Se sirvió el tercer café antes de regresar al salón.
-¿Un café?
-No gracias, Capitán.
-Llámame Matt, solo los que trabajan aquí me llaman Capitán.
-De acuerdo, Matt.
Se sentó en la butaca de enfrente.
-¿No preferirías estar en tu casa? ¿No te espera tu familia?
Él asintió.
-Es muy probable, pero sé que Ness no me perdonaría si te dejo aquí sola.
Me incorporé para mirarlo a la cara.
-Realmente lo agradezco y no quiero ser pesada, pero escuché que tenéis un bebé en casa, no tengo hijos, pero puedo imaginar lo complicado que es para una persona sola atender a un bebé y más cuando llevas todo el día trabajando.-Me miró con cierto alivio.-Vete, estaré bien, os habéis ocupado de que tuviera el número de todos en esta estación, incluso el de Christopher, a pesar de que lleva aquí un par de meses.
-Confiamos en él.
-Porque sois familia, os veo, os tratáis como familia y yo soy una molestia, lo lamento muchísimo.
Él sonrió mientras se ponía en pie y miraba el móvil.
-No eres una molestia, la molestia es tu amigo policía, ese si es molesto.
Regresó tras diez minutos al teléfono y me miró.
-Me parece que tengo sustituto para esta guardia.-Le miré extrañada, él solo se encogió de hombros.-Por lo visto hay voluntariado para protegerte, Evelyn.
Con la misma se puso su chaqueta, cogió las llaves del coche y se despidió.
-Que tengas buena noche.
-Igualmente Matt, muchas gracias.
Él bajó las escaleras a medio camino saludó a alguien, no pude evitar quedarme observando a la espera de ver quien subía, vi los cabellos oscuros emerger y por un instante se me pasó por la mente Arthur, su pelo era tan parecido, pero este tenía unos tonos más claros, más tostados.
-Buenas noches, vengo a hacer la siguiente guardia.
-¿Félix, verdad?
-Así es, vengo preparado, traigo un disco duro de pelis, mi portátil y alguna lectura ligera.
-No hacía falta... madre mía, sois demasiado buenos conmigo.
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Estación 117 (1- En llamas)
RomanceHuyendo de su pasado, termina mudándose a un pequeño pueblo de Texas, pero lejos de lograr pasar página, el pasado vuelve para terminar con ella. Solo un milagro podría sacarla de las llamas del infierno en el que se ha metido.