Ada
¿Han oído hablar de las catapultas?
En caso de que no. La sencilla explicación a ello es que eran armas bélicas utilizadas en la antigüedad para lanzar objetos a grandes distancias. Por tanto, sabrán que son buenas para atacar al enemigo, pero, en mi caso, creo que son buenas para deshacernos de las malas decisiones antes de efectuarlas.
Así que, si tenemos un pensamiento peligroso, podemos ubicarlo en la cazoleta de nuestra catapulta y ahorrarnos el desastre.
Claro que eso no aplica para mí.
Soy más de las que toma la decisión que sea y luego mira las consecuencias. Por eso, la abuela solía decirme que no importaba la que tomará; fuera buena o mala, siempre y cuando aprendiera la lección de ambas.
Por ende, si tomaba una buena; sabría que estaba creciendo de manera personal, y dejaba de lado mis arrebatos explosivos, pero, si tomaba una mala, aprendería a vivir con las consecuencias, y era mucho mejor equivocarse y aprender, que errar y no tomar aprendizaje de eso.
«Monique Floyd era muy sabia».
Entonces, debo confesar que anoche debí usar mi catapulta, aunque, creo que no existía una decisión correcta o incorrecta para la pregunta que me hice sobre quedarme recostada en la cama de la habitación de visitas con Cody a mi lado.
Mi corazón era una pandereta rebotando de un lado al otro cuándo alcé mi mirada y observé su rostro apacible, y por un momento quise llevar mi mano derecha hacia sus mejillas y tocarlo mucho.
Demasiado para ser algún pensamiento saludable en mí.
Su respiración hormigueaba debajo de mí, y tragué saliva con fuerza mientras presionaba mis dedos sobre su torso y entonces, supe que había tomado una decisión, —una que sin duda era cuestionable— por tanto, cerré mis ojos sintiendo que mi anatomía se acoplaba al calor de Cody, y mi respiración se volvía sostenible hacia la suya en cuánto escondí mi rostro contra su pecho.
Esa sensación que me envolvió fue como electrochoque recorriendo en mis venas, y aun así no desistí de ello, y busqué más dejando que un Cody inconsciente me rodeara con sus brazos y enredara sus piernas contra las mías, y lo último que pensé fue en las palabras del hombre borracho a mi lado.
Sé que Cody se está equivocando conmigo porque no tengo ni una pizca de verdad en mí. No soy increíble porque en realidad, también, estoy plagada de metal por todas partes, y me da muchísimo pavor dejar caer ese material que me rodea en seguridad para sentirme más humana.
✏️📚
Mis ojos se sienten molestos por la iluminación que se traslada sobre mi rostro.
Mi conciencia sigue perdida en la bruma del sueño, y no quiero levantarme, en realidad, me siento a gusto en esta cama.
¡Espera un segundo!
¿Por qué no siento mi sábana de felpa debajo de mí?
¿Por qué demonios no escucho mi alarma sonar con la voz de Miley Cyrus cantando Party in the USA?
Suelto un chillido contra mis labios, y abro mis ojos parpadeando con rapidez, y con el corazón asustadizo colgándome del pecho.
¿Qué está pasando?
De pronto, siento los rayos del sol en mi rostro filtrándose por una rendija de la ventana de la habitación de visitas.
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«Susúrrame lo que quieras» (GC #2.5)✔©
RomanceTodos contamos con alguna debilidad. Para Cody Coleman es una chica, pero, no cualquiera, sino la hermana de su mejor amigo. Ada Floyd detesta a los playboys, detesta a los idiotas, y en su pirámide de odio, Cody Coleman tiene el primer puesto. ¿Qué...