Capítulo 119

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En el marco de la puerta se pueden ver sus dos siluetas abrazadas, él la sujeta por la cintura desde la espalda, apoyando el mentón en su hombro, sonríe.

-Están dormidos como rocas.

-Normal, después del empacho de abuelas.

Ella rió y negó.

-No volveré a contarles ese cuento en mucho tiempo.

-¿Hansel y Gretel?

-¿Para que intenten comerse la casa? Ni en broma.

Se sentaron en el sofá y él la mantuvo abrazada contra su pecho, acariciando su suave pelo corto y rubio dorado.

-¿En qué piensas?

-Estaba pensando en algo que me dijo Matt.

Ella le miró.

-¿Malo?

-Quiere que le supla durante unos meses, quiere pasar tiempo en casa con el bebé.

Ella lo escuchó en silencio.

-¿No dices nada?

-No, porque me parece bien, en su momento tú lo hiciste y tus compañeros suplieron tu baja aumentando su turno porque no podían permitirse meter a nadie nuevo. Ahora él quiere dejarte al mando porque confía en ti. No es algo de lo que deba sentirme nada más que orgullosa.

Él la abrazó con fuerza.

-Ah mujer, ¿por qué eres así siempre?, ¡no se puede empezar discusiones con alguien que no las sigue!

Ella se rió.

-Si quieres les voy a contar un cuento a los niños y vemos si hay discusión.

-No, no, nada de cuentos por un tiempo.

-Pensé que querías el de Hansel y Gretel.

Él negó con cara de susto.

-No, lo mismo muerden cables y se electrocutan, no, mejor las abuelas son blanditas.

Se quedaron en el sofá mirando una película mientras sus pequeños devora abuelas dormían en sus pequeñas camas.

Estación 117 (1- En llamas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora