todos.-Movía el arma en su mano mientras hablaba, no podía dejar de mirarla, sentía que en cualquier minuto saldría una bala perdida.-¿No me crees capaz, Evie?

-Te creo capaz, demasiado capaz, Arthur. Pero no lo entiendo, ellos no hicieron nada

Él acorto la distancia en apenas unas zancadas y me cogió la cara con la mano.

-Te separaron de mí, se interpusieron entre nosotros, eso no lo puedo perdonar.

-No fueron ellos, fui yo.

Me apartó la cara con brusquedad y me dio un bofetón.

-¡No sabes de lo que hablas!

Estación 117 (1- En llamas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora