Capítulo 32: Me he quemado en tu fuego.

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Ada

La nostalgia me envuelve por un par de segundos en los que parpadeo tratando de aliviar el pequeño escalofrío que escala por mi piel.

Sostengo el ángel de navidad blanco que Theo preparo para este momento, y cuándo cruzo una mirada de asentimiento con mi hermano mayor, sé que él sabe que estoy lista para esto.

Las manos de Theo se ubican sobre mi cintura y me alza lo suficiente para alcanzar la copa del árbol de navidad que se encuentra en nuestra sala de estar, por tanto, me encargo de ubicarlo en la cima con mucho cuidado, y un segundo después mi hermano me deja en el suelo.

—¿Crees que nos esté sonriendo desde el cielo? —pregunto en un carraspeo, y presiono mis palmas contra mis muslos.

Alzo mi mirada hacia el ángel decorativo que lleva un nombre muy especial para nosotros, y que está colocado en el centro en cursiva. «Monique». Por ende, me resguardo la quinta lágrima que se quiere escapar de mí.

Vislumbro la dedicatoria que Theo hizo inscribir para ella: «Siempre estarás en nuestros pensamientos y corazones».

—No dudo de ello, ni por un segundo, Ada. —me contesta, y ubica una mano sobre mi espalda atrayéndome hacia él.

Me refugio en un abrazo de parte de mi hermano, mientras cierro mis ojos, y respiro con fuerza.

—Tenías razón sobre papá y mamá. Aún me cuesta seguir avanzando con el hecho de que ya no están, y haber perdido a la abuela tampoco fue algo fácil para mí. Pero, quiero pensar en que somos fuertes por seguir de pie y no rendirnos, a pesar de tantas pérdidas en nuestras vidas. —abro mis ojos, y sonrío cortamente cuando descubro el otro ángel blanco a lado de la abuela. «Edmund».

Y sigo recorriendo con mi mirada el árbol de navidad, encontrando la esfera de color dorado con la fotografía de nuestros padres dentro de esta.

—Somos valientes, Ada, y sé que a veces no soy tan bueno contigo, pero, no olvides que te amo muchísimo, y que eres mi responsabilidad, ante todo. Siempre te protegeré, aunque creas lo contrario. —pronuncia.

—Yo también, te amo, hermano mayor. —enuncio, y Theo deja un beso sobre mi cabeza con cariño.

Finalmente, me aparto de él, y me encamino hacia mi habitación con la excusa de que debo empezar a prepararme, pero, realmente cuando llego allí me dejo caer sobre mi cama y suelto un sollozo contenido no solo porque será nuestra primera navidad solos sino porque tras escuchar sus palabras solo pude sentirme aún más culpable por seguir escondiéndole mi relación con Cody a mi hermano.

Debo decírselo está noche. Lo haré, le diré todo a Theo.

Por ende, me coloco de pie, y me acerco hacia mi puerta dispuesta a joder todo lo que tengo por la comprensión de mi hermano hacia mi felicidad. Pero, me detengo a unos segundos de girar el pomo cuando un sonido característico de una notificación llega a mi teléfono. Y, sé de qué se trata, por tanto, con rapidez me acerco hacia mi móvil, y desplazo el anuncio de «Gossip Lips».

«La cacería navideña ha empezado, Columbia. Y cómo su santa secreto estaré enviando sus regalos hasta que el reloj llegué a medianoche a cada integrante del nacimiento. Entonces, así sabrán la ruta de mi propia estrella de Belén».

xo xo, Gossip Lips.

¿Es posible que éste en esa lista?

Un momento, claro que no, Cody yo hemos sido muy cuidadosos, así que, no es posible. Pero, una parte de mí sabe a ciencia cierta que esa chismosa no es un pan divino, y puede que hasta chantajee al propio Satán con tal de tener fama.

«Susúrrame lo que quieras» (GC #2.5)✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora