Capítulo 68

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El llanto de bebé suena por toda la casa, Matt por inercia se levanta, va a la cocina, prepara el biberón y se dirige hacia la habitación, ya es algo mecánico para él. Al entrar se encuentra con su mujer, tiene a la bebé en brazos mientras le da de amamantar.

-Perdona, pensé que no te despertaría. Vuelve a cama, me encargo yo de esto.

Él negó con la cabeza, movió un poco a su mujer hacia delante en la enorme butaca y se coló por detrás, pudiendo así abrazarlas a ambas. Vanessa se recostó sobre él mientras la bebé seguía bebiendo el tibio líquido.

-Nadie te dice de lo complicado que es cuidar a algo tan pequeñito.

-No, nadie te lo dice.-Negó él con una sonrisa. Acarició la cabecita diminuta de su hija mientras besa la espalda de su mujer.

Ambas son su vida, no se imagina un mundo sin ellas, son su todo. Ve la cabecita diminuta de la pequeña Rose y siente que toda su vida mereció la pena tan solo por aquel preciso instante. Sonríe mientras la bebé termina la toma. La mujer se pone en pie y hace que eructe con cuidado. Se queda dormida y la regresa a la cuna.

-Está mucho más tranquila.

-Sí y nosotros también.

Se sentó de nuevo en la butaca y ambos miraron a la niña cómo se dormía en su cuna. A pesar de todo no se arrepentían ni por un segundo de haber sido padres a los cuarenta, por mucho que la gente dijera que era una locura, que era muy riesgoso, ellos se encontraban fascinados con la pequeña.

El teléfono de Vanessa sonó desde la cocina y se levantó mientras él se quedaba observando a la bebé. La mujer atendió a la llamada y pudo sentir la tensión en su voz.

Estación 117 (1- En llamas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora