Capítulo 62

27 0 0
                                    

Miré al móvil y luego a Arthur, se había puesto a cocinar. Me había arrastrado hasta nuestro viejo piso, en Los Ángeles. Habían sido las veinticuatro horas más largas de mi vida. Eran casi las doce de la mañana de un miércoles y me había sacado de la estación un martes a las diez de la mañana, solo me había permitido detenerme un par de veces para orinar en las gasolineras y poco más. Me encontraba agotada. Bebí agua de la botella que me había comprado en la última parada y me quedé hecha un ovillo en el sofá.

-¿Prefieres huevos revueltos o tortilla francesa?

-No tengo hambre.

Dio un golpe con la palma de la mesa en la encimera, di un respingo.

-Dije si querías huevos revueltos o tortilla francesa. Elige.

-Huevos revueltos.

Me quedé mirando a mi alrededor, la puerta estaba cerrada con dos candados. El piso lo reconocía, lo reconocía demasiado bien, el salón que se unía con la cocina pero a la vez se dividía por una isla, la habitación del fondo dónde había una cama de matrimonio y un armario empotrado. Al lado el baño con la bañera. Detrás de mí la ventana enorme que daba hacia la calle. Levanté las rodillas y abracé mis propias piernas mientras escuchaba la sartén.

Me quedé aguantando la respiración los segundos suficientes para escuchar el plato en la mesa y los cubiertos tintinear, me sacudió un par de veces, pero mi mente se había alejado, estaba de nuevo en la estación de bomberos. Matt con su café en la isla, Taylor y Chris hablando en el sofá, Oliver limpiando el camión, Félix enrollando la manguera, Abi y Alice ordenando la ambulancia, Riley mirando algo en la Tablet y Alex bajando los escalones, con su pelo dorado iluminado por los rayos del sol que entraban por la ventana superior. Se formó un nudo en mi pecho, quise gritar y escapar. Él me sacudió y abrí los ojos ante mi triste realidad.

-¡Come!

Estación 117 (1- En llamas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora