Los coches de policía recorrían las 26 millas que separaban los almacenes del piso de Arthur. Alex conducía en silencio, delante, Matt y Ben conducían con Evelyn al teléfono. Quisiera ser él el que tuviera ese teléfono, el que pudiera estar escuchando todo lo que pasaba en todo momento. Puede que eso le hiciera igual algo controlador, pero no lo creía, solo quería saber si estaba bien. Nunca había sentido tanto pánico por alguien en toda su vida. Recorría las calles a toda velocidad siguiendo a la policía de Texas, la comitiva se cerraba por los coches de Los Ángeles, no terminaba de sentir cariño hacia sus camaradas policías de aquel lugar.
Sentía su animadversión hacia ellos, pero tampoco tenía pensado retroceder ni ceder ante ellos. No sin traer a Evelyn de vuelta. Le importaba un comino si tenía que pasar por encima de todos ellos.
-Deberías dejar que ellos se ocuparan.-Taylor seguía al teléfono.
-Ya, debería hacer tantas cosas que no estoy haciendo
Ella estaba sentada en el pequeño sofá con Chris pululando a su alrededor, aquel día apenas habían tenido avisos, por lo que podían pasar bastante tiempo pegados al teléfono.
Oliver y Félix también se habían quedado, los demás habían ido a hacer su labor paternal, Abigail estaba en la ambulancia, Riley había ido a llevar a los niños a su casa con la abuela. Y Alice había ido a llevar a sus hijas a casa, Abi y Chris le habían dicho que no se preocupara, que la cubrían en los próximos turnos, que se quedara en casa con las niñas y esperaran a las noticias. Ella al principio había sido reticente, pero al final cedió y aceptó la idea, las niñas la necesitaban cerca en aquel momento.
-No te comas la cabeza, la encontraréis y la traeréis de vuelta.
-Eres demasiado positiva.-Bromeó Alex.-¿Qué es por culpa del novato?
-¡Eh! ¡Que estoy aquí!
-Perdona, no quería ofender.
El joven paramédico se sentó al lado de su novia, que lo miró con ojos tristes. Él le pasó la mano por la espalda. Era consciente de que Taylor era una persona que si quería a alguien la quería con todo y por suerte o para desgracia de Eve, le había pillado mucho cariño. Había encontrado sus dibujos y había visto que a la joven artista también sentía lo mismo por ellos, por todos ellos. Él mismo había ojeado los bocetos y eran muy buenos. Se quedó mirando la rubia cabellera de la chica mientras la acariciaba con cariño.
-La encontraréis. Yo lo sé.-Dijo al fin.
Taylor le sonrió y Alex también lo hizo al otro lado de la línea.
-Tienes muchas expectativas sobre mí, novato.
-No son expectativas, estás loco y eres capaz de hacer locuras. Tienes ese complejo de héroe.
Alex negó con la cabeza.
-¿Sabes? Me gustabas más cuando apenas hablabas era mejor.
-Yo también te quiero tío.
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Estación 117 (1- En llamas)
RomanceHuyendo de su pasado, termina mudándose a un pequeño pueblo de Texas, pero lejos de lograr pasar página, el pasado vuelve para terminar con ella. Solo un milagro podría sacarla de las llamas del infierno en el que se ha metido.