Capítulo 50

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Matt se servía su segundo café de la mañana en silencio, sabía que su paz duraría muy poco, allí la paz era solo un segundo. La alarma sonó y dejó la taza en el fregadero a medio beber, era algo que le daba mucha rabia, irse a mitad de café.

Riley salió a su encuentro, Alex y Félix ya estaban abajo listos para irse.

Oliver acababa de ponerse el casco cuando notó que su mano se quedó dormida, miró desde el vestuario a los demás, si tardaba un poco más irían a buscarlo, ¿qué diría? Respiró hondo e intentó relajarse, salió con los demás y se subió al camión.

Alex corrió a los vestuarios mientra yo subía las escaleras, me miro unos instantes antes de desaparecer tras la puerta. Era tan maravilloso que temía que mi interrupción en su vida lo fastidiara todo. Todos allí le querían tanto, sabía que a él le atraía, lo notaba, cómo me miraba, cómo me hablaba, corría hacia mí cada vez que necesitaba ayuda, era un cielo. Pero yo no era capaz de pensar en el infierno que desataría en su vida que me quedara allí. Respiré hondo mientras me sentaba en el butacón. El móvil vibró de nuevo y miré la pantalla.

Espero que estés dispuesta a todas las consecuencias.

Si quieres que esto cambie ya sabe lo que tienes que hacer.

Bloqueé la pantalla y vi cómo todos se iban en el camión y la ambulancia. Miré a la entrada, el chico delgado y alto entró por la gran puerta.

-Llegas tarde.

-Pedí libre el primer turno.

Chris subió los escalones con la mochila de lona a su espalda.

-¿Una mala noche?

-¿Hay alguna buena?-Comenté mientras caminaba hacia la isla y servía dos tazas de café.

-¿Tan malo ha sido?

Le tendí el móvil y echó un ojo.

-No pinta bien.

-No, no pinta bien. Creo que lo mejor sería que me fuera Chris, lejos de todo, no quiero traer más problemas al resto.

Él se rió.

-Sin ofender Eve, pero somos bomberos, nuestra vida es entre problemas.-Levantó la taza que bajó de un trago y la dejó en el mesado.-Voy a prepararme para el próximo turno.

-Hasta luego.

-No te comas la cabeza Evie.

-Lo mismo digo, Chris.

Regresé hacia el sillón y me senté para continuar con los bocetos, cuando sentí un ruido extraño.

-¿Chris?-Me puse en pie y caminé hacia el aparcamiento.

Le vi allí de pie, con el chico sostenido por el cuello con su fornido brazo y con el otro lo apuntaba a la cabeza.

-Arthur

-Hola, cielo. ¿Me extrañaste?

Estación 117 (1- En llamas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora